Juntos para crecer (editando)

La niña de mis ojos

LIAM

Camino por el pasillo y llego al despacho de mi futuro suegro si es que me lo permite. Nervioso, emocionado y feliz son algunas de las emociones que siento, Victoria acaba de perdonarme pero ahora necesito que Antonio este de acuerdo con nuestro matrimonio.

—¡Liam!—me dice Antnio mientras sirve una copa de un licor de su bar y me la entrega—lastimaste a mi hija jovencito—me trata como a un chico y lo entiendo—la hiciste llorar y sufrir y eso es muy desagradable—lo dice con un tono de molestia en su voz.

—Lo se—acepto la culpa

—Claro que lo sabes—me afirma en un gruñido y se sienta en su gran sillon de cuero negro—Liam, quiero ser sincero contigo—ahora yo me siento en la silla frente a su escritorio y por primera vez me siento inferior—te conozco desde que eras un niño, un adolescente, que se abria al mundo y es por eso que se la clase de hombre que eres—asiento y continuo escuchandolo en silencio—si mi hija es feliz contigo pese a todo yo soy el primero en aprovarlo porque lo que mas me interesa es la felicidad de mi pequeña, de mi hija—lo dice sin duda en su voz.

El señor Antonio, es un hombre que desde que lo conozco vive y muere por su familia. Es leal y sincero. Nos quedamos en silencio unos minutos cuando yo rompo el silencio.

—Le acabo de proponer matrimonio, Antonio—lo digo, meso mi copa y tomo de golpe. Necesitaba fuerzas para decirlo, espero ver su reaccion y me siento como si estuviera apunto de recibir la peor o mejor noticia de mi vida, pero él solo sonrie y su silencio habla por si solo pero a la vez me da una crisis de nervios.

 

¿El imponente Liam esta intimidado?

Claro que lo estoy 

!Maldición!

 

—Ya era hora Liam, ya era hora, me alegro, me alegro tanto por los dos—puedo ver la emoción que se llevo con la noticia y eso para mi es un respiro—solo es necesario ver los ojitos de la niña de mis ojos para entender que tu la haces feliz y que ella no quisiera estar en otro lado

—Yo la amo demasiado y no la podia perder

—Y porque eres valiente y aceptaste tu error te permito estar aquí, porque o sino yo mismo te matara por haberla echo sufrir—los dos nos reimos y el ambiente se relaja mucho mas.

 

¡Victoria es mía!

 

Pero ahora como padre de la mujer que va a ser tu esposa quiero decirte solo un par de cosas—me pongo serio de la misma manera en la que él lo hace

—Primero ahora vas a ser papa de dos mujercitas, y que creeme te van a volver completamente loco—me rio y él afirma—es cierto hombre, hasta tendras que usar binchitas y jugar al te. Pero tambien seras exigente y muchas veces duro. Otras seras su heroe favorito y al siguiente momento ellas ya se enojaran contigo por tus buenas emendadas. Pero aunque pase eso y mas no dejaras de ser su padre y ellas te amaran con toda su vida y tu por ellas seras capaz de morir. Lo sentiras cuando las cargas por primera vez, desde ese momento nunca más queras soltarlas.

—Lo hare con gusto, amare a mis tres mujeres.

—Claro que lo haras. Segundo debes proteguerlas y amarlas con todo tu corazón, porque se lo merecen—asiento—y escuchame bien Liam Bloomerang tu puedes ser uno de los empresarios mas importantes de Londres y de todo el mundo pero si vuelvo a ver que mi hija derrama una lagrima de tristeza por ti, no me tentare en destruirte, porque nadie toca lo que es mio y sale ileso, nadie toca a la niña de mis ojos porque lo mato—me amenaza y penetra con sus oscuros ojos.

Pero como ser consciente que soy es claro que no me atreviera nunca mas en mi vida causarle dolor a mi pequeña

—Tercero y creeme que es lo que mas me duele aceptar, pero el dia de hoy Liam Bloomerang te estas llevando a mi princesa, la princesa de esta casa y espero la conviertas en tu reina, porque se lo merece, mi pequeña Victoria se lo merece—su voz se entrecorta y se cuando le duele que su unica hija mujer se vaya a casar. Lo entiendo porque se que en unos años estare asi con los novios de mis hijas y juro que mataria si alguien se atreviera a hacerlas llorar.

!Lo mató!

—Gracias Antonio, gracias por permitirme ser el esposo de tu hija y no dudes que sera la reina de mi vida

—Eso espero yo yo mismo te matare—caminamos al bar y brindamos entre risas—lo juro Liam, cuidalas, cuidalas mucho. Hazla feliz

—Sera la mujer mas feliz del mundo—durante los minutos siguientes me da consejos cargados de madurez y sabiduría.

—Creo que nuestras mujeres nos esperan—me dice viendo su reloj y dandonos cuenta que ya paso mucho tiempo. Caminamos hacia la puerta pero antes de llegar el con voz ronca y fuerte dice:

—Hijo, bienvenido a la familia—me da un abrazo y unas palmadas en la espalda y se que ahora tengo la mision de hacer feliz al amor de mi vida.

¡Claro que sí!

 




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