Los pasos de Ethan eran apresurados. Se detuvieron en seco al ver a un hombre con un traje fuera del aeropuerto. Sabía que él era el amigo de su padre. Eleva su mirada hacia la oscura noche notando una luna llena.
— Bienvenido, Señor-le obsequia una sonrisa rápida.
— Llévame al departamento, quiero descansar-ordena subiendo al auto. Deja su mochila junto a él mientras que las demás cosas son cargadas en el maletero.
Cierra sus ojos en busca de paz, pero no logra conseguirla. Los nervios de que algo le pase a su padre lo inundan por completo.
Toma su teléfono y duda por unos minutos en llamar a Bill, pero tenía ordenes sobre no contactarlo. Lo arroja sobre el asiento y vuelve a cerrar sus ojos. Sin estar al tanto, llegan a su destino.
— Hemos llegado, señor-el hombre se baja del auto para abrir la puerta del joven. Éste toma su mochila y baja-aquí está la tarjeta, número 24. Usted suba, yo llevaré sus cosas-el joven asiente.
Camina hacía el edificio iluminado, en dirección al ascensor. Podía ver a unas chicas dentro riendo juntas. No le dio importancia y subió. Podía sentir las miradas penetrantes de ambas. Cualquiera haría eso al haber un nuevo inquilino. Las puertas se abren y Ethan camina fuera. Las chicas por su parte se quedan dentro. Camina por los pasillos en busca de una puerta con el número 24, hasta que lo divisa. Una puerta blanca con una cerradura electrónica. Pasó la llave por el lector y entró. Al cerrar a sus espaldas un aroma peculiar invade sus fosas nasales. Se adentra y ve todos los muebles envueltos. Podía deducir que estaban recién comprados.
Deja su mochila sobre el sofá y camina hacia las habitaciones. Quería inspeccionar todo el lugar ya que viviría allí por un tiempo. La habitación principal contaba con una cama matrimonial y unos muebles que también estaban envueltos. Ya de nuevo en la sala localizó una biblioteca. No era de su agrado leer.
Toma asiento en el sofá y toma su teléfono, allí podía ver las fotos que tomó con su padre, la primera vez que le enseñó a jugar golf. Su técnica no era tan buena, pero se divirtió demasiado. Cerró sus ojos para volver a ese recuerdo, cuando el timbre de la puerta lo interrumpió. Fue hacía la puerta y abrió.
— Oí que eres el nuevo vecino, bienvenido-entre sus manos se encontraba un pequeño pastel. Su mirada lo hipnotizó por unos segundos, sin darse cuenta de que la joven esperaba alguna palabra de su parte-mis amigas te vieron en el ascensor y quería darte la bienvenida para que te sientas en confianza.
— Gracias, pero no puedo aceptarlo-contesta manteniendo su tono serio.
— Lo entiendo, no me conoces-ríe un poco nerviosa y el joven sonríe falsamente-soy Selena-le sonríe esperando que él también se presente. No podía tener amigos y mucho menos andar por ahí diciendo su nombre. Para las personas y desconocidos era Max. No podía arriesgarse a decir que era Ethan. Solo los amigos cercanos de Bill y algunos amigos sabían su verdadera identidad. Al igual que muchos enemigos de su padre.
— Señor, aquí están sus cosas...-el hombre eleva su mirada y se encuentra con la mirada de la chica-lo siento, pero el señor Max no está disponible, debe retirarse, por favor-pide.
— Max-la joven le sonríe y se va.
— Puedes pasar-el hombre se encamina dentro del departamento y Ethan observa por última vez a la chica. Su melena larga se movía al compás de sus movimientos.
— Señor, lamento decirle esto, pero su padre me ordenó estrictamente que no tiene permitido hablar con desconocidos.
— Ya lo sé, Jared-suelta un suspiro largo-no estoy de humor, iré a ducharme-sin esperar respuesta, toma una de sus maletas y busca prendas de ropa. Las prepara y se ducha. El vapor salía de su cuerpo como si estuviera en llamas por las altas temperaturas del agua. Se viste y va de nuevo a la sala. Encontrando a Jared- ¿Aún sigues aquí?
— Me iré cuando usted esté en la cama-Ehan ríe irónicamente.
— ¿Acaso soy un niño?
— Para mí, aún eres menor de edad.
— Hasta dentro de unos días. Cuando sea mayor de edad, lo primero que haré es despedirte-habla caminando hacía la nevera para tomar un poco de agua.
— No estoy trabajando para tu padre, le hago un favor a tu padre.
— Pues no necesito que hagas esto por mí-se sienta frente a Jared- ¿Tienes hambre? -cambia completamente de tema. Ordenaré algo, tu pagas- el hombre ríe.
Mientras esperan su cena, Jared le cuenta cosas sobre Bill, negocios que ha hecho, exparejas, exsocios, colegas que lo traicionaron. Por lo que Ethan veía que eran muy buenos amigos. No cualquier amigo sabría todo eso de su padre. Le contó sobre el día que llegó a la vida de Bill.
No le gustaba oír sobre ese día, pero mientras más sabía, más se daba cuenta de que Harri era un asco de persona ¿Quién entregaría a su hijo por una deuda? No tenía sentido.
— Recuerdo que Bill me llamó esa noche que llegaste a su vida. Estaba tan feliz. Temía que no lo aceptes, él quería lo mejor para ti, aunque apenas te había conocido. Él anhelaba tener un hijo, pero como tú sabes, él sufría mucha obesidad hasta hace unos años. Adelgazó demasiado cuando entrenaba contigo. Fueron unos años muy felices para Bill-sonríe-hasta que...-no quería continuar.
— ¿Hasta qué? -interroga con intriga.
— Sonó tu teléfono, debe estar abajo la cena. Ve-dejándolo con todas sus dudas, asiente y sale del departamento.
Se sube al ascensor y baja hasta la recepción, y como había dicho Jared, allí estaba su cena envuelta. Le entrega el dinero al repartidor y se encamina nuevamente al ascensor. Husmea el contenido del recipiente y choca involuntariamente con una chica, casi echando a perder su cena.
— Lo siento, estaba...-esa misma mirada. Esa maldita mirada azulada que hipnotizaba a Ethan.
— Está bien, Max-sonríe con simpatía- ¿Tu comida está bien?
— ¿Cómo sabes qué llevo comida?
— Puedo sentir el aroma-ríe. Ethan le sonríe sin darse cuenta. La observaba detenidamente. La piel de su rostro era blanca, sin rastro de maquillaje, sus cejas perfectamente perfiladas, sus largas pestañeas, su nariz bien definida y su mirada inconscientemente bajó hacía sus finos labios. Selena sentía su mirada agradable, pero sentía la tensión entre ambos-que tengas buena cena-la mirada de Ethan vuelve a sus ojos y reacciona que estuvo todo el rato viendo sus labios.
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Editado: 06.09.2025