Jurisprudencia de un desastre romántico.

1.1: El Arma de Destrucción Masiva

Angélica Ramos no caminaba: levitaba. Sus tacones —Louboutin, por supuesto, con esa suela roja que era más firma que calzado— apenas susurraban contra el mármol de los pasillos mientras desplegaba su presencia como quien desenrolla un pergamino real. Si el carisma fuera un delito, estaría cumpliendo cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Su cabello rubio caía en ondas calculadas que parecían haber firmado un pacto de no agresión con la humedad salvadoreña, y su sonrisa —esa arma química prohibida por la Convención de Ginebra— podía hacer que un profesor olvidara el concepto de justicia imparcial.

Su perfume llegaba tres segundos antes que ella: algo francés, algo caro, algo que gritaba "puedo destruir tu vida y aún así conseguir que me aplaudan".

Era la monarca no coronada de la Facultad de Derecho, y su cetro no era un código penal sino algo mucho más letal: un rumor afilado como bisturí.

Y yo acababa de convertirme en su paciente.

El rumor que diseñó era una obra maestra de ingeniería social, una bomba Molotov envuelta en papel de seda. Según la narrativa que corría por los grupos de WhatsApp como mercurio derramado, yo —la intachable Roxana Valdés— había "obtenido pruebas de manera antiética" durante la preparación del simulacro. La versión 2.0, mejorada y amplificada con cada reenvío, aseguraba que había desplegado mis "encantos" (¿qué encantos?, me preguntaba mi reflejo cada mañana mientras domaba mi cabello castaño rebelde con suero anti-frizz genérico) con un empleado de la biblioteca para acceder a los archivos confidenciales del equipo contrario.

¿Yo? ¿Coqueteando? Mi concepto de seducción era prestarle a Francisco mi ejemplar del Código Civil con anotaciones al margen en tres colores diferentes. Una vez intenté usar labial rojo. Me sentí como una impostora jugando a disfrazarse, y me lo quité antes de llegar al aula. El tubo sigue virgen en el fondo de mi bolso, testimonio silencioso de mi fracaso en el arte de la feminidad estratégica.




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