Sus suspiros eran mayores. Su mente estaba capturada en los posibles escenarios en Italia respecto a su padre. Su cuerpo estaba recostado en el sofá, con un libro abierto posado sobre su rostro, quitando cada rastro de iluminación.
— ¿Qué es lo que esperas? Me irritan tus suspiros-suelta Jared quitándose sus anteojos.
— Estoy intentando no volverme loco aquí dentro-arroja el libro a un lado, incorporándose.
— Apenas llevas encerrado aquí una semana y media, no puedes quejarte-toma sus anteojos y se los coloca nuevamente.
— Por favor, Jared. Ya he cumplido la mayoría de edad, debo volver con mi padre-Ethan se pone de pie buscando respuestas.
— Ya tu padre te ha permitido demasiado con dejar entrar al departamento a esa chica-lo mira con desaprobación-te recuerdo que, ante esa chica, tu vida es una mentira. No sabe quién eres y no puede saberlo.
— Lo sé-suelta otro suspiro-déjame salir a tomar algo, tú también puedes tomarlo como un descanso-el hombre niega con su cabeza sin emitir palabra. Ethan humedece sus labios y comienza a caminar nervioso hacía la puerta-iré por Selena ¿Puedo hacerlo? -pregunta con sarcasmo.
— Sabré si te alejas del edificio-Ethan bufa y sale hacía la morada de la joven.
Sus pasos eran largos, pero lentos. Estar ahí dentro lo enloquecía. Quería volver a Italia con su padre, quería hacer guerra junto a él. Ya frente a la puerta, toca el timbre. Luego de unos segundos, el hermano de Selena abre dándole una mirada venenosa.
— Otra vez tu-le cierra la puerta en su cara. Ethan ya conocía el cierto odio poco disimulado que le tenía. No era su culpa, o tal vez sí. Se quedó parado ahí unos segundos para luego ver a Selena salir del departamento.
— Lo siento, mi hermano suele ser un poco molesto-ríe nerviosa- ¿Quieres salir a tomar algo? Estuve estudiando y necesito distraerme-le toma su mano disimuladamente.
— No puedo salir del edificio-le sonríe atrayéndola hacia él, sonriendo por la tranquilidad y paz que le transmitía-apenas te conozco y ya me estas volviendo loco-habla con alegría. La chica con nerviosismo se aleja un poco y evita su mirada- ¿Sucede algo?
— No, tengo que estudiar-envía un mechón de su cabello detrás de su oreja-nos vemos luego, Max-le sonríe antes de entrar.
Ethan no comprendía demasiado la situación. Pensó en que si sonaba muy apresurado el haber confesado tales sentimientos. Frustrado vuelve al departamento, y al volver solo, Jared lo observa por encima de sus anteojos.
— ¿Y tú princesa? -interroga.
— No estoy de humor, Jared-le envía una mirada asesina y recuesta su cuerpo en el sillón, otra vez. Saca su teléfono y le envía un texto a Selena.
— ¿Qué tan loco te tiene esa chica? -deja su tableta sobre la mesa y lo observa.
— ¿Alguna vez has estado...- le cuesta decirlo. No quería admitir que él se sentía así, pero no lo sabía exactamente -...enamorado?
— Ethan, tienes apenas 18 años-le sonríe-sé que has salido con muchas chicas, pero es muy normal que haya una chica en especial. Que te haga sentir como nadie más lo hizo. Esa muchacha te ha afectado-Ethan bufa.
— Por supuesto que no. Tal vez ella es una chica más con las que podré tener una aventura...-intenta convencerse a sí mismo.
— Esperemos, porque si buscas algo serio con ella, tendrás que contarle toda la verdad. Aún no sé lo que ella siente por ti, pero si le gustas, se está enamorando de alguien que no existe, de un farsante y las mujeres no perdonan fácil.
— No me ayudas, Jared-revuelve su cabello reprimido- ¿Crees que deba contarle la verdad?
— No te apresures, Ethan. No sabes aun las intenciones de esa chica. Tal vez te quiera, pero para algo pasajero.
— Tengo que averiguarlo-toma su teléfono y sale del departamento nuevamente. Toma el camino acostumbrado hacia la puerta de la casa de la joven. Golpea y los orbes de Selena se encuentran con los suyos-tengo que hablar contigo-los nervios invadieron a la chica- ¿Podemos ir a la terraza?
— No creo...
— Por favor-pide. Selena asiente y cierra la puerta, siguiendo a Ethan. Suben hasta la terraza y el joven cierra la puerta detrás de él, evitando interrupciones- ¿Para ti soy un juego? -corta el silencio y los nervios invaden a Selena.
— Lo siento-suelta y Ethan frunce el ceño-de verdad lo lamento, tú de verdad me gustas, créeme que ellos me obligaron...
— Selena, ¿De qué hablas? -la interrumpe sin entender sus palabras y sus confesiones- ¿Te obligaron a hacer qué?
— Creí que sería fácil esto...pero creo que me enamoré...
— Amor juvenil-una voz masculina, muy reconocible para Ethan los interrumpe junto con dos hombres más-Hiciste un excelente trabajo, Selena, ya puedes irte-Ethan observa a Eduardo. La sorpresa invadió por completo a Ethan. Se sentía sumamente traicionado, devastado. Miró con desdén a la chica junto a él-Nunca pensé que diría esto, pero qué gusto me da verte, Ethan-le sonríe.
— Me impresionas, Eduardo ¿Viajaste hasta aquí solo para verme? -le envió una última mirada a Selena para centrar su atención hacia el hombre.
— ¿Por qué no? Ya la guerra terminó, debo darles la noticia a los familiares del difunto-la respiración de Ethan se cortó. Su pecho se comprimió y su mirada se nubló por unos segundos-lamento su perdida-se ríe a carcajadas.
— ¿Lograste lo que querías? -intenta formular ante tantas emociones juntas.
— Por supuesto, solo me faltas tú, pero dejaré que te tomes unos días de duelo, no soy un monstruo-el chico muerde su labio inferior, conteniéndose de moler a golpes a Eduardo.
No dice nada más y se marcha junto a sus hombres, dejándolos a solas con la chica, ya que nunca se fue de su lado.
— Ethan, yo...
— No digas nada-la rabia se notaba en sus palabras. Ignoró su presencia y corrió hacia el departamento, encontrando a Jared en la misma posición que estaba cuando se fue. Con su tableta en sus manos y sus anteojos- Eduardo está aquí-suelta. Este se pone de pie rápidamente e intenta salir, pero el joven lo detiene- ¿Por qué no me dijiste que mi padre había muerto? -sus ojos estaban cristalizados. Su pecho ardía, pero por más esfuerzo mayor, no podía ocultarlo demasiado.
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Editado: 03.09.2025