Justicia Divina

15: Entre la Cura y la Muerte

Los labios de Ethan y Rebeca estaban unidos en ese cuarto oscuro. Sincronizados con deseo y lujuria. El joven tenía sus manos posadas en su cintura, sin poder alejarla.

— Debo volver con tu padre-intenta alejarse, pero el chico no se lo permitía.

— No creo que tenga prisa-se negó a que intente separarse de él. Tomó su rostro y besó sus labios nuevamente.

El sonido de sus labios resonaba en toda la silenciosa habitación, hasta que el puño de Jared impactó en la puerta del lugar interrumpiéndolos.

— ¿Rebeca? ¿Estás aquí? -intentó entrar, pero Ethan se tumba sobre la misma, evitando el paso. La mirada de la chica lo interrogaba, sin comprender el por qué hizo eso- ¿Estás bien? -forcejeaba la puerta y la chica finalmente habló.

— No abras, estaba cambiándome de ropa, iré enseguida-Jared se apartó de la puerta como si haber forcejeado hubiera sido un delito.

— Está bien, te esperamos abajo-el hombre se marcha, bajando las escaleras al primer piso.

— ¿Vas a decirme qué acabas de hacer?

— Vámonos-insiste tomando su mano-solo por un día, lejos de aquí.

— ¿Sí sabes que Harri sabe que estás aquí? -Ethan tensa su mandíbula.

— No estoy hablando de él, estoy hablando de ti. Huyamos a algún sitio para estar juntos, al cine...

— ¿Me estás invitando a salir? -una sonrisa pícara se dibuja en el rostro de la muchacha.

— Llámalo como quieras. Quiero salir contigo-ambos sonríen y él sin resistirse vuelve a besarla velozmente.

El chillido de la puerta los interrumpe, mostrando la silueta de Nick. Sin saber que se encontraban allí, enciende la luz y los examina demasiado unidos.

— Te estaba buscando-ignora la presencia de la joven-Tu padre tiene que hablar contigo, es...importante-Ethan chasquea su lengua y sale dejando a ambos jóvenes solos.

— Lamento haber entrado...

— No te preocupes-ella ríe nerviosa. Carraspea su garganta por la incomodidad que sentía su cuerpo-iré con Ethan-le sonríe y baja las escaleras junto al muchacho.

— ¿En dónde estabas, hijo? -Jared entrecierra sus ojos al verlos bajar juntos-no importa. Toma asiento-ambos se sientan en la mesa rectangular- Envié una muestra de sangre tuya y de Rebeca a Italia para que la examinen e intenten crear una cura...y lo lograron, pero a largo plazo.

— ¿A qué te refieres con que a largo plazo? -la curiosidad despertó en su interior.

— La cura que crearon elimina la droga en la sangre, lleva su tiempo. En el caso de Rebeca, estamos a tiempo de quitarla de su sistema, pero en ti...-Bill cierra su puño por los nervios-la droga al estar mutada en tus glóbulos rojos, podría...

— Matarme-termina su frase, ya que su padre no lograba acabar.

— Sí, acabaremos con la sustancia, pero podría acabar contigo. Les diré a mis hombres que intenten otros métodos, primero debemos separar la droga de tus glóbulos rojos...

— ¿Qué tan confiable es esa cura? -se pone de píe, acercándose a su padre.

— Están un ochenta por ciento seguros de que funcionará...

— Si lo van a usar en ella, quiero que estén un cien por ciento, no quiero dudas-no quiso seguir la conversación y salió de la casa, con su mano entrelazada en la de la joven.

— ¿En qué te ha afectado esa droga? ¿Realmente necesitas esa cura? -Rebeca lo detiene arrojando pregunta, tras pregunta.

— Esa cura tú la necesitas, no yo-el joven sigue su camino hacia su auto. Rebeca muerde su labio inferior con molestia y rabia.

Los recuerdos de las noches anteriores aparecieron en la mente de la joven por instinto. Luego de que haya ocurrido el incendio, se reunieron como familia junto a Nick, lo hicieron parte de ellos. Harri no estaba del todo contento. A lo que decidieron rentar una casa cerca de la ciudad, para evitar sospechas. Todas las cosas materiales estaban a nombre de Jared, ya que era el menos conocido entre todos ellos.

Lograron conseguir tres autos, con la ayuda de los socios de Bill.

Ahora estaban esperando a que solo llegue el momento de utilizar la cura, para evitar que Harri comience a utilizar a sus empleados como conejillos de indias.

Pero la desesperación que sentía Rebeca al saber que la cura fue hecha, pero que podría matarlo a Ethan, no podía digerirlo.

— Ethan ¿Puedes escucharme? No usaré esa cura si tu no la usas conmigo-el muchacho la observa desde dentro del vehículo. Logra ver que suelta un suspiro y baja. Camina en su dirección y frena a escasos centímetros de ella.

— Si es que me quieres ver muerto, la usaré-podía notar la preocupación en la voz del joven. Examinó sus expresiones y eran acertadas.

— Podemos buscarle una solución...

— Rebeca, no la hay. Hay una cura y quiero que sea confiable para ti. Por mi culpa tienes que pasar por todo esto, no quiero que te hagan daño-tensa su mandíbula.

— ¿A dónde tenías planeado ir? -desvía el tema y él la mira con sorpresa junto a una sonrisa.

— Lo sabrás cuando estemos allí-toma su mano velozmente y corre hacia el vehículo, que minutos antes había dejado la puerta abierta.

La joven se adentra del lado del copiloto, él rodea el vehículo y se adentra para comenzar a conducir. La chica no conocía el rumbo, pero confiaba en él.

Su charla, durante el camino, fueron risas, pequeños golpes al confesar momentos vergonzosos de su vida y uno que otro beso robado.

Ya adentrándose a la ciudad, la multitud de autos y de personas, le hizo reducir la velocidad poco a poco.

— ¿Puedo hacerte una pregunta un poco personal? -Ethan asiente con su cabeza mientras sonríe, sin quitar su mirada en la carretera- ¿Quién es Selena? -soltó tan bruscamente que hasta su tono era más que obvio que estaba celosa con solo pronunciar su nombre.

— Una chica en la que jamás debí confiar ¿Por qué? -la sorpresa en el rostro de la chica era notorio. No pensó que fuese a contestar con esa normalidad y tranquilidad-sabía que mi padre te contaría sobre ella. Cuando creí haber encontrado a alguien como yo, resultó ser una traidora-Rebeca asentía lentamente con su cabeza, procesando lo que Ethan acababa de decir-no hablemos de ella, hablemos de ti ¿Has tenido algún novio? -Rebeca niega con su cabeza sin emitir sonido-no te creo-confiesa él y ella forma una línea recta con sus labios.




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