Juntos para crecer (editando)

8. Café

CAFÉ

‹‹Quizás no empiece con un beso sino con un lo siento››

En la empresa Sofía, la secretaría de Liam, se sorprendió por todo el desastre en la oficina del jefe. No dudo en llamar a conserje después de que ella se haya acomodado un poco, pues no quería chismes o que hablaran a las espaldas de su jefe, ella lo aprecia mucho y no lo veía más allá que un jefe un hombre bueno aunque nadie lo note.

Mientras tanto, en la cafetería Liam estaba realmente incómodo y hasta molesto con Victoria. Nunca nadie lo había hecho sentir de esa manera.

—¿Vas a renunciar? —preguntó Liam queriendo que la respuesta sea negativa.

—Si señor Liam no tiene caso seguir en esa empresa —respondió Victoria sin una pizca de duda y sin titubear en ningún momento.

Podía ser orgullosa cuando se lo proponía sin importar nada de lo que pudiera ocurrir luego. 

—Dejame de llamarme señor no soy tan viejo —gruñó él furioso de su negativa—, además no creo que después de todo lo que te hice pasar me sigas tratando así, solo dime por mi nombre —impuso y añadió—, referente a lo de la renuncia no es necesario.

—Hay que aclarar unos puntos, señor Liam —dijo Vic sin inmutarse por lo antes dicho por su jefe.

—¡No me digas señor, es una orden Victoria! —interrumpió Liam, un tanto fastidiado por la situación.

—¡Le recuerdo que ya no trabajo para usted! —respondió ella de manera indiferente, como una niña caprichosa.

—Victoria por favor —masculló entre dientes—, estoy aquí hablando contigo porque sé cuando debo reconocer un error y además... —hizo una breve pausa— eres muy buena en tu trabajo, un muy excelente elemento para mi empresa —terminó y claramente mintió, pues aún no entendía la atracción que sentía por ella, claramente le gustaba, pero él se empeñaba en negar sus sentimientos esos que cuando aparecían solo lo hacían débil.

No es tan poco que la quiera y mucho menos la amara pero le gustaba y eso ya es el comienzo de algo.

—Mire señor Liam —continuó Victoria.

—¡Le dije que me llame Liam, no señor! —la paciencia de Liam estaba a tope por lo que alzó la voz.

—¡Y yo le dije que ya no trabajo para usted! —gruño la castaña.

Se aniquilaron con la mirada unos segundos hasta que él cedió al poder de esos ojos y habló:

—Mira Victoria no tengo toneladas de paciencia y si estoy aquí es porque representas bastante para mí empresa y te lo repito cometí un error contigo. Lo personal y lo laboral no se deben relacionar y lo hice. 

—Señor…

—Llamame Liam o no vamos a poder seguir esta conversación

Victoria suspiro, quizás tuvo una meditación interna de segundos. Quería estamparle el florero del centro de mesa o quizás romper la silla en su cabeza, pero controló sus emociones y accedió al capricho de llamarlo por su nombre. Al fin y al cabo no sería una falta de respeto puesto que él lo estaba autorizando.

—Está bien —musitó, apretando los dientes.

—¿Está bien que Victoria? —preguntó sólo para sacarla de quicio.

—Llamarlo por su nombre

—Y no renunciar por supuesto —añadió Liam desde el otro lado de la mesa.

—¡No! Eso sí que no, yo no he dicho eso

—Vamos Victoria, necesitas el empleo

Ella lo analizó, claro que necesitaba un medio para vivir, y sabía que podía conseguir otro si llamaba a sus padres o a su hermano para que contacte a su famoso amigo Lee, tenía opciones, pero sin duda la mejor era la que estaba a punto de perder. Y así otra vez cedió.

—Regreso a trabajar en la empresa y lo llamo Liam —agregó y solo le faltaba añadir un sonoro ‹‹ashh››

—Si nunca te has ido —bufo Liam con una media sonrisa en su rostro.

—Mire señ.. —me mordió el labio lo que llamó la atención de Liam y sus ojos se posaron en aquellos labios que aunque no eran grandes tampoco eran pequeños. Eran perfectos—, Liam si regresó y dejó mi orgullo de lado es porque necesito el empleo y creo que tampoco soy quien para seguir juzgando, además soy solo una simple empleada más —bufo y sonrió a desgano.

—No eres una simple empleada, tú como ya lo mencionaste, eres un elemento muy importante en mi empresa y en este último mes ha demostrado lo excelente que es tu trabajo —hizo una pausa mientras tomó su jugo, Victoria sólo lo miró era tan sexy pero era su jefe y además ella ya cerró su corazón no para siempre pero al menos por ahora— quedamos como compañeros, ¿qué te parece? Además creo que ya ha visto una fase muy vergonzosa para mí y tenemos un proyecto juntos.

—No Liam —sonrío, nerviosa— no creo que sea lo correcto que nosotros seamos más que jefe y empleada. Lo que paso ayer ya pasó y ahora ya lo archive así que no te preocupes, podemos mantener la relación de antes: jefe-empleada, señor-señorita —expresó, Victoria no quería ser molestosa y menos abusiva después de todo lo acontecido hace tan solo unas horas atrás. 

Además nunca había visto a su jefe de esa manera tan abierta aunque a ratos se notaba su fastidio. Ella debía mantener la distancia, de cualquier forma. 




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