Jurisprudencia de un desastre romántico.

Capítulo 10: La Cláusula Adicional (y Otras Normativas de Citas)

10.1 El Nuevo Sistema Operativo

La "cláusula adicional" de Diego —"no libros"— no fue solo una condición para nuestra primera cita oficial.

Fue una sentencia.

Una sentencia que declaraba nulo mi viejo sistema operativo y me condenaba a vivir en un mundo sin protocolos, sin hojas de cálculo, sin la ilusión de control.

Y, para mi sorpresa absoluta, me sentí liberada.

Mentiría si dijera que no hubo pánico inicial. Durante aproximadamente dos minutos y medio después de que Diego pronunciara esas dos palabras fatídicas, mi cerebro entró en modo de emergencia. Era como si alguien hubiera borrado todos mis archivos de respaldo y me hubiera dejado con un sistema operativo en blanco.

—¿Puedo ver tu cara? —preguntó Diego, observándome con diversión—. Estás haciendo esa cosa otra vez.

—¿Qué cosa?

—Esa cosa donde tus ojos se mueven de un lado a otro como si estuvieras leyendo un contrato invisible. Es adorable, pero un poco aterrador.

Parpadee, forzándome a enfocar. Estábamos todavía en la sala de estudio, rodeados de evidencia de mi locura pasada: hojas de cálculo arrugadas, post-its con código de colores pegados en la mesa, y mi celular que vibraba constantemente con notificaciones del grupo de chat "Operación Cupido" que aún no había tenido el valor de silenciar.

—No estoy... bien, sí, estaba haciendo una lista mental —admití—. De todas las cosas que necesito deshacer. Cancelar recordatorios. Borrar documentos. Informarle a Sofía que su posición como Directora de Inteligencia ha sido oficialmente abolida.

Diego se río, ese sonido cálido que ahora sabía que era solo para mí.

—¿Ves? Incluso tu proceso de "ser espontánea" está planificado.

—Es una transición —me defendí—. No se puede pasar de abogada obsesiva a espíritu libre de la noche a la mañana. Hay protocolos para... —Me detuve, capturando su expresión divertida—. Acabo de proponer protocolos para dejar de usar protocolos, ¿verdad?

—Ajá.

—Estoy imposible.

—Estás perfecta —dijo, acercándose para besar mi frente—. Y no tienes que cambiar quién eres. Solo... aflójale un poco a las riendas. Deja que las cosas pasen.

Deja que las cosas pasen.

Cuatro palabras que para una persona normal serían tan simples como respirar, pero que para mí sonaban como "salta de un avión sin paracaídas y confía en que algo te atrapará".

Pero cuando miré sus ojos —esos ojos que me habían visto en mi peor momento de paranoia documentada y seguían mirándome como si fuera algo valioso— decidí intentarlo.

—Está bien —dije, tomando una respiración profunda—. Nada de libros. Nada de listas. Espontaneidad total.

—Bueno, casi total —corrigió Diego con una sonrisa traviesa—. Todavía necesitamos reglas básicas. Eres abogada. Te sentirías perdida sin un marco legal.

Y así fue como empezamos a redactar el documento más ridículo y maravilloso de mi carrera jurídica.

10.2 Los Términos y Condiciones de Valdés y Cifuentes

Diego arrancó una hoja de su cuaderno y sacó un bolígrafo.

—¿Lista para negociar?

—Siempre —respondí, y por primera vez en semanas, la sonrisa en mi rostro era completamente genuina.

Nos tomó una hora. Una hora de risas, debates absurdos, besos robados entre cláusulas, y el tipo de colaboración que nunca había experimentado con ningún "prospecto romántico" de mi lista.

TÉRMINOS Y CONDICIONES PARA EL NOVIAZGO ENTRE VALENTINA CIFUENTES ROJAS Y DIEGO ANDRÉS VALDÉS MONTENEGRO

ARTÍCULO 1: HONESTIDAD TOTAL (Ya ratificado en sesión anterior)

1.1 Ambas partes se comprometen a la transparencia absoluta en todos los asuntos relacionados con sentimientos, pensamientos irracionales y miedos estúpidos.

1.2 Queda prohibido el uso de indirectas. Si algo molesta, se dice. Si algo gusta, se dice. Si alguien tiene espinaca en los dientes, definitivamente se dice.

1.3 La Parte A (Valentina) promete no investigar a la Parte B en redes sociales hasta las 3 AM buscando señales de alarma.

—Espera, ¿hiciste eso? —Diego levantó la vista del papel.

—Protocolo de diligencia debida estándar —murmuré, sonrojándome—. Y para tu información, tienes un perfil muy sano. Fotos con tu familia, cero publicaciones tóxicas, y sigues a tres cuentas de gatitos. Pasaste todos los filtros.

—¿Todos los filtros?

—Diecisiete, para ser exacta.

Me miró con una mezcla de horror y fascinación.

—Me da miedo preguntar qué pasaba si fallaba uno.

—Eliminación inmediata del sistema —dije con absoluta seriedad—. Una vez descarté a un chico porque su playlist de Spotify tenía demasiado reggaetón agresivo. Claramente, teníamos diferencias irreconciliables.

Diego soltó una carcajada que hizo que la bibliotecaria nos lanzara una mirada asesina desde su escritorio.

—Valentina Cifuentes, eres una locura hermosa y organizada.

—¿Eso es un cumplido?

—El mejor que tengo.

Continuamos con el documento.

ARTÍCULO 2: ABOLICIÓN DE PROTOCOLOS DE SEDUCCIÓN

2.1 Queda oficialmente disuelto el proyecto "Operación Cupido" y todos sus sub-programas, incluyendo pero no limitándose a: misiones de reconocimiento, análisis de compatibilidad algorítmica, y estrategias de "encuentros casuales" cuidadosamente orquestados.

2.2 La Parte A promete no crear hojas de cálculo para las citas. Esto incluye: itinerarios minuto a minuto, presupuestos detallados, y matrices de decisión para elegir restaurantes.

2.3 ENMIENDA: Se permite el uso de hojas de cálculo para encontrar el mejor lugar de pizza, porque eso no es planificación romántica, es servicio público.

—Eso es justo —dije, asintiendo con aprobación.

ARTÍCULO 3: HONORES Y RECONOCIMIENTOS

3.1 La "Guía de Supervivencia para Bares Ruidosos con Referencias Legales Innecesarias" (Edición Especial con Notas al Pie) será enmarcada y colgada en un lugar de honor en la residencia de la Parte A.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.