Júrame tu silencio

12- Corredora

Estamos solos en casa, ya que mis padres han tomado la costumbre de irse primero que nosotros y cuando es así nos turnamos para cocinar. Hoy me toca a mí con Gabe.

Salimos de la cocina y antes de poder empezar a desayunar ya Katlyn está sentada en el regazo de Dylan esperando su plato.

—¿En serio, otra vez? —digo pasando sus platos a ambos

—Déjame ser feliz —dice Katlyn

—No te he dicho que no seas feliz, pero sus demostraciones de amor ya me tienen cansada —digo sentándome

—Hablando de amor —dice Nathan —¿Cuándo conoceré a Brad?

—Probablemente hoy, me ayudará con física

Terminamos de desayunar y salimos en dirección a la universidad.

Estamos camino al salón de algebra, cuando siento que me quitan mi maleta del hombro y miro hacia atrás, es Brad.

—Buenos días, Cielo —me da un beso en la mejilla y se pone a mi lado.

Mira a Katlyn —Buenos días

—Hola, cariño —le respondo

—Hola, Brad —le dice Katlyn

—Saben que el profesor no vino hoy ¿verdad?

—¿No? —pregunta Katlyn

—No, así que hay una hora libre

—Excelente, veré si Dylan quiere saltarse su hora de clase —dice Katlyn emocionada.

—¿Me estás abandonando? —pregunto fingiendo indignación.

—Oh vamos, estás con Brad y además no quiero ser violinista —dice al tiempo que se aleja.

—Ok

Salimos por la parte de atrás del edificio y nos sentamos en las escaleras.

—Cielo, ayer se me olvidó, pero quiero que vengas conmigo a Lyra, Braler el viernes para una carrera que será el sábado en la noche —dice Brad mirándome.

—Claro, pero, ¿a qué hora me tendré que despertar? —pregunto arqueando las cejas

—Tranquila, saldríamos a las 12:00 p.m. por lo que puedes dormir hasta las 10:30 a.m. —dice riendo

—¿Llegaremos a tiempo si nos vamos a esa hora?

—Sí, porque iremos en el jet que me dan mis patrocinadores.

Noto que cuando lo dice sonríe, una sonrisa engreída, pero así lo conocí así que creo que me tendré que acostumbrar.

—Está bien

Brad tiene el llavero del carro en la mano, se lo quito y me pongo de pie.

—Vamos, daremos un paseo —digo animándolo a que se pare

—¿Tú conducirás?

—Claro

—De acuerdo, vamos a la pista de carreras —dice poniéndose de pie

Camino delante de él mientras él sigue llevando mi maleta y la de él.

Estoy emocionada ya que tengo bastante tiempo sin conducir.

—Pareces una niña chiquita —dice Brad después de cerrar la puerta del lado del copiloto.

—Es la emoción

—Vamos, la pista no está muy lejos de aquí.

—Ajá

En el trayecto a la pista, Brad no deja de mirarme.

—Nada mal —me dice cuando llegamos a la pista

—Oye, si yo quisiera te ganaría en una carrera —digo cruzando los brazos sobre el pecho.

—¿Estás segura?

—Cuando quieras

—Hagamos algo —dice

—¿Qué cosa? —pregunto con curiosidad

—Ahora que entremos usarás el Ferrari y darás tres vueltas y tratarás de romper uno de mis récords, aunque sé que no podrás —dice riendo por lo que pongo los ojos en blanco —Y por cada vuelta que hagas y no logres el tiempo, me gustaría que me dieras un beso.

—Me parece bien

Caminamos hasta los vestidores.

—Tendrás que ponerte uno de mis trajes —dice Brad sacando uno de su casillero.

—Pero no me quedará, eres más alto que yo.

—No importa, es solo por seguridad —dice dándome el traje —Es uno de los más chiquitos que tengo.




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