Julieta, la chica suicida.

Capítulo 19

–¿En serio no puedes amarrarte bien la corbata?

–Nop, para eso te tengo a ti ¿no?

Reí por debajo.

–Quisieras.–Respondí.

La graduación de Hendrick se había adelantado más de lo qué el mismo se imaginó, el día dé hoy se convertiría en un policía , pero con el único propósito de acabar con las más grandes redes de drogas del país,  esas mismas qué un día acabó con la vida de su padre y de su héroe a su vez.

Mi relación con el a mejorado de lo mejor posible, no era una relación de romance, era una relación de amistad. Aunque al principio me irritaba ver su presencia,hoy en día me agrada más de lo que imaginé, al conocerlo de fondo me di cuenta que estaba en un error, Hendrick era un buen chico y un buen amigo. El compartir con el, la mayoría de el verano, me ha brindado una buena compañía en los momentos de soledad,Hendrick me regaló muchas sonrisas aún si esperar nada a cambio, aunque no lo diga sé que anhela más que una amistad.

Ha pasado un mes y medio desde que vi a estupidez humana por última vez, Hendrick siempre trata de mantenerme distraída. Pero aún así los recuerdos de esa noche rondan por mi mente cada segundo,  pensando rotundamente en él , sin tal vez querer. Pero es allí donde entra mi confunción ¿De verdad quiero pensar en el? ¿O es mi mente traicionandome?

–Tierra llamando a Julieta.– La voz de Hendrick me sacó de mis pensamientos .

–Sí.– Terminé de acomodar su corbata. –Deberías ya de aprender por ti sólo,  no voy a durarte toda la vida.

–Quisieras.–Imito  mi antigua respuesta .

'Es hora de irnos chicos.–La voz de Olga se hizo presente en la sala.– Llegaremos tarde ¡rápido, rápido!

Hendrick se volteo hacía ella tomándola por sus hombros, con la finalidad de detenerla.

–Madre estamos bien,no llegaremos tarde, estás preciosa,ten calma por favor. Terminaras estresandome a mí. –Besó su mejilla.–Todo estará bien tranquila.

La mujer relajó sus hombros sonriéndole.

–Lo siento... Es qué no todos los días se gradua un único hijo.–Sus ojos se humedecieron y Hendrick terminó abrazándola.

–Lamento arruinar la escena, pero ya debemos irnos no queremos llegar tarde a la graduación del bebé de la casa.

–Cierto olvidé que soy un bebé... ¿Podrías alimentarme con tus senos? Tengo un poco de hambre.

Mis mejillas se sonrojaron de inmediato.

–¡HENDRICK!– Olga lo golpeó con su cartera .

–¡Aush mamá!– Se quejó sobando su cabeza y reí.

[...]

–Hendrick Taylor.–Unos de los capitanes de la ciudad , era el encargado de llamar a cada uno de los chicos que hoy se graduaban.

Hendrick subió al escenario apretando la mano de cada uno de los más grandes de los policía , terminando con el comandante quién se encargó de entregarle su diploma y una medalla por buen cadete.

Se detuvo al frente del micrófono para anunciar unas palabras.

–Los que me conocen saben que soy pésimo para hablar en público.–Rió.–Es poco lo que diré pero si muy claro y directo.–Aclaró su garganta.–Papá ésto es por ti.–Sonrió hacía el cielo con su diploma hacía esa dirección.–Mamá gracias por apoyarme,también te lo debo a ti y por última, a ti Julieta; gracias por estar acá.

Luego de eso hubo un minuto de silencio en honor a su padre, quien representó con orgullo la policía de la ciudad, dando la vida tras luchar por el mismo motivo qué hoy Hendrick también batallará.

Al finalizar nos levantamos de nuestras mesas, aplaudiendo en honor a los qué ahora cuidarán de nuestra ciudad.

[...]

–Espero y te hayas divertido

–¿Lo dudas? Me gustó mucho pisar tus pulidos zapatos mientras bailábamos. Eso sí qué era divertido y más al ver tú cara de niño bonito, aceptando cada disculpa de mi parte todo cortez

–¿Me acabas de llamar niño bonito? Enarcó una ceja

–¿De todo lo qué te dije, nada más escuchaste "niño bonito"?

–Es lo único que me interesó... Realmente.–Sonrío.

–Idiota

–Me amas.–Dijo.

–Quisieras.–Respondí.

–Quisieras amarme más.

Reí quitándome el cinturón de seguridad saliendo del coche. Hendrick hizo lo mismo, alcanzandome a la entrada de la casa.

–Gracias por el día de hoy y si, realmente me divertí.

–No es nada Julieta, para mi siempre será un gusto brindarte días buenos.

–¿Aunque te pise mil veces los zapatos?  –Pregunté.

–Limpiaría sin dudar mis zapatos, para que los pises mil veces más.– Respondió.

–Buenas noches Hendrick.

–Buenas noches Julieta.

Se despidió de mi con un beso en la mejilla, con su usual sonrisa de niño bonito.

Lo ví irse en su coche, desapareciendo más adelante por las calles.

Di vuelta para abrir la puerta de la casa.

–¿Así qué ahora pisas zapatos y ya no estás de atravesada?

Los vellos de mi nuca se erizaron al escuchar su voz.

Giré para encontrarme a estupidez humana en frente de mi con sus brazos cruzados.

Vestía un pantalón negro,con unas botas de igual color, acompañado con una chaqueta de cuero de color beige .

Sus ojos claros me examinaban de arriba a abajo con chispa de curiosidad. Tal vez mi vestido le daba un poco de curiosidad o sólo me veo horrible.

‐¿Qué haces acá?–Pregunté.

–No puedes responder con otra pregunta, mocosa.

–¡Sí puedo! Porque estás en mi casa. –Dije.

–Teóricamente no estoy en tú casa.

–No mi interesa tus teorías Aidan, aún así estás en el jardín de mi casa genio. –Bufé.

–No importa.– Se encogió de hombros.– ¿Qué hacías vestida tan... Arreglada?

–Fui a la gra... ¿Y a ti que te  importa?

–¡Oye! Sólo preguntaba.– Se defendió.

–Bueno ahora debes irte ¡Vamos! ¡Vete! Si papá te llega a ver...

–¿Qué pasa si me ve, mocosa?

Me matará.

–Te matará.–Lo agarré por su chaqueta, alejandolo de la casa.– ¡Sal ahora de acá Aidan!

–Un italiano no debe de tener miedo es nuestro lema... Además tú y yo no estamos haciendo nada malo, claro al menos que tú quieras.–Guiñó su ojo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.