Ha pasado una semana y todavía no he hablado con Brad y todo sigue igual.
Mientras camino siento su mirada persiguiéndome, pero no nos dirigimos la palabra.
Regreso a la casa y me voy a la sala de juegos con Nathan ya que Katlyn se quedó en su casa.
—Sky, ¿todavía no has hablado con Brad?
—No
—¿No piensas hablarle?
—No lo sé
—Esperemos a ver qué pasa con el tiempo
—Iré a la cocina, ¿quieres algo?
—Una cerveza
Voy a la cocina y está mi madre tomando café y revisando correos en su laptop.
Paso a su lado sin decir nada y cuando voy a salir de la cocina me detiene.
—¿Qué te pasa? —me pregunta sin quitar la vista de su laptop
—Nada, ¿por qué?
—No mientas, te conozco —dice y me mira a los ojos
—Hace una semana que no hablo con Brad
—Ok, ahora ¿quién es Brad?
—Es un chico nuevo que es un poco… diferente
—Y ¿por qué quieres hablar con él?
—Porque no es mala persona y me cae bien
—¿Qué pasó que ya no hablan?
—El día que discutimos estaba de mal humor porque tenía hambre
—Sky —dice mi madre poniendo los ojos en blanco —Pídele perdón entonces
—No, no lo haré
—Bueno tú sabrás, pero piénsalo bien
Regreso a la sala de juegos con una soda y la cerveza de Nathan.
—Ten —digo extendiendo la cerveza hacia Nathan
—Gracias
Me acuesto en las piernas de Nathan y pone a reproducir la película.
Mientras vemos la película no comento y Nathan vuelve a ponerle pausa.
—¿Te gusta Brad? —pregunta acariciándome el cabello
Tengo muchos años de amistad con Nathan y ahora somos hermanos y siempre ha sido directo con lo que quiere saber y sinceramente me tuve que acostumbrar a eso.
—No estoy segura, siento que él oculta algo
—Pero, ¿te molesta que no hablen?
—Algo, pero sé que tengo que disculparme, pero no puedo hacerlo por lo que me dijo.
—Deja el orgullo por una vez hermanita —dice y me sonríe
Suspiro —¿Quieres hacer una pijamada?
—Pero busquemos a los demás
—¿Cómo los haremos salir de las habitaciones?
—Fácil, ponte tu equipo de paintball mientras yo busco las pistolas
—Interesante tu idea —digo sonriendo
—Como tendrán sábanas no le haremos ningún daño… grave y bajarán quizá molestos o a perseguirnos, no sé —dice Nathan encogiéndose de hombros.
—Bajarán a seguirnos el juego, pero hagámoslo bien, toquemos todas las puertas y cuando todos salgan les disparamos y bajamos corriendo.
—Bien —dice con su sonrisa de niño travieso
Subimos y me paro en la puerta de Zack y Nathan en la de Dani. Me mira y asiento preparada, tocamos las puertas y de inmediato pasamos a las de Dylan y Gabe.
Los cuatro salen de sus habitaciones y tienen la sábana sobre los hombros tal como dijo Nathan y comenzamos a dispararles.
Cuando reaccionan ya estamos casi al final de las escaleras y bajan corriendo.
Damos varias vueltas a la casa y nos metemos en la sala de juegos riendo y respirando entrecortadamente, nos sentamos en el piso.
Gabe nos pregunta suavemente.
—¿Qué les sucede a ustedes? —lo dice tranquilo, pero todo el enojo se le notaba en la mirada.
—Queremos hacer una pijamada —contesto con la cara más inocente que puedo poner.
A Gabe se le suaviza la mirada cuando me escucha.
—¿Solo por eso llenaron mis sábanas de pintura? —dice Dylan riendo
—Sí
—Bueno, empecemos la pijamada —dice Dani sonriendo