Juramento de dragón

CAPITULO 6

NAYRA

—Muchas gracias por prestarme este vestido —Adeline me prestó un hermoso vestido color verde y ahora me estaba peinando.

—No hay de qué, Linare —dijo Adeline.

—Adeline, ¿puedo preguntarte algo? —ella asintió mientras seguía peinándome

—¿Por qué me llaman Linare? —Me giré un poco para poder ver su cara, que mostraba confusión.

—Es por tu sangre mixta... el nombre "Linare" viene de lenguas antiguas; se usaba para referirse a la gente que tiene sangre de humanos y criaturas como nosotros —me quedé pensando un rato.

—Yo no tengo sangre de ninguna criatura; solo soy una bastarda de humanos, no de criaturas —ella me miró un segundo, frunciendo las cejas.

—Mira hacia el espejo, Linare —la miré un segundo, pero igual volteé hacia el espejo.

—¿Qué ves? —me preguntó al oído.

—Mi reflejo, pero nada más —tapó uno de mis ojos con su mano y volvió a hablarme al oído.

—¿Y ahora? —Cuando terminó de decir eso, empecé a ver en mi reflejo una marca en mi cuello, de color dorado brillante; era como una cadena que cubría mi cuello. Cuando vi mis manos, también había esas mismas cadenas en mis muñecas.

—¿Qué... qué es esto? —dije, y escuché la risa suave de Adeline.

—Esas marcas solo las podemos ver las criaturas como yo.

—¿Pero por qué tengo estas marcas de cadenas? —Ella retiró su mano de mi ojo, y dejé de ver las marcas.

—Cuando tu sangre es mixta y naces con un vínculo con alguna criatura, naces con esas marcas que solo nosotros podemos ver.

—¿Vínculo con una criatura de nacimiento? Pero... ¿qué criatura?

—Eso ya no sé, perdón, Linare —yo solo negué con la cabeza.

—Bueno, ya estás lista... vaya, de verdad eres una belleza mi Linare.

KYRAN

—Nayra, ¿ya estás lista? —pregunté entrando a la habitación de Adeline.

—Sí, perdón la tardanza —escuché que decía, pero no la vi...

—¿Cómo me veo? —me dijo cuando se paró al frente mío con una sonrisa, mostrándome su vestido... estaba realmente hermosa.

—Estás... estás...

—¿Hermosa, no? Ya sé, soy genial arreglando a la gente; lo bueno es que ella tiene belleza natural —Adeline me interrumpió, como siempre.

—Vine a decirte que ya está anocheciendo; así que es mejor que te quedes acá hasta la mañana.

Ella solo asintió con una sonrisa.

—Mi señor, la comida ya está lista —Arian se me acercó a informarme.

—Señorita Nayra, se ve hermosa.

—Muchas gracias, Arian.

Noté que Arian mira mucho a Nayra; debe ser porque se parece mucho a Anastasia.

—Bueno, vamos a comer de una vez. Adeline, acompaña a Nayra a la mesa.

Ella siguió mi orden y se la llevó.

—Ni lo pienses.

Arian suspiró; ya sabía a qué me refería.

—Mi señor, déjeme acompañarla; yo puedo protegerla.

Puse mis ojos en blanco; ya sabía, desde el primer momento en que la vio, que me iba a pedir eso.

—¿Protegerla? ¿Así como protegiste a Anastasia?

—Kyran, ya te dije que solo fue un error.

—¡Ese error le costó la vida! —le grité enojado y él retrocedió. Intenté tranquilizarme un poco; no quiero que Nayra me escuche.

—No quiero que me vuelvas a preguntar lo mismo y menos quiero que te le acerques.

No lo dejé hablar y me fui.

NAYRA

Ya estaba sentada en la mesa. Todo es hermoso acá: todos cantan y ríen. Pude hablar un rato con las sirenas y algunas hadas mientras espero que Kyran y Arian vengan.

—Perdón la tardanza —dijo mientras se sentaba al frente mío. Vi cómo Arian venía tras él y se sentó a su lado; parece que pelearon, los dos están muy serios.

—Y dime, Nayra, ¿cuántos años tienes? —me preguntó un centauro que estaba cerca mío.

—Veintidós años, señor.

—Entonces ya hiciste tu contrato con un dragón; por lo que sé, en Vaeldor los contratos se hacen a los quince años.

—No, todavía no hice contrato; no soy exactamente noble, ya que soy una bastarda.

—Ya veo... por eso te quieres ir al Reino Santo... te matarán si te atrapan.

Yo solo asentí. Volver a acordarme que, a partir de ahora tener que correr por mi vida, no saber si Rosa sigue viva, hizo que se me hiciera un nudo en la garganta y se me fuera el hambre.

—Linare, ¿ya no tienes hambre? —me preguntó Adeline con preocupación.

—No, ya me llené, gracias.

Sentí como si alguien me mirara fijo; cuando levanté la vista, vi que era Arian quien me veía... no sabría describirlo: ¿preocupación?, ¿lástima?

—Nayra, es mejor que vayas a dormir; habrás tenido un viaje largo y debes estar cansada.

—Yo la acompaño —dijo Arian, levantándose rápido. Vi cómo Kyran lo fulminaba con la mirada.

—Adeline...

Ella se levantó y asintió, tomando mi mano para que la siguiera. Vi cómo Arian me miraba mientras me iba; sentía que me quería decir algo importante.




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