Las penetrantes miradas de los hermanos estaban asesinándose entre sí. Nick sonreía mientras, en señal de burla, miraba el yeso que rodeaba el tobillo de Ethan.
— Deja de mirarme-la paciencia del joven estaba llegando al límite.
Nick se limitó a hablar y solo rió a carcajadas poniéndose de pie para caminar hacia la cocina. Allí localizó a Rebeca preparándole un batido a su novio. Tensó su mandíbula al sentir una punzada en su pecho. Los celos lo cegaron por unos segundos.
— ¿Cuánto tiempo debe estar con ese yeso? -corta el silencio colocándose junto a ella.
— Seis semanas-toma la licuadora y vierte el líquido en un vaso.
— Está demasiado irritado, ¿Crees que resista todo ese tiempo?
— Debe hacerlo-termina la conversación y camina hacia Ethan.
Examina su pie elevado con el enorme yeso envuelto en su tobillo, acompañado con una expresión de desagrado por parte del chico. Notó al instante que estaba incómodo. Jamás pensó en pasar por una situación así.
Se sentó a su lado sin decir nada entregándole su batido. A punto de llevarlo hacia su boca, su padre lo detiene, quitándole el vaso de sus manos.
— Jared debe extraerte un poco de sangre, debemos investigar-Bill deja el vaso sobre la mesa y su compañero aparece detrás con una jeringa y una aguja dentro de un envoltorio.
Jared se acerca, atando una liga de goma en su brazo para cortar la circulación y comenzar a quitarle sangre. El líquido rojo llegaba con velocidad a la jeringa. Ya realizado, antes de quitar la aguja de su piel, quita la goma, espera unos cortos segundos, y coloca un algodón con un trozo de cinta encima.
— Padre-Ethan habla antes de que desaparezca junto a Jared- ¿podemos hablar? -este asiente y mira a Rebeca para que abandone el lugar, ella obedece con velocidad.
— ¿Qué necesitas?
— ¿La cura es efectiva? -Bill suelta un suspiro pesado.
— No la hemos probado con nadie, no puedo darte una confirmación ahora...
— Quiero que vuelvas a colocarme la OPR-17-confiesa sorprendiendo por completo a su padre-prueba la cura en mí y si funciona, evita que Harri lastime a esos jóvenes. No puedo permitir que personas como Rebeca, salgan lastimados.
— ¿Entiendes que lo que acabas de decir es una locura? No voy a hacer eso. Tienes la oportunidad de volverte una persona normal...
— Pero no así-lo corta-por favor. Por fin encontré a una persona de cuál me enamoré y quiero que el mundo sea seguro para ella, cuando ya no esté a su lado y si alguien más debe estar en mi lugar junto a ella, estaré en paz de que hice lo correcto y que Rebeca estará a salvo.
— No puedo hacerlo, hijo. Tú lo harías por el amor de tu vida, pero yo no puedo lastimar a mi hijo, no de nuevo-los ojos de Bill se cristalizaron-no puedo perderte a ti también. Ya perdí a tu madre, no soportaría el hecho de que tú mueras. No me preocupé al principio porque sabía que estarías bien sin mí. No sentías dolor y sabía que no sufrirías, pero ahora eres vulnerable como cualquier otro y es peligroso. No voy a permitir que sufras lo mismo que has sufrido de niño-le da un fin a la conversación, se pone de pie y sale en dirección a Jared.
Las lágrimas rodaban sin cesar por las mejillas de Rebeca mientras se encontraba recostada en la puerta de la cocina. Haber escuchado su conversación no fue una buena idea.
Él estaba dispuesto a dar su vida por ella y por el bien de los demás.
Seca sus lágrimas, toma las llaves del auto de Ethan y sale por la puerta trasera para que nadie pueda observarla. Iba a hacer lo que Bill le ordenó la noche anterior. No pudo dormir pensando si debía hacerlo, pero si eso salvaría al chico que amaba, lo haría.
Encendió el vehículo y comenzó a conducir en dirección al bufete. Iba a ser un golpe demasiado duro para ella el hecho de ver a su padre, pero no tenía opción.
La adrenalina tomó posesión de su cuerpo, sintiendo sus manos sudar como nunca, su corazón latir sin control y la respiración descontrolada no colaboraba.
Los autos que estaban estacionados fuera del bufete llamaron su atención. Estacionó a unos cuantos metros de la puerta de entrada, como era de costumbre, ya que ese estacionamiento era privado. Intenta controlar su respiración y su mente inventó demasiadas mentiras para decirle a su padre sobre su desaparición. Al fin y al cabo, Harri no sabía que ella estaba en contacto con Ethan. No sabía si su padre sabía sobre eso.
Soltó un largo y pesado suspiro y bajó. Sus pasos eran cortos, pero rápidos. La adrenalina aún no había abandonado su cuerpo.
Abrió las puertas encontrando el lugar completamente repleto de personas. Apenas podía caminar sin chocar a alguien. No quiso interactuar con nadie y solo caminó hacia la oficina de Harri.
Subió por las escaleras, ya que el ascensor estaba en reparación, y ya frente a su puerta, sus manos comenzaron a temblar. Sus ojos no dejaban de leer el nombre que decía en esa puerta.
“Harri Frost”
Golpeó levemente y la voz de su padre se escuchó del otro lado, concediéndole el paso. Ella posa su mano en el picaporte, haciendo presión, para luego girar y pasar.
— Te tardaste en venir –su padre se pone de pie y camina con rapidez hacia ella, elevando su mano para tomar impulso con el fin de impactarla contra su rostro. Ella cae al suelo por el golpe-eres una puta malcriada ¿Cómo pudiste irte sin siquiera decirme hacia dónde? Nick nos acaba de traicionar con el imbécil del hijo desaparecido de Harri. Es nuestra oportunidad de redimirnos-le toma el antebrazo y la obliga a ponerse de pie- ¿A dónde mierda estabas?
— Conocí un chico y me invitó a salir del país con él unas semanas-miente esperando que su padre le crea.
— Te daré otra oportunidad, hija mía-golpea el escritorio con una carpeta y la abre-dime la verdad. Este es un registro de los aeropuertos y jamás saliste del país.
— Lo siento, no volveré a irme, lo prometo-intenta convencerlo y su padre ríe a carcajadas.
#52 en Joven Adulto
#656 en Otros
abandono familiar, violencia drama familiar, abogados corruptos
Editado: 27.11.2025