Julia (enlazados2)

Sesenta y dos

Julia

Todo pensé menos la reacción de Fabricio, reírse, si, reírse; estábamos embarazados y la familia también lo tomo bien a pesar de la situación familiar que estamos atravesando. Despierto por un movimiento poco usual en la habitación y personas conversando; esta la señora Lia y Alice conversando sobre un cambio de habitación, veo salir a mi suegra y queda mi amiga

- ¿Que hablaban Alice? – se sobresalta y me mira –

- Tu asustas a la gente Julia

- ¿Qué hablaban? - se sienta en el borde de la cama –

- Que Fabricio exigió que te cambiaran de habitación y juntos ocupan una sola, para no dejarte sola ni te desplaces hacia donde está él – le sonrió -

- ¿En serio? – bufa y se levanta de la cama –

- Si... lo que el amor amiga mía – camina por la habitación y me queda mirando fijamente - ¿con que se casaron y se quedaron calladitos?

- Alice ... ¿Quién te dijo? – vuelve a sentarse en el borde de la cama –

- Franco me dijo; que si yo sabía algo

- Ah franco, ustedes andan como hablando mucho

- Si, lo justo y necesario; nosotros hablamos y yo le deje claro mi posición, seremos cordiales porque compartiremos en múltiples situaciones y esta es una de esas – le sonrió y me siento en la cama -

- Estoy hablando con una Alice madura y en proceso de crecimiento – bufa-

- No te emociones Julia ahorita me descacho

- Hablando en serio, la actitud que estás tomando es madura y consciente, me encanta escucharte hablar así – asiente –

- Ya me hizo daño eso no lo puedo cambiar y mucho menos cambiarlo a él, toca superar y avanzar

- Así es – le tiró un beso -

Bajo prescripción médica debo asearme en compañía; bueno Alice es dicha compañía y pues termino ella vuelta nada, no se da lo de enfermera. A la hora del cambio de habitación fue tranquilo, al entrar noté que es bastante cómoda y amplia para los dos, unas enfermeras nos dicen que Fabricio lo traerán en unas horas porque le van a hacer unos estudios para ver cómo va la recuperación.

- Julia vemos algo de televisión, ya que en la otra habitación no teníamos – me saca de mis pensamientos – asiento -

Me enfoco en la pantalla de televisor, esta en un canal de noticias y están anunciando la muerte de Paolo Damiani

- Déjalo ahí, Alice

- Julia ...

- Por favor – escucho con atención y las imágenes son del cementerio de la ciudad, relataban que su deceso se efectuó ayer, a pesar de todo su Familia estaba ahí con él, aunque no lo merecía -

- Cambiemos de canal... pongamos una película de dibujos animados

- Sabes Alice ese señor se portó mal con su familia, les robó, maltrato y casi mata a Fabricio, no estoy contenta con su muerte, ante todo era su papá

- No merecía la familia que tenía – nos interrumpe el sonido del teléfono de la habitación, Alice contesta – Julia te busca un tal Harvey

- ¿Harvey?... Ah sí dile que pase – frunce el ceño -

- ¿Quién es? Para tener un nombre tan maluco – no sonreímos –

- Alice ... es un amigo de Fabricio y mío ¿si quieres te lo presento? – abre los ojos de forma cómica y se toma el pecho –

- Estas loca ... no, me voy a quedar aquí porque no puedes estar sola en una habitación, recuerda que eres una mujer casada Julia – me sonrió y tocan la puerta –

- Alice te comportas – la señalo y asiente -

Tenía algunas semanas que no verlo y se veía bien a pesar de todo lo que había pasado, hubo cierta conexión de miradas entre él y Alice, lo note y no dije nada, más bien los presenten ese momento a Alice le entra una llamada y se disculpa y sale de la habitación

- ¿Por qué presentaste como Harvey? ¿Qué pasa? – arrastra una silla y se sienta a mi lado –

- La investigación sigue Julia, todos fueron capturados menos el abogado que le hacía todo a el viejo Paolo

- Entiendo, ¿hablas de Longo?

- Si, este se escabulle muy bien

- Cuando me capturaron él fue mi abogado, yo sabía que él tenía mucho que ver – asiente –

- Bastante, hacía parecer el dinero robado como lícito y era el encargado de consignar el dinero en las cuentas en el exterior

- ¿O sea él tiene acceso a todo lo que se robaban?

- Si, las cuentas están congeladas no puede hacer nada, pero al mínimo movimiento lo pescan

- Has hecho un excelente trabajo, lastima el nombre tan maluco que te pusiste – se sonríe - ¿Qué hay con Alice? Tu expresión fue como si la conocieras

- Nada Julia ... la vi saliendo del conglomerado, tenía horas de haber llegada a acá a Milán; ese día me pareció linda, pero ahora

- ¿ahora qué? – se levanta de la silla y se toma el cabello –

- No pensé que fuera más linda que la primera vez que la vi; ¿tiene novio? – me cruzo de brazos –

- No tiene y tampoco quiere por estos momentos Ian, ¿enserio te gusta Alice? – frunce el ceño –

- Sí .... Desde la primera vez que la vi, pero me acabo de dar cuenta que la embarré, debí decirle mi nombre real

- Ya ni modo, después le explicas – entran de forma abrupta la familia de Alice –

- Me retiro Julia en otra ocasión seguimos conversando – se centra en Alice – un gusto conocerla, hasta luego

Harvey (Ian) se va dejándome con miles de preguntas, me centro en la visita que me trajeron mucha comida, como lograron ingresar, no sé, pero esta y los antojos de todo lo que trajeron no se hizo esperar. Les conté todo desde mi matrimonio a escondidas hasta mi embarazo, obviamente las más contentas fueron Brina y la señora Annette. Las horas pasaban y Fabricio no llegaba a la habitación, mande varias veces a Alice a la recepción a preguntar y siempre decían lo mismo.

Ya entrando la noche llegó en una silla de ruedas y vestido totalmente de negro, su mirada reflejaba tristeza, ese sentimiento que él estaba albergando yo lo conocía mejor que nadie, no dijo nada solamente con la ayuda de un enfermero se cambió y se recostó, paso como media hora y no me contuve más



#5014 en Novela romántica
#1337 en Chick lit

En el texto hay: robo, italia, joyeria

Editado: 27.12.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.