Fabricio
Los funerales independiente de quien sea, siempre tiene esa aura de dolor; el de mi padre no se escapa de eso, solamente su "familia" a la que le hizo tanto daño estábamos ahí, mas por lo que él representaba para nosotros, más concretamente para Franco y para mí; era nuestro padre... un mal padre, pero lo era por eso hacíamos acto de presencia, su otra familia aunque se le aviso no llegó en ningún momento, ese tema no me dejaba tranquilo.
El día se fue extremadamente lento, las heridas no han sanado en su totalidad y el frio del cementerio me ha afectado, al salir de ahí me llevan directamente hacia el hospital.
Mi mente esta jugando conmigo, me siento culpable y a la vez no, esa lucha interna no me deja tranquilo, la llegar al hospital noto que ya hicieron el cambio de habitación. Julia se da cuenta de mi estado de ánimo, conversar con ella me tranquiliza y me da una perspectiva objetiva de lo que está pasando, con eso en mente me sumo en un sueño profundo hasta reparador diría yo.
Los días fueron mejorando para ambos, hoy es especial ya que le harán una ecografía a Julia para saber cómo esta el bebe y me dan de alta a mí,
- Ay no ... sales hoy y yo todavía tengo que esperar hasta la semana 12 – últimamente Julia esta mas sensible y por todo forma pataleta y el de hoy es por que me dan de alta –
- Julia ... piensa en nuestro bebé, si haces cosas que no debes entonces ya no será hasta la semana doce, si no hasta que nazca – trato de tomarle la mano -
- Entiendo – me tuerce los ojos –
Se queda refunfuñando y entran los doctores con los aparatos para la ecografía, desde mi posición la veo conversar con las enfermeras animadamente, la preparan entre risas; cuando esta todo listo me coloco a su lado, veo que le echan un gel en el abdomen y empiezan a frotar de forma delicada; la doctora que esta llevando a cabo el procedimiento hace caras extrañas y vuelve hacer los movimientos de la misma forma
- ¿Pasa algo doctora? – le pregunto y Julia me toma la mano de forma fuerte –
- No... el bebé al parecer esta bien, pero llamaremos al doctor especializado – se sonríe nerviosa y se levanta en busca del dichoso doctor-
Al entrar el doctor especializado, veo que observan la pantalla que tanto Julia como yo la vemos negra sin figura ni nada; ellos señalan la pantalla como buscando la forma y sin mas se escuchan los latidos del corazón de mi hijo o hija, me quedo en shock es una melodía para mis oídos, las manos me tiemblan del cúmulo de sentimientos que este ser sin nacer está haciendo en mí.
- Muchachos no hay problema con el embarazo todo esta bien y va según lo previsto – nos habla el doctor que llegó con la doctora –
- Aquí la doctora nos dijo que el bebé al parecer esta bien ¿algo pasa? – se miran entre sí y sonríen –
- Bueno chicos ... lo que pasa es que como pueden ver – nos señala la pantalla – hay un saco gestacional y dos bebés... felicitaciones van a ser padres de gemelos – el shock de al principio se multiplicó y literalmente me quede mudo –
Julia me saca del shock cuando las escucho sollozar y me acerco hacia ella y atraigo hacia mi pecho y le doy muchos besos
- Mi amor no te preocupes ... ¡dios! Me has hecho el hombre mas feliz del mundo – levanta la mirada y sus ojos llorosos me desbordan –
- Mis ... hermanos mayores eran gemelos Fabricio .... Es como si la vida me esta dando la oportunidad de formar mi familia y con mis bebes reafirmo que mi familia está conmigo
Contárselo a la familia fue algo complejo, ya que no se lo creían y explicamos que la herencia de gemelos proviene de parte de la familia de Julia. Ese día me dieron de alta del hospital a mí, había muchas cosas inconclusas con la muerte de mi padre.
Habían dos niños que habían quedado huérfanos y tanto como Franco como yo íbamos a velar porque no les faltara nada; Adriano en mi ausencia de la empresa había tomado el mando con la ayuda de mi hermano, sentía que con lo ocurrido él había cambiado y me alegra verle una determinación diferente.
El reposo en la casa no era grato, al menos en el hospital tenia a julia y mis bebes a mi lado, acá estaba con mi madre como enfermera y jefe, me tome dos días tenia muchas cosas que solucionar
- Hijo te busca una chica – me saca de mis pensamientos mi madre –
- ¿Quién?
- Idara Santoro – me tenso –
- Madre hazla pasar al despacho – me levantó para seguirla -
- ¿Quién es Fabricio?
- Ella ... era la otra mujer de mi padre – entrecierra los ojos – antes de nada, madre ella tiene dos chicos pequeños y no pueden quedar desamparados
- Umm ... entiendo hijo
Mi mente estaba a mil por hora pensando qué querrá esta mujer, ya que el señor Paolo Damiani le había mentido con respecto al dinero, y por la impresión que me dio eso era lo que la motivaba ha estar con un viejo como mi padre
- Buenas, señora Idara ¿a que debo su visita?
- Hola ... me atreví a venir hasta acá por necesidad, Paolo todo este tiempo me engaño al decirme que todo era suyo y dejó a sus hijos y a mi en la calle, así que necesito de tu ayuda ...
- Entiendo Idara ... pero se mas especifica – se levanta de la silla y me encara –
- Dinero ... necesito una buena cantidad para solventar mi situación hasta que consiga un empleo digno para mi
- ¿un empleo digno para ti? Ok Idara te daré una cantidad considerable, pero con la condición de que traigas a los chicos, yo por el momento no podre viajar a Florencia – su sonrisa me desconcertó y me alarmo –
- Está bien en una semana vengo con los chicos – le hago un cheque con la cantidad acordada y con temor se lo entregó –
- Estaré esperando Idara – asiente –
La acompañó hasta la puerta, pero algo en esa mujer no me termina de gustar, me comunico con Ian que se esta devolviendo para Florencia para que esté pendiente de los chicos, esa mujer no es de confiar y no quiero que a los chicos les pase nada ni los utilice para conseguir dinero.