CAPITULO 5

Sentía mis ojos pesados mientras los abría; no me acuerdo bien qué pasó, solo sé que vi a la reina y después me desmayé. Me dolía la cabeza y, cuando pude abrir bien los ojos, lo único que pude ver fue una flecha apuntándome; cuando levanté la cabeza, vi a un hombre... mejor dicho, un centauro. Era bastante alto y daba mucho miedo; no podía formular ninguna palabra, tenía un nudo en la garganta.

—¿Qué hace una Linare en el bosque? —dijo el hombre al frente mío; me miraba con una profunda seriedad.

—Soy... me llamo Nayra, no Li... Linare, señor. Por favor, pue... puede sacar el arma, no vengo a hacer daño —el hombre me miró por un segundo antes de sacar la flecha de mi cara.

—Sé bien que no te llamas Linare; me refiero a tu especie. Así que vuelvo a repetir: ¿qué hace una Linare en el bosque? No se ha visto a uno de tu especie desde hace más de 50 años —diciendo eso, volvió a apuntarme con la flecha.

—Qui... quiero ir al... al Reino Santo, se... señor —dije a duras penas; él me siguió mirando fijo y volvió a bajar la flecha. Yo suspiré profundo.

—Imposible; si quieres llegar allá, tienes que pasar por Sax. Y no vas a sobrevivir allá... acá tuviste suerte por haber hecho un contrato con una criatura y estar unida a una bestia.

—¿Unida a una bestia? No, señor, se confunde; solo hice un contrato con una criatura... que ni yo sé quién es —el hombre puso los ojos en blanco y me estiró su mano para poder levantarme.

—Gracias, señ...

—Kyran, ese es mi nombre —yo solo asentí, pero se escuchó un ruido que me hizo ponerme roja al instante.

—¿Tienes hambre? —me dijo Kyran con una ceja levantada. Yo asentí con vergüenza.

—Ven, súbete —lo miré sorprendida.

—No... no hace falta, puedo caminar, se... Kyran —él volvió a poner los ojos en blanco.

—¿Que no ves tu estado? Tu cuerpo está débil; con mucha suerte vas a poder dar tres pasos, así que ¡sube! —diciendo eso, se agachó para que me pudiera subir. Yo obedecí rápido y me subí. Kyran era de verdad muy alto.

Mientras íbamos, yo admiraba el paisaje. Esto es muy hermoso, de verdad; hay destellos dorados flotando por todas partes y una inmensa cantidad de hermosas mariposas. Nunca me imaginé que podría ver algo así.

—¿Cómo te llamas, Linare?

—Nayra. No tengo apellido —Kyran me miró un segundo mientras seguía caminando.

—Sí... lo sé... te recomiendo que te agarres fuerte —al terminar de decir eso, empezó a galopar con fuerza. Rápido me agarré como pude.

Me cubrí la cara, ya que las hojas de los árboles no me permitían ver bien. De a poco, sentí como bajaba la velocidad.

—Abre los ojos, Nayra —los abrí lentamente. Al terminar de abrirlos vi que

Había más centauros sentados y hablando entre sí. También había hadas bailando por el cielo. Lo que dicen es verdad: su belleza es impresionante. Me giré al escuchar el canto de las sirenas que estaban en el lago. Al lado de ellas, encima de unas piedras, hay un...

—¡Un fauno! —Kyran se giró para mirarme y sonreírme.

—Kyran, ¿no era que los faunos ya estaban extintos? —Eso es lo que se dice en los libros. Los reinos los empezaron a cazar hace 50 años atrás, ya que su canto con la flauta atrae vida, amor y riquezas. Ellos son capaces de alargarte la vida, incluso revivir muertos si están vinculados con otra persona; aunque muera, su vínculo seguirá intacto.

—Por suerte, algunos pudieron escapar y protegerse en el bosque —Kyran se agachó para que pudiera bajar.

—¡Atención, el señor Kyran llegó! —gritó otro centauro que no había visto. Todo quedó en silencio y miraron a Kyran; después hicieron una especie de reverencia.

—He traído una invitada el día de hoy —de repente, todos me miraron fijo. Yo me escondí un poco al lado de Kyran. Nadie decía nada, solo me miraban.

—Una Linare —todos se giraron para ver al fauno mientras se bajaba de la piedra.

—Así que trajo una Linare, mi señor —volvió a decir el fauno. Ahí fue cuando lo vi bien: no era muy alto, tenía barba y pelo color naranja con unos toques blancos por las canas. Se empezó a acercar de a poco, mientras todos lo miraban.

—Es verdad, es una Linare —dijo un hada que empezó a volar alrededor mío mientras reía suavemente—; tu belleza es magnífica —me dijo, parándose al frente mío—; tu... no se compara con tu belleza —volvió a sonreír suavemente. Ella era realmente linda: sus ojos color turquesa, cabello dorado y piel blanca como porcelana.

De a poco, todos se empezaron a acercar.

—No la ahoguen, su nombre es Nayra; quiero que la cuiden bien hasta que ella se tenga que ir —dijo Kyran, y todos retrocedieron un poco, excepto el fauno.

—Mi nombre es Arian, señorita Nayra; perdón la curiosidad, pero ¿hacia dónde quiere ir? —me preguntó el fauno.

Todos se quedaron callados, esperando mi respuesta.

—Al... al Reino Santo —empecé a escuchar muchos susurros que venían por todas partes.

—Pero señorita Nayra, tiene que pasar por...

—El reino de Sax, sí, ya sé... —sentí cómo el aire se volvía pesado; la expresión de todos reflejaba mucho miedo.

—Ya es suficiente; mi invitada está débil y tiene hambre —dijo Kyran, y miró al hada que me había hablado antes—. Adeline, llévala para que coma y se bañe; préstale algo de ropa.

Ella asintió y me agarró la mano para que la siguiera.

Yo miré a Kyran.

—Ve tranquila, ella te cuidará —asentí y la seguí.

KYRAN

Vi cómo se iba con Adeline y me miraba con ojos de preocupación.

Adeline tiene razón, su belleza es magnífica...

—Mi señor, ¿por qué trajo a una Linare acá? Y más a una que tiene un vínculo con "Él" desde que nació —me dijo Arian con curiosidad y despreocupación, como siempre.

—No debe ser nomás por su belleza, me imagino, mi señor —dijo, y rió uno de mis hombres.

Yo puse los ojos en blanco; apenas llegó y ya me molestan.

—La verdad, no sé. Apenas la vi y supe que era una Linare, y que está vinculada con "Él", y encima hizo un pacto con... —les hice una señal con la cabeza para que entendieran.