Me despierto con una sonrisa en mis labios, aun soñolienta puedo sentirme feliz al recibir un beso en mi frente.
—Amor ya me voy— abro los ojos para verlo vestido y guapo como siempre, él me acaricia el cabello y yo miro sus ojos grises hace mucho tiempo que necesitaba sentirlo asi conmigo.
—Quedate conmigo Liam—lo abrazo y él se inclina un poco para responderme.
—No puedo mi amor… sabes que tengo que viajar a esa sucursal, ademas para hoy en la madrugada ya estoy de regreso
—No me dejes Liam—no quiero que me deje ni por un segundo, con el embarazo cada vez estoy mas sensible.
— Claro que no mi pequeña, nos vemos en la noche—deposita un beso en mis labios y yo sonrio cuando desciende hacia mi panza y la besa— nos vemos mis princesas— luego acaricia mi prominente vientre de seis meses que parece de diez, se va.
Las hormonas son deprimentes.
Quiero llorar
Maldicion ya estoy llorando…
Me quedo un tiempo en la cama pensando en todo lo que hemos pasado juntos, ignorarnos por meses, luego estar juntos, separarnos y a pesar de todo eso nos amamos y seguimos creciendo.
Sonrio incoscientemente.
Después de ello me baño y me alisto para ir a visitar a Ana y a las trillizas quienes me van acompañar a la cita con mi ginecóloga. Me pongo un vestido casual color rosa pastel, con zapatos bajos y una chaqueta de color blanco.
Tomo todo lo que necesito, mi cartera, mi teléfono, y bajo para encontrarme en la recepción con las trillizas quienes me miran y se abalanzan a abrazarme. Ahora me aman más que a Liam.
—Hola a la mamá más hermosa del mundo—gritan felices
—Hola pequeñas—les respondo con efusividad—¡vamos al chequeo de sus sobrinas!
—Ya quiero que nazcan, pero nos va a faltar una—Chloe hizo puchero y yo sonreí por sus ocurrencias. No nacen y ellas ya quieren uno más.
Despues de viajar con Diego por algún tiempo observando Londres que estaba más hermoso que nunca, llegamos a la clínica, uno de las mejores, Liam quiere que todo sea perfecto para sus niñas.
—Están listas
—Siempre
Entramos entrelazando nuestros brazos como niñas que van a su nueva aventura.
— Hola a la mamá más hermosa del mundo—dijo la doctora Pamela, saludándome y dándome un abrazo fuerte—y mis trillizas como han estado
—Súper híper mega bien Pame—saludaron
—Son tremendas—Pamela las miro con interrogación y todas estallamos en risas.
—Ponte la bata y ven para ver cómo están esas hermosuras—caminé hacia el baño y me cambié, revisé mi teléfono pero no tenia ni un solo mensaje de Liam. Para esta hora ya debería haber llegado.
—Lista
—Perfecto ven aquí—me señaló la camilla—veamos que tanto hacen esas personaras ahí— sonrió Pamela había sido la ginecóloga de las trillizas, era una mujer de cuarenta y cinco años, demasiado dulce y simpática.
—Oh estan aquí míralas—enfoque mi vista en el motor, las siluetas de sus rostros eran perfectas, dos mujercitas que habíamos hecho Liam y yo
—Son hermosas—asiento, despues de unos chequeos más, ya estoy frente a su escritorio y Pame escribiendo un recetario.
—Estos ultimos meses son muy importantes tanto para tu salud como para la de tus hijas. Como es parto de gemelos es necesario precaución—dudo un poco y pregunto:
—¿Se corren riesgos?
—Si Victoria—me siento un poco nerviosa, ella lo nota y añade—nada de alarmarse estas empezando el sexto mes y el parto se puede adelantar a los siete meses es por eso que necesitas estar tranquila y continuar con todas las indicaciones—me entrega la hoja con su sello y firma.
Una vez terminada mi revisión Diego nos llevo hacia una cafetería, mis hijas pedían el postre de tres leches que solo esa cafetería tenía. Entramos y nos sentamos en una mesa frente a la ciudad, ordenamos y luego comenzamos a conversar
—Ya han pensado en nombres—me pregunto una trilliza
—La verdad no—estaba tomando mi jugo de naranja cuando un golpe fuerte en mi pecho hizo que soltara la copa, acaricie mi vientre y respire
—Oh por Dios estás bien—
—Si solo fue un…es normal…supongo—puse mi mano en mi pecho
—Creo que es mejor que descanses, vamos a la casa—asentí. Llegamos al departamento y la sección de vacío aún no desaparecía pero si estaba mas tranquila.
—Veamos una película—sugerio Chloe
—Por su puesto mis niñas—cuando estábamos a punto de empezar a ver la película unos golpes fuertes e insistentes en la puerta hicieron que pongamos pausa.
—Voy a abrir—exprese poniendome de pie y sacandoles una sonrisa a mis trillizas
—Ok voy a traer las palomitas—camine hasta la puerta, cuando abrí me sorprendí un poco de la persona que estaba al otro lado.
—James ¿no viajaste con Liam? —pregunte incrédula, se suponía que James acompañaría a Liam en este viaje, bueno él siempre es su sombra.
—Victoria tienes que ser fuerte—lo dijo en un hilo de voz ¿Ese no era James? sus ojos me dicen que algo no esta bien, mi corazón me lo avisa, mi pecho subia y bajaba con prisa y apunto de hacer bing bang.