Capítulo 13: Todos van a su ritmo

Mi primo en ningún momento se acercó a nosotros a preguntar o tan siquiera juzgar lo que había visto. Solo se ocupó de hacer como si no hubiera visto el beso. Así que me quite ese peso de encima y solo me enfoque a tan siquiera pasármela bien o no entumirme con el frio que estaba haciendo.

Todos estábamos en techo del gran patio, afuera estaba una gran lumbre, a un lado estaba el asador donde aún seguían calentando tortillas y terminado de azar los últimos pedazos de carne.

—¿Quién va a querer pollo? ¿Y quién carne de res? —Cuestiona mi tío Ray, mientras levantaba la pinza con el que volteaba la carne —, ¿Quién dijo yo?

Todos los niños en corro dijeron un "yo", siguiéndole el juego. Él era un tío que siempre se la vivía de bromas, en ocasiones sus bromas de ponían un poco pesadas.

Loan se sentó un poco retirado de mí, pero aun así sus miradas fugaces no dejaban de llegar.

—Falta poco para empezar a tronar los cuetes —Indica con emoción mi hermano, juntando sus manos y tallándolas con diversión. Parecía niño chiquito y mi novio le hacia segunda junto con mi otro primo Ray, si, se llamaba igual que su papá.

—Si, pero primero cenaremos para poder romper la piñata —Le recomienda mi padre.

Los minutos se fueron en bromas y anécdotas que habíamos pasado, y sobre todos estuvo un poco melancólico porque apenas habían pasado ocho meses que había fallecido mi abuela materna, aun dolía su ausencia porque ella era la que mantenía la familia reunida. Siento que esta será la última reunión que tendrá toda la familia. Desde este año que viene, la familia tomara cada uno sus riendas.

Yo con casi nadie platicaba, con Rosita no platicaba mucho porque ya estaba casada y como que la relación cambiaba un poco entre nosotros. Solo eran monosílabos de hola, ¿Cómo esta?, bien, me alegro.

Con los demás, también era lo mismo.

Habíamos crecido. Todos rondábamos los dieciocho, diecinueve y veinte que cada uno había tomado rumbos distintos. Escuela, trabajo e incluso formando ya su familia, mas que nada su familia que nos habíamos distanciado.

Yo apenas iba a iniciar a elegir otra carrera para poder entrar a la universidad, y poder tener la licenciatura que tanto anhela mi familia, y bueno, yo no mucho la verdad.

Todos tenemos diferentes ritmos en la vida, así que a pesar de tener la presión de como los demás avanzan y yo siento que me quedo en el mismo lugar, aun así sigo adelante en paso tortuga, pero será pronto que llegue a mi meta.

Alguien tomo mi mano, haciendo que saliera del transe que había entrado al observar todos mis familiares. Parpadeo un poco confundido, sonrió al ver a novio tomando mi mano sin miedo, sin siquiera importarle que nos vieran o juzgaran.

—Vamos a empezar con los cuetes, ven a ver —Me tironea a donde están todos.

A un lado de la casa, estaba un rio que no llevaba mucha agua. Había vacas en el arroyo, por lo que la siguiente que paso no era de esperarse. Las pobres vacas, andaban para arriba y para abajo sonado los cencerros. Porque más arriba había una casa que también tiraron cuetes e incluso se escucharon disparos.

—Se escucharon en tiros —Afirma mi padrino.

—Alguien se puso demasiado loco por el año nuevo

Escucho murmurar a alguien de mis primos, sin embargo, no presento atención. Yo solo quería irme a dormir a casa, no me agradaban mucho las fiestas y menos develarme a menos que sea algo que en realidad que me guste. Yo solo disfrutaba deselarme con la lectura. Y la verdad, pasarla en familia, no era mi pasatiempo favorito, como casi nunca se hacía. No estaba realmente interesada o fascinada el pasar tiempo con todos.

Solo quería que quebraran la piñata para poderme ir, de paso descargar mi ira al golpearla.

Y si, fue rápido después de pasar de las felicitaciones, la cena, quebrar la piñata entre casi todos. Al fin nos fuimos a dormir.