El viejo lobo no había logrado partir con los suyos en plan de ataque a los demás hechiceros del país. Iba a ser un trabajo duro y largo, e iban a necesitarlo. Pero aun así, no había logrado dejar atrás a Clara y Julieta. Había regresado solo hasta el pueblo y había vuelto a refugiarse en la casa que ocupara con sus compañeros. Madre no estaría feliz de verlo por allí de nuevo. Pero aun así se quedaría. Registró el sótano donde escondían a la tal Sofía y su supuesto padre. Les habían dejado comida, y al fin el hambre había vencido sobre el viejo que parecía empezar a aceptar su vida de lobo.
-¿Qué vas a hacer Alain? –Preguntó una muy recuperada Sofía –temo que este hombre quiera escaparse de buenas a primeras.
-Vas a darle esto en cuanto puedas –susurró –es un suero que me dio Madre. No era exactamente para él. Pero no importa.
-De acuerdo –dijo la loba.
-Necesito comunicarme con tu antiguo compañero, ¿Alguna idea?
-Lo vi pasar hoy en dirección a la colina. Creo que iba huyendo de alguien, asique me volví a encerrar en el sótano junto a Klein.
-Joel ha regresado, percibí su olor cerca de la cabaña en donde vivían. Esto se pone feo.
Safe Creative
Todos los derechos reservados
1806187440382