Just one word from your mouth

5.

Después del baile más maravilloso de mi vida, nos dirigimos hacia la suite. Estábamos muy cansados también, a medio camino, yo me despojé de los tacones, ya no podía más con ellos. Al ver eso, James me tomo entre sus brazos y él siguió caminando hasta que llegamos al elevador. Esperamos a que bajara, y una vez dentro James me dijo:

  • No puedo creer que me hayas hecho proponerte matrimonio

Alice: ¿yo? ¿Qué está usted diciendo?

AJ: ok, olvidemos eso. Lo único que quiero que sepas es que te amo y quiero estar contigo por el resto de mis días

Alice: mi amor, no tengo nada más que decir, que soy muy afortunada porque tú me amas.

Él comenzó a besarme, yo correspondí. Él detuvo el elevador. El ambiente subió de tono y aunque fue difícil debido a mi vestido, hicimos el amor justo ahí. Fue rápido, pero sumamente excitante y delicioso. Tanto, que aun me sonrojo al recordarlo. De repente, el elevador siguió su marcha, lo que nos apartó; rápidamente tomamos nuestra ropa, llegando a nuestro piso como si nada hubiera sucedido. Una señora ya mayor, estaba esperando el elevador, cuando se detuvo, ella nos miro como si sospechara algo, nosotros en complicidad, salimos rápidamente del elevador, reímos como locos hasta llegar a nuestra suite, una vez adentro, cerramos la puerta, nos tiramos en la cama y continuamos riendo. Cuando al fin pudimos parar, nos percatamos de que mis tacones se habían quedado en el elevador.

AJ: amor, ¡me vas a matar!

Alice: ¿Por qué?

AJ: dejé tus zapatos en el elevador – dijo el llevándose las manos a la cara-.

Yo no dije nada, lo abracé y le dije:

-Lo de menos son los dichosos zapatos… no me importa después de lo que hicimos ahí. ¡Qué manera de hacerlo mi amor! La más rápida pero la más deliciosa. ¡Te amo!

AJ: fue fantástico mi amor, jamás lo había hecho de ese modo.

Ambos nos quedamos pensando, sin decir nada. Después James me miró y comenzó a reír:

AJ: ¿Qué habrá pensado la señora del elevador?

Alice: no lose, pero creo que recordó algo de su juventud. Su mirada fue de complicidad.

Estábamos sobre la cama, yo acariciaba su cabello y el mi rostro. No decíamos nada con palabras, nuestras miradas decían todo, nos amábamos y eso  era todo.

Así permanecimos no sé cuánto tiempo, hasta que el sueño nos venció. No nos cambiamos la ropa ni nada, ni siquiera me percaté de la hora. Los dos caímos en un sueño profundo como dos niños después de haber jugado durante horas…

A la mañana siguiente, los golpes en la puerta de la suite me sacaron de mi sueño. Cuando desperté, estaba sobre las sábanas, los brazos de James rodeaban mi cuerpo, el estaba profundamente dormido detrás de mí. Volvieron a llamar, yo me levanté, mire el reloj y ya eran las 9:00 am. Salí de la cama, aun con el vestido de la noche anterior, arregle un poco mi cabello y caminé hacia la puerta medio adormilada, cuando abrí, no pude evitar sonrojarme:

Señora Thompson: Buenos días señorita. Espero no ser inoportuna. Pero anoche dejaron esto en el elevador. – Extendió la mano que sujetaba mis zapatos rojos-.

Alice: ¡ohh! (no pude evitar sonreír) muchas gracias.

AJ: ¿Quién es amor? (gritó James desde la cama)

Señora Thompson: disculpe, creo que estoy siendo inoportuna, bueno, ya le devolví sus zapatos. Ah, y que bonita pareja hacen usted y su esposo. Me recuerdan a mí y a mi difunto marido cuando jóvenes. Jamás dejen que se apague su llama.

La señora se alejo caminando por el corredor, cuando ya estaba casi al otro lado, se volvió y en voz alta me dijo:

-Soy la Señora Thompson, y cuando necesiten algo estoy en la suite número 0915.

Después se dirigió al elevador y bajó. Yo cerré la puerta observando el par de zapatos rojos, caminé hacia la cama, me senté en la orilla, y James me abrazó incorporándose.

AJ: ¿quién era?

Alice: la señora Thompson.

AJ: ¿la señora Thompson?

Alice: si. La señora que entro al elevador anoche cuando nosotros bajamos.

AJ: ¿Qué dijo?

Alice: solo vino a devolverme esto. – Dije, mostrándole los zapatos rojos-.

AJ: OMG. Por lo menos es honrada y los devolvió.

Los dos nos sonrojamos, y comenzamos a reír. Me recosté en la cama y mi cabeza quedó sobre su pecho. Nos quedamos hablando un rato más y después entramos al baño, nos bañamos y nos alistamos para salir para encontrarnos con Brian y Howie.




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