Justifiquemos la diferencia de edad

Capítulo 16: No me dejes sola

—Entonces, ¡Si son novios! —Grita su hermana mayor, casi que saltando encima de mí

—Entonces, ¡Si son novios! —Grita su hermana mayor, casi que saltando encima de mí. Al parecer la familia no tardaba mucho en comunicarlo a todos.

—Si —digo de un susurro.

Ella vuelve a chillar y me abraza, mas bien me asfixia. Haciendo que tomara un gran bocado de aire y con el acto provocando que sus chinos del cabello terminaran en mi boca haciendo que tosiera.

Loan la hace que se suelte sin cuidado, haciendo que ella se quejara.

Cuñis.

Me resistí por voltear los ojos, así que no dije nada. Me volvió a abrazar con un poco más de cuidado.

—No se lo puedes decir a mi papá —Indica él. Quitándome del agarre de su hermana, yo solo rio —, que me puede llevar a casa de mis abuelos.

—Pero ustedes me pueden cubrir.
—Pero si ya te cubrimos antes —Digo con extasió.

—Pues yo…

Su hermano lo interrumpe rápidamente antes de que diga algo que no guste a ningún de los dos.

—Quien sale perdiendo aquí, eres tú, así que no abras tu boca. Oíste —sentencia su hermano con un poco de enojo.

Ella resopla. Yo solo resisto por voltear los ojos. Él me abraza sin miedo alguno como aliviado de que se sepa.

Pero la verdad, se venían cosas fuertes. Eso sentía yo.

—Te puedo besar sin miedo, sin fronteras.

Y sin esperar una respuesta, tomo mi barbilla y plantó un beso en mis labios, pero al ver que no le respondo me da una sonrisa incomoda y me acaricia con su pulgar mi labio inferior. Entendiendo que a pesar de todo, aún yo seguí con mi inseguridad e incomodidad de mostrar mis sentimientos en frente de alguien.

—¿Qué paso? —cuestiona dándome un beso en la mejilla y abrazándome con fuerza.

Observó de reojo a su hermana mayor que era ajena a nuestra conversación y el rechazo del beso.

—Me incomoda besarme en frente de las personas.

—Pero ella ni siquiera nos está viendo —justifica viendo mis labios de una forma tentadora.

—Bueno…—sin esperar que agregara algo más, volvió a presionar sus labios sobre los míos.

Miro que cierra sus ojos y yo en ningún momento los cerré, porque de alguna forma observar su rostro tranquilo y concentrado siguiendo el ritmo de mis labios.

Al fin de unos segundos, decidí cerrar los ojos y disfrutar el momento de sentir sus labios.

—Loan —llama algo en forma quedito, obligando a qué dejáramos de besarnos, era su mamá —, ocupo que vallas a la tienda.

Yo reclamo mis labios, no me atrevo a mirar a su mamá.  Lo ví asentir, me tomo de la mano sabiendo que al que nos hallan visto besándonos me incomodaba un poco.

No me iba a dejar sola, me iba a llevar con él.

 

 




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