Juntos para crecer (editando)

4. Adonis perfecto

‹‹Eres tan bonita y perfecta que mereces todo lo bonito y perfecto que llega a tu vida››

Era una mañana como cualquier otra, el primer día de trabajo de Victoria y Lucía había llegado y ellas se abrían a una nueva experiencia. Al llegar al trabajo las dos se registraron y separaron sus caminos para ir a realizar sus labores, Victoria en el piso once mientras que Lucía en el nueve. Hoy una de ellas tenía una entrevista personal con el jefe de jefes,aun no lo conocían y esperaban dar la mejor impresión, debían quedarse con el puesto.

VICTORIA

Después de todo lo vivido en estas dos semanas ya no hay nada que me asuste o al menos me sorprenda. Pero ahora, en este precioso instante, estoy realmente intranquila e inquieta. Se que si salgo bien de esa reunión e incluso si mi trabajo es excelente podré quedarme, caso contrario me despedirán y John no podrá hacer nada.

Entro a la sala de juntas y está vacía a excepción de John quien me mira y sonríe. Esa sonrisa me da años de vida y hace que en mí crezca mi confianza. Se acerca a pasos lentos e imito su acción.

—Hola pequeña —me da un beso en la mejilla—. Me gusta la puntualidad —elogia, separándose de mí y veo como nota mi nerviosismo—. Preciosa no estés nerviosa se que puedes estar aterrada porque el jefe va estar aquí. Eso nos pasa a todos —toma mis manos—, pero debes estar serena y segura de ti misma —besa mi frente, es como mi hermano— eres muy buena en lo que haces, confía en tu potencial —dice mientras me entrega unas carpetas color gris con el sello de la compañía impregnado. Realmente hasta las carpetas son elegantes en este lugar—. Hoy van a presentar un proyecto nuevo el cual debes llevarlo a otro nivel —hace un gesto con la mano y yo resoplo un sintiéndome bajo presión—. Perdón, ya no te estreso más ya deben estar por llegar todos.

—Gracias John. Te quiero… lo sabes ¿verdad? 

Lo miro y me pierdo en esos ojos celestes como el mar. Me mira con ternura y después de delinear mi mejilla, responde:

—Claro que lo sé —musita, feliz—. Tranquila van a amarte y ojo… no te quedes callada, da tu opinión siempre.

—Gracias…

Me da un guiño y luego un abrazo que me hace reirme y perder un poco los nervios. Con el pasar de los minutos la sala se llena hasta que solo dos puestos quedan vacíos y me pregunto ¿para quiénes serán? Pues la sesión está a punto de empezar.

Bajo la mirada al reloj de mi muñeca y en efecto sólo faltan dos minutos para dar inicio. El sonido de la puerta abriéndose me hace dar un respingón. Mis ojos innatamente buscan al causante del sonido y lo encuentran en todo su esplendor. 

Es el jefe. 

Y es un completo adonis griego. 

Trago grueso mientras detallo unas cuantas cualidades físicas. Es alto, calculo unos 185 centímetros de sensualidad, fornido, irradia y refleja elegancia e imponencia. Sus fracciones son rectas, pero muy masculinas. Tiene unos bellos ojos color gris que puedo jurar brillan con el reflejo de la luz. Su barba está perfectamente cuidada. Su cabello castaño muy bien peinado. Y finalmente, enfundado en un traje hecho a la medida color gris oscuro de tres piezas acompañado de un sencillo, pero costoso reloj. 

Es muy apuesto para cualquier mujer con buenos gustos. 

—Buenos días, con todos. Pueden dar inicio —dice mientras toma el asiento vacío. Al igual que la mujer que hasta ahora noto y la que presumo es su secretaría. Coloca su cien por ciento de atención en la reunión e ignora al que no hable.

Lo miro por unos segundos, él debe tener muchas afroditas rondandolo. Lástima que mi corazón está roto y negado a amar. Sacudo mi cabeza, no se porque pensar en aquello cuando está muy lejos de la realidad…lejísimos…imposible.

La reunión comienza con temas de ‹‹Expansión de Industrias››, con el pasar de los minutos me pierdo y me alejo más del asunto que se están tratando, observo cómo las gotas mojan los cristales y como el cielo se torna gris. Sumergida en mis pensamientos, lo único que percibo es su voz, si la voz de mi “adonis griego” o “amor platónico imposible”, tiene un matiz entre fuerte y demuestra la seguridad de sus palabras.

—El nuevo proyecto de la empresa “B & M Constructions”, representa un gran reto para todos. No solo representamos a la mejor empresa de arquitectura sino que estamos demostrando nuestra eficiencia y eficacia como empresa —hace una pausa, todos estamos atentos a cada idea o palabra que sale de su boca. Es simple, él llama la atención con su mirada penetrante y fija en su objetivo—. Necesitamos que cada detalle de este proyecto salga impecable para ello se va encargar la señorita… —con toda elegancia que lo distingue hojea los documentos de su carpeta— Victoria Miller —levanta la vista y esos ojos grises se clavan en mí, poniendome sumamente nerviosa ¿que diablos me pasa? Peor aún… ¿Qué diablos le pasa a él? Soy la nueva—, ella junto a otros componentes del departamento de proyectos previamente seleccionados. —nadie se atreve a contradecir a este hombre—. Este proyecto es muy importante para mí, por lo tanto, personalmente estaré al frente —su voz no tiene un solo apéndice de duda— ¿está todo claro? ¿alguna pregunta? —veo como todos se miran entre sí—Si es todo pueden retirarse, excepto la señorita Miller 

¿Porqué carajos no me puedo ir? 




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