Luke descansaba en su cama, viendo sin rumbo fijo hacia el techo. No podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos veía su rostro. Thalía.
Su esencia estaba marcada a fuego en su cerebro, y el daño que él le había causado grabado en su memoria. El rostro de ella se había ensombrecido con eso en el avión. Por primera vez en su larga vida estaba realmente inseguro sobre el camino que debería tomar.
Los sentimientos que se agitaban dentro de él hacia Thalía le eran ajenos. La única cosa con la que podía compararlos era con lo que había sentido por Cecil, su hermana menor.
Ella había sido la luz más brillante de su vida.
Dulce, amable y gentil. No había un día que pasara sin que sintiera el agujero interno causado por su muerte. De alguna manera, cuando estaba con Thalía no se sentía tan vacío, tan solo.
Seguía esperando a que las señales de apareamiento aparecieran, a oír sus pensamientos, a que sus marcas cambien. Al mismo temía los cambios. Si los signos de apareamiento aparecían no tendría opción. Tendría que reclamar a Thalía, y eso lo asustaba más que nada desde el día en que vio a su hermana morir en sus brazos.
Volvió a pensar en ese horrendo día, lo impotente que se había sentido. Cecil estaba siendo cortejada por dos lobos, uno de los cuales era su verdadero compañero. Después de varios meses de persecución más o menos pasiva, se desafiaron el uno al otro. Cecil tenía que estar presente en el desafío por ley de la manada. Luke le había suplicado que no fuera, pero ella no era una infractora. Cecil siempre hacia lo que se esperaba de ella.
Los lobos pelearon y el vencedor tuvo compasión del otro lobo y lo dejo vivir. El lobo perdedor se tornó salvaje ante la idea de no tener a Cecil y la ataco antes de que nadie pudiera detenerlo.
Un auténtico compañero nunca sería capaz de ponerle una mano encima a su pareja, iba en contra de todo dentro de ellos. Su lobo moriría antes de levantar una mano contra su compañera.
El lobo perdedor había decidido que si él no podía tener a Cecil entonces nadie podía. Luke había alcanzado al lobo demasiado tarde, la garganta de Cecil había sido desgarrada y la sangre broto de ella desbordándose.
La rabia que consumió a Luke le había dado más que suficiente fuerza para matar al lobo culpable y lo había descuartizado miembro a miembro.
Mientras sostenía a su hermana y veía la luz desvanecerse de sus ojos, ella dijo sus últimas palabras:
Cuando llegue el momento, hermano, no luches contra el destino. Deja que ocurra incluso si no sucede de la manera que piensas que debería dijo Cecil y entonces se había ido.
Cecil siempre había tenido la habilidad de saber cosas, cosas futuras. Nadie lo entendía y con el tiempo la manada lo acepto.
Ahora, mientras Luke yacía sobre su cama, con sus emociones como una tormenta turbulenta dentro de él, se tuvo que preguntar si ella estaría hablando de Thalía.
Agarro su teléfono de la mesa de noche para ver la hora. Una de la mañana. Gruño.
Mañana, u hoy, mejor dicho, iba a ser miserable si no conseguía dormir. Como Beta de la manada era su trabajo entrenar a los lobos más jóvenes. Incluso en el siglo XXI era necesario para los lobos saber cómo defenderse, en forma humana y lobo.
Después del entrenamiento debía asistir a una conferencia telefónica con Poseidón. Algunas de las manadas de los alrededores había llamada y pedido hablar con él, pero no especificaron de qué se trataba. Cuando Luke le había preguntado si tenía alguna idea del tema, Poseidón negó solemnemente y le dijo que lo que fuera no creía que fuera buena cosa. Aunque las manadas trataban de mantener la paz entre ellos, había veces que era más fácil decirlo que hacerlo. Los hombres lobo eran extremadamente territoriales y no les tomaba mucho meterse en un concurso de meadas… sin doble sentido.
Con un suspiro de frustración tomo los audífonos de su iPhone y se los puso, a continuación activo la canción "Down" de Jason Walker. Normalmente escuchaba rock clásico, pero necesitaba algo relajante para calmarlo esa noche, algo que le ayudara a enfocarse. Cerró los ojos y escucho mientras las palabras de la canción se vertían sobre él. Mientras escuchaba, se sintió como si hubiera sido escrita exclusivamente para él. Con cada palabra el rostro de Thalía se hizo más claro en su mente. Su contagiosa sonrisa, sus ojos brillando con malicia, el rápido ingenio que podría cortar a una persona por la mitad, o hacerlos sentir la persona más importante del mundo.
Imágenes corrieron por su mente de su tiempo en los Estados Unidos cuando ella estuvo en el accidente, el miedo que había rasgado a través de él cuándo había visto su forma inmóvil en el suelo. Recordó sentirse tan fuera de control mientras los médicos intentaban tratar a Thalía cuando su lobo no quería a nadie cerca de ella. Dejo escapar un gruñido bajo mientras su mente vagaba a la pequeña jugarreta con el macho humano, Matt. Claramente recordaba el nombre que Thalía había susurrado en su oído. Todavía no había hablado con ella acerca de esa noche, acerca de lo que había pasado con ese tipo Matt. Sonrió lentamente para sí mismo cuando finalmente comenzó a ir a la deriva. Planeaba hablar con ella muy pronto acerca de Matt, y Luke tenía el presentimiento de que no iba a estar demasiado contenta al respecto.
Eso solo lo hizo sonreír más ampliamente.
Thals, despierta Piper quito las sabanas de encima de su dormida amiga, permitiéndole al aire frio verterse sobre ella si no te levantas, traeré algo de agua y reviviremos algunos buenos recuerdos del hospital.Dijo Piper
Realmente creo que necesitas ayuda, Piper murmuro Thalía arrojar agua en mi cara, tirar mi maleta por la ventana, ¿y tú crees que soy yo la perturbada? Es hora de que la bruja malvada mire en el espejo y pregunte quien es la más bella de todas Thalía se incorporó y trato de quitar el sueño de sus ojos ¿Qué hora es? gimió.