Julieta quiso quedarse

Brais

  Las brujas todas, se afanaban por terminar el trabajo antes de la llegada de los cazadores. Despertar a una ciudad durmiente no era tarea sencilla y requería de muchísima concentración.  Roderica, a diferencia de sus compañeras, solo se encargaba de la pobre mente de Brais. Cambiarlo todo dentro de su cabeza era una tarea compleja y divertida. Sí, divertida. Porque Roderica odiaba con una especial saña a ese hechicero. El gran inventor del desastre.

-Cuando llegue el momento querido Brais, vas a sugerirle a toda la aldea que beba de este preparado –señaló unas botellas de vidrio que contenían un jugo verdoso y viscoso –sin falta ¿Me oíste Brais?

-Si Madre –respondió el aludido con ojos desorbitados. Brais estaba catatónico, alucinado por todo lo que Roderica había practicado en su mente.

-Perfecto, solo un pequeño trago bastará –la bruja se regocijaba al ver su plan cumplirse paso a paso –En cuanto todos lo hayan hecho vas a buscar todas las armas de las que dispone la convención y van a prepararse para la defensa. ¿Está claro?

El hechicero asintió.

-El pacto con los cazadores Beta acaba de romperse, porque decidiste asesinar a los brujos Roth y Galiana. Solo los hechiceros dominarán y van a valerse de la fuerza bruta de los lupis. Sus nuevos aliados. –Roderica repitió lo mismo tres veces. Y solo cesó cuando Brais asintió.

-Vas a obligar a tus mensajeros de los demás lugares a que no acepten más ingresantes en la hechicería. Que dejen atrás a los nuevos. Y que quemen listados, grimorios, donaciones y pociones originales. Y –dijo rodeando al brujo –lo que sobre de este preparado, lo vas a enviar para que otros lo beban –¿Entendido?

-¿Qué les diré para que me obedezcan Madre? –preguntó, y la bruja notó que no con menos miedo.

-Eso lo dejo a tu criterio –la bruja rió, la divertía sobremanera ver como Brais sufría. –Tenés mucha imaginación querido.

-Gracias Madre –la legítima sintió en ese momento, deseos casi incontrolables de aniquilarlo de una vez por todas. Pero se contuvo. La imagen del brujo liderando las batallas en su contra, era algo que no podría dejar atrás hasta ver su cabeza rebanada.

-La guerra se aproxima Brais. Está muy cerca –dijo mirando ufana lo que sostenían sus manos: el nuevo estandarte de los hechiceros, un lobo antropomorfo que sostenía entre sus manos el cáliz y la rosa.

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