Justifiquemos la diferencia de edad

Capítulo 09: ¿Qué somos?

68747470733a2f2f73332e616d617a6f6e6177732e636f6d2f776174747061642d6d656469612d736572766963652f53746f7279496d6167652f6b454f3349736e613254433275773d3d2d313334313939323538332e313735646132653866366466363762343933313237323732333935342e706e67

Habían pasado ya casi que quince días desde que nos habíamos dado nuestro primer encuentro de acercamientos y se había desatado las madrugadas de besos y deseos. Y bueno, también se había calentado el ambiente con lo que casi hacíamos y solo teníamos simples roces. Por encima de la ropa.

Sin embargo, no estaba demasiado a gusto con esta relación sin «etiquetas». Quizás me estaba comiendo demasiado la cabeza en ese pensamiento, pero no podía estar cómoda con esta situación.

El que no haya tenido más novios y seguir con esto así, me ponía los pelos de punta. Tenía que aclarar todo y ser directa, tengo que saber si estamos ambos en el mismo canal. No quiero enterarme por ahí que solo soy una aventura que conseguirá el calentón y adiós relación o como se llamé esto qué estamos haciendo.

Así que a pesar de estar embriagados de lo que estábamos haciendo, técnicamente yo estaba encima de él y la obscuridad nos envolvía en estos momentos. Aparte mis labios de los suyos, sus ojos estaban tan dilatados, a simple vista era deseo.

¿Pero solo sentía deseo? ¿De qué manera?

—¿Qué pasa? —pregunta al ver que solo lo estaba deleitando.

Mi corazón de pronto empezó a bombear demasiado rápido, las palabras no me salían no obstante tenía que preguntar aunque sea por última vez.

—Entonces... —hago una pausa y el me presiona con la mirada —, ¿Qué somos? —vuelvo a intentar, sin darme por vencida y querer que al fin tengamos un nombre, una etiqueta que valga la pena luchar o fracasar.

—Lo que tú quieras.

Sin dejar que el ambiente se enfríe, me hace que vuelva al ritmo. Pero yo no quería dejarlo así, quería su opinión.

—Puedo decirles a mis hermanas, ¿qué ya tienes cuñado nuevo?

Le indico que seamos novios de una forma indirecta, a lo qué el sin dejar de colar su mano por debajo de mi blusa me responde con un «si» lleno de deseó.

—Pero qué nadie sepa —eso me deja un poco fría.

—Solo Aida y Erin lo sabrán.

—De acuerdo —indica hundiendo sus labios en los míos con un toque de deseó. Más bien un beso voraz cargado de todo el sentimiento.

Ahora que teníamos una etiqueta, me sentía un poco mejor y no me sentirá tan tonta sí alguna vez le tenía que reclamar algo.

Algún día pasaremos la raya de solo roces con la ropa.

—¿Puedo intentar algo? —Dice de pronto, bajándome con sutileza y subiéndose encima de mí, yo solo tragó saliva.

—¿Qué cosa? —Cuestiono sintiendo un poco de inseguridad.

—No es nada malo.

Se acercó lo suficiente a mí, para sentirlo de lleno solo impedía la ropa sentirlo más allá, con eso se me cortaba la respiración. Era algo que deseaba, pero a la vez rechazaba por lo que me daba demasiado miedo.

Sin embargo, él no hizo nada malo, solo empezó a regar besos húmedos en mi cuello, con una lentitud para continuar a besar mis labios pegándose cada vez mas a donde no debíamos llegar. Con eso simplemente hacía que lo deseara cada vez más, sin embargo, en ningún momento se lo iba a decir.

Abrió los ojos con una lentitud que me hizo tragar saliva porque se veía muy irresistible y me miraba como si buscara algo que le indicara si debía continuar o no. Ya que, siempre le cortaba cuando podíamos pasar la raya.

¿En verdad quería eso? La respuesta era sí.

Iba a abrir mi boca para decirle, es más, sin palabras me iba a acercar a el para darle un beso voraz y que sintiera las ganas. Pero el momento se vio interrumpido por un ruido en la habitación continua por lo que rápido se despego de mi y la puerta se abrió.

Su madre sin vernos, se dirigió a Loan.

—¿A que hora piensas irte a dormir?

Yo trague saliva con solo escuchar la orden, porque daba la sutileza de pregunta pero era un orden directa.

—Ya iba —responde de mala gana.

Su mamá se dirige al baño por lo que el aprovecha y me da un beso corto y pega su frente con la mía.

—Buenas noches —se despide, dándome otro beso en la frente —, que descanses.

Yo solo asentí.

Con un simple susurro le respondí un "igual", el solo me sonrió y se fue a la habitación continúa. Yo solo me cobije casi hasta arriba, pensando en lo hubiera pasado sino nos hubieran interrumpido.

Con una sonrisa me fui a dormir.

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.