Después de aquel día en casa de Howie, el tiempo había transcurrido demasiado rápido. James y yo nos estábamos quedando en casa de Howie, Ony y Brian nos visitaban muy seguido. Esas vacaciones eran lo mejor que me había sucedido en la vida. Después de abandonar el hotel, las veces que nos topamos con Karine fueron pocas, aunque ella hacia todo por ver a James.
Yo estaba recostada en la cama. James había salido a comprar comida, queríamos pasar el día en la casa de Howie, y si ordenábamos algo, muchas veces no sabían específicamente lo que ambos queríamos, entonces era mejor elegir personalmente. Me hundí en mis pensamientos:
Ya han pasado 20 días desde que llegamos a Miami, James se desvive por hacerme feliz y yo a él. Nos amamos cada vez más, y cada día estamos más unidos. Creo que a este ritmo, pronto pondremos fecha para la boda. Soy tan feliz de estar aquí, la vida me ha regalado todo lo que una mujer puede desear para ser feliz. Dentro de poco tendremos que regresar al trabajo, yo a la oficina y James a sus viajes continuos… sin mí… cuanto daría por quedarme para siempre aquí al lado de mi amor. Siento como si estuviera soñando y la verdad es que no quiero despertar. Pero es inevitable. Creo que la luna de miel, tendrá que ser aquí. O quizá en alguna playa paradisiaca de México. Y ya es tiempo de que mis padres lo conozcan; pero creo que debo esperar a que él me lo pida. No quiero presionarlo, pero si vamos a casarnos, pronto tendrá que ser…
AJ: ¿amor? ¿Señora McLean?
Yo reaccioné hasta que James me abrazó y me besó la mano:
Alice: bebé, ¿hace cuanto regresaste?
AJ: estoy llegando. Pero no me haces caso. ¿En qué piensas?
Alice: en todo. En las cosas hermosas que hemos hecho aquí. En que nos quedan pocos días. En que pronto volveré al trabajo y tú también…
AJ (interrumpiéndome): en que tengo que conocer a tus padres…
Alice: es increíble la forma en la que me conoces. Pero si, la verdad estaba pensando en eso.
AJ: amor, yo también lo he pensado, en cuanto nos reincorporemos a nuestras actividades, el primer fin de semana libre iremos a casa de tus padres. Creo que llamaré a mamá para que nos acompañe. Es tiempo de pedir tu mano…
No supe que decir. Eso me hacía tan feliz, solamente lo abracé y lo bese incontables veces. Fue una de las ocasiones en las que nos entregamos completamente uno al otro. La comida se quedó abajo, en la cocina, mientras nosotros nos amábamos en a habitación.
Nos dormimos profundamente, cuando despertamos ya eran las 8:00 pm. Esta vez James despertó antes que yo. Bajó a la cocina y recalentó la comida en el micro ondas. Cuando yo desperté, él no estaba en la cama, estaba a punto de levantarme para buscarlo cuando él entro a la habitación con una charola con nuestra comida. Comimos en la cama, algo inusual, ya que a él no le agradaba. Pero cada vez me sorprendía más y más. Terminamos de comer y ambos teníamos muchísimo calor, decidimos bajar a la piscina, nadamos un rato y contemplamos la noche sobre nosotros.
Cada día a su lado me parecía un sueño. Aun no podía creer que regresando de nuestro viaje, pondríamos fecha para nuestra boda…
Un mes había pasado rápidamente. Era nuestra última noche en Miami, al día siguiente regresaríamos a nuestra rutina. Brian y Ony nos habían invitado a bailar. Sería una noche genial, ya que Brian dijo que tenían una maravillosa noticia que darnos y querían festejar algo con nosotros.
Brian y Ony pasaron por nosotros, nos dirigimos a South Beach, a un lugar llamado Mango’s bar. Brian y Ony lucían felices, cuando estábamos en la camioneta, Ony dijo:
Ony: mañana se irán y los vamos a extrañar muchísimo.
Brian: es verdad. En estos 30 días nos hemos acostumbrado demasiado a ustedes.
Ony: de más… diría yo. Alice, te has convertido en la mejor amiga que he tenido, y AJ, ya eres como mi cuñado.
Brian y James estaban en la parte delantera de la camioneta, yo estaba con Ony, la abracé y agradecí sus palabras:
Alice: tú también eres ya mi mejor amiga. Voy a extrañarte mucho, pero afortunadamente existe el video chat.
Los cuatro reímos, y Brian arrancó, para llegar al bar. Estábamos en camino, cuando el teléfono de James sonó:
AJ: ¿Hola?
Howie: Bro, donde están, estoy en la casa.
AJ: ¡Hey bro! ¿Por qué no nos avisaste?
Howie: era una sorpresa… pero el sorprendido fui yo.
AJ: mira, vamos para South Beach, al Mango’s.