Nunca pensó en decirle todo eso a Ethan. Que estaría de su lado, pase lo que pase. Él no quiso que saliera con él ese día. Quería que conociera a su padre y a Jared luego. La noche anterior no era el momento y solo entró a su casa de nuevo a dormir para el día siguiente. Y ya su cabello estaba como su humor. Sentía que su cabeza iba a explotar y recordó que debía ir al bufete cuanto antes.
Tomó sus cosas y se encaminó a su auto. Ya a punto de encenderlo, su teléfono sonó. Observa la pantalla y era un mensaje de Ethan. No iba a ser tan torpe de agendar su número con su nombre. Si Nick pensaba en tomar su teléfono, vería que estaba en contacto con su hermano.
— “Lo siento por lo de anoche, no volveré a cruzar la línea” -leyó en voz alta con una sonrisa. Quiso contestar, pero la llamada de Nick, la hizo sobresaltar. Contestó rápidamente- ¿Nick?
— Tenemos un problema en el bufete, debes venir rápido-asiente y corta su llamado.
Conduce con cuidado en dirección a su trabajo y al llegar estaciona a unos cuantos metros de la entrada del edificio, como era de costumbre. Ya ese lugar estaba reservado para ella.
Entra con su bolso en su brazo y se encuentra con la misma mujer que estuvo en su casa días atrás.
— Señorita Rebeca, usted es la abogada de ese hombre, investigue más, él realmente mató a mi hijo. No estoy mintiendo, ese hombre debe ir tras las rejas-la mujer ya se había alterado demasiado. Sus gritos se escuchaban por todo el edificio y su desesperación se tornó violenta.
— Venga conmigo, señorita-Rebeca toma su mano y la guía hacia su oficina, pero Nick interviene.
— Rebeca, no te hice venir para eso. La policía se encargará. No tiene sentido que hables con esa mujer...
— Sí, lo hay. Quiero escucharla-lo desobedece y se va con esa mujer. Él se humedece sus labios, molesto y va con sus colegas.
— Tome asiento, señora-insiste ella ya con las puertas cerradas.
— Muchas gracias, señorita-la mujer le sonríe como nunca-este es el teléfono de mi hijo, allí hay mensajes de él con ese hombre. Acordaron en verse la noche en la que mi hijo desapareció. Sé que ese sujeto le hizo algo a mi niño. Sé que usted es la abogada del demandado, pero necesito que vea esta evidencia y hable con los fiscales y con el juez. Necesito que hagan justicia por mi hijo, por favor-suplicó. Toma el teléfono de sus manos y lo guarda en su bolsillo, asintiendo con su cabeza.
— Prometo hacer lo posible-no tenía mucho sentido que recurra a ella. Debería tener su propio abogado, pero necesitaba primero que alguien le crea.
— Lamento interrumpir-Nick abre bruscamente la puerta, sobresaltando a ambas mujeres-te necesitamos-enfadado le pide que salga a lo que Rebeca obedece. La mujer se va y ambos quedan solos allí en su oficina-te he dicho que no tiene sentido escuchar lo que dice esa mujer, los médicos han dicho que necesitaba tratamiento, solo sigue con lo que te asignaron y no te descarriles, te perjudicará.
— Nick, ya no necesitas ser mi tutor, sé lo que hago-esquiva sus sermones y sale de allí.
Desde que comenzó a verse con Ethan, su relación con Nick había empeorado, como si él supiera que estaba en contacto con su hermano perdido.
Camina hacia su auto en busca de unos documentos que estaban guardadas en la guantera, pero su teléfono la detiene. Lo enciende y un mensaje de su padre invadía la pantalla. “Ven a la oficina de Harri, tenemos que hablar” leyó en su mente. No quería ir.
Así como su relación con Nick empeoró, la relación que tenía con su padre también tuvo sus conflictos. No quería verlo, conociendo varias cosas que hizo, incluyendo el haber asesinado a su propia madre.
No contestó el mensaje, solo lo ignoró.
— ¿Qué te está pasando estos últimos días? -Nick la sorprende apareciendo detrás de ella –has estado distante conmigo, con mi padre y hasta con el tuyo. Esto no tiene que ver con que has visto a Ethan ¿o sí?
— ¿A qué te refieres? -no lo mira a la cara, aún seguía dándole la espalda.
— Sabes a lo que me refiero. Estas actuando extraño.
— Aún no me acostumbro a la vida que llevo, con lujos y todo-habla nerviosa mirándolo a los ojos.
— Hace varios años que te conozco y sé cuándo mientes-el joven se acerca a ella, quedando cada vez a escasos centímetros- ¿Acaso me estás evitando?
— Por supuesto que no...
— Bésame-Rebeca se sorprende ante su petición, ya que ni siquiera se lo preguntó-hazlo, sabré que no mientes y si no lo haces, sabré que algo ocultas.
— ¿No es más fácil creerme? Estoy diciendo la verdad y no estoy ocultando nada, solo tengo muchos problemas-corta la conversación empujándolo levemente.
Cierra la puerta de su auto y camina hacia el edificio nuevamente. Se adentró y localizó a nuevos abogados. Unos jóvenes que se podía decir que estaban estudiando igual que ella. No parecían mayores. Le resultó extraño. Harri estaba junto a ellos felicitándolos uno por uno.
Quedó inmóvil unos cuantos minutos, escuchando su discurso, mientras observaba sus rasgos faciales, demasiado similares a los de Nick y Ethan.
— Nos da mucha alegría tenerlos con nosotros y esperamos que nuestra familia siga creciendo. Les damos esta oportunidad para crecer laboral y personalmente, como nuestra novata modelo, que, con ayuda de mi hijo, está haciendo un excelente trabajo. Allí está-la señala. Su corazón se disparó de los nervios al sentir todas esas miradas clavadas en ella. No dejó que continúe el espectáculo y se encaminó a su despacho. No podía sentir esas miradas tan penetrantes
Su larga jornada siguió normalmente. No fue interrumpida por nadie, incluyendo a su padre. No fue a verlo y solo se fue a su casa al anochecer. Estaba esperando este momento que tanto le gustaba al final del día. Poder hablar con Ethan. Sentía que él la entendía, que la comprendía.
Envió un mensaje y observaba la pantalla cada cinco minutos y no había respuesta. Envió otro y tampoco. Su alegría iba disminuyendo como la batería de su teléfono.
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Editado: 22.09.2025