Juramento de dragón

CAPITULO 3

— ¿Sos hija de un duque o de un marqués? —dijo Owen. Yo no sabía qué responder. Lara seguía mirando en shock.

— Soy hija de un duque.

Él solo asintió.

— Ya veo, por eso te quieres ir.

— Bueno, yo te puedo llevar a la salida de las murallas mañana, pero no puedo más por mi pacto —dijo Owen, tomando una cerveza.

Se refería a que si haces un pacto con una criatura, no pueden estar demasiado lejos uno del otro, ya que se debilitan.

— Gracias, Owen.

Él se limitó a asentir.

— Bueno, es mejor que comas algo —dijo Lara, levantándose y dirigiéndose hacia un horno de barro que tenía una olla. Agarró un plato y sirvió sopa.

— Come, está caliente, así que con cuidado.

Yo solo asentí y sonreí. La probé, y la verdad, estaba bastante rica. Lara se levantó de su silla mientras tarareaba.

— Bueno, nosotros vamos a dormir. Descansa un poco, mañana temprano Owen te llevará.

Owen asintió también, levantándose.

— Muchas gracias por todo.

Ellos sonrieron y se fueron al cuarto de al lado.

Por mi parte, terminé de comer la sopa, pero no pude dormir. Tenía miedo de que me encontraran.

05:00 am

Ya estaba despierta, ya que no pude dormir nada, pero seguía acostada esperando que el agua se calentara. Lara ya estaba despierta, al igual que Owen.

— Creo que somos de la misma talla, así que creo que te va a quedar —me dijo, trayéndome algo de ropa.

— Elige lo que más te guste.

— Muchas gracias.

Ella solo asintió y se fue a fijar el agua.

Elegí un vestido negro muy lindo, se veía bastante cómodo, la verdad.

— ¿Ya está el agua, Nayra? ¿Encontraste algo que te guste?

— Sí, ya encontré.

Fui directamente a bañarme.

Cuando salí del baño vi a Owen que ya tenía los bolsos listos

-- ¿ya estas lista para salir? -- dijo Owen y yo asentí

-- que bueno, el vestido te queda hermoso -- Lara me dijo mientras se me acercaba con un mochila

-- te guarde algo de ropa y parte cosas que te podrían servir espero que puedas llegar al Reino Santo

-- muchas gracias Lara espero que más adelante nos podamos volver a ver -- dije con una sonrisa

Owen me ayudó a ponerme bien la mochila y salimos por una puerta trasera que daba a un callejón. El cielo todavía estaba oscuro, pero ya se notaban los primeros colores del amanecer.

—Vamos por aquí —dijo en voz baja mientras caminábamos pegados a las paredes de las casas.

—¿Hay guardias? —pregunté.

—Sí, pero a estas horas están cambiando de turno. Es el mejor momento para salir.

Avanzamos sin hacer ruido, y en menos de media hora llegamos a una reja oxidada escondida entre plantas. Owen empujó una piedra al costado, y el metal al abrirse lentamente.

—Por acá. Rápido, no tenemos mucho tiempo.

Atravesamos un pasadizo estrecho hasta llegar a las afueras del pueblo. A lo lejos, el Bosque Encantado se alzaba como una muralla viviente, lleno de neblina plateada. Me detuve un momento para mirarlo; algo en mi interior temblaba.

—¿Estás segura de que quieres seguir? —me preguntó Owen con una mirada seria.

—No tengo opción.

Asintió. Me entregó una pequeña piedra con símbolos.

—Esto es una runa protectora. No te va a salvar de todo, pero si el bosque intenta confundirte, esto puede ayudarte a encontrar el camino.

—¿Por qué me ayudas tanto? —pregunté, apretando la runa entre los dedos.

Owen bajó la mirada.

—Porque no sos la única bastarda huyendo de un destino que no eligió.

Nos quedamos en silencio unos segundos.

—A partir de aca, no puedo ir más lejos —añadió con tristeza—. Mi vínculo con Lara me limita.

—Gracias, Owen. De verdad. Nunca lo voy a olvidar.

Nos despedimos con una sonrisa. Me giré y comencé a caminar hacia el bosque. Cada paso se sentía más pesado. La neblina me envolvía y el aire se volvía más espeso.

Sabía que este era solo el comienzo.




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