Justifiquemos la diferencia de edad

Capítulo 22: Conversando con él.

René: ¿Nos podemos ver? Ando aquí en la ciudad

René: ¿Nos podemos ver? Ando aquí en la ciudad.

Lo medito un momento, será que lo veré después de hace meses que no nos hablamos.

Estaba en duda si ir o no, después de todo hoy no estaba mi novio. Ya que, le había obligado casi que a ir a casa de su abuela porque no había querido ir desde hacía varias semanas.

Me: No lo sé, no me apetece la verdad.

René: ¡Daylia! Por favor, solo será un rato. No seas aburrida.

Muerdo mi labio por dentro, sopesando si debo o no ir. Sé qué tenemos mucho tiempo que no convivimos, que no la pasamos bien. ¿Aunque qué es pasarla bien con él? Lo único que recuerdo es como estaba enamorada de él y nunca se dio cuenta a pesar de mandarle múltiples señales.

Pues ahora, no sentía nada por él más que mera amistad. Jamás le dije de mis sentimientos por más que me animaban, sin embargo, no fui capaz en ningún momento.

Y la verdad, fue mejor porque encontré a Galván. Aparte, me lleve la sorpresa de que él estaba enamorado de su otra mejor amiga y de ahí las decisiones de desenamorarme.

Mi teléfono párpado indicando que tenía un nuevo mensaje, solo puse mis ojos en blanco al ver el mensaje. Ni mi novio se pone tan intenso. Por ahora.

René: ¿Por qué me dejas en visto? Nos vemos en la plaza. ¿Sí?

Doy un suspiro, sé que no me va a dejar en paz. Así que decido aceptar.

Me: ¿a qué hora?

René: Justo ahorita tengo tiempo. En quince minutos nos vemos en la plaza. 

Y sino vas, me paro fuera de esa casa hasta que salgas.

Me: Ok.

Me amarré el cabello en una coleta alta, porque recién había salido de bañarme cuando recibí su mensaje. Me puse el tenis rápido y salí.

—¿Vas a salir? —Interroga Yuliana al verme salir al pequeño patio de enfrente de un metro y medio.

Me detuve un momento en la puerta y volteo a verla con media sonrisa.

—Si.

—Pero Loan no está.

Di un suspiro y solo le regalé una sonrisa.

—Lo sé —digo confundida, ella solo se encoge de hombros y vuelve a la cocina a fregar los trastes —. Al rato vuelvo.

—Con cuidado, Loan llega en la noche.

Me paró en seco, él me había dicho que volvía mañana. Aun así, no le tomó mucha importancia y me dirijo a la plaza.

No creo que sea un problema sí llegó antes de que él aparezca por la casa.

•||||•

La palabra emoción al vernos queda demasiado decepcionantes, puesto qué René sabe perfectamente que no me gusta el contacto físico.

A, pero con Galván qué tal el contacto físico pensé. Lo que solo pude concentrar la emoción en mis mejillas calientes.

Nuestra única emoción fue un "hola" demasiado apagado por mi parte y por René uno eufórico.

—Creí qué teniendo novio ibas a cambiar de chip por uno menos amargada.

Le hice mala cara al comentario, él solo encogió de hombros restándole importancia.

Uy, qué tu propio mejor amigo te diga que eres amargada, no puedo esperar más de las otras personas. Y de igual forma me importa poco lo que digan la verdad.

—Me lo dice quien sale de fiestas cada fin de semana.

Le comentó en ironía. Me arrugó las narices, y solo sé lomito para sentarse en la banca con un poco de arrogancia. Se recarga demasiado fresco al respaldo.

Me siento separándome de él un poco, René solo rueda los ojos.

—¿A qué se debe tú repentina invitación? —le interrogó viendo al frente al escuchar el ruido de los niños jugando fútbol con una lata.

Le escuchó suspirar.

—Estaba aburrido. Y recordé qué ahí estabas tú.

—¿El aburrimiento te hace acordarte de una amiga?

Eso sí me ofendió un poco. En pocas palabras me estaba diciendo que era su payaso, bueno no. Pero así lo veía yo en estos momentos. Por lo que sentí un pinchazo de rechazo en mi estómago.

—No lo digas así.

Ruedo los ojos, ni siquiera lo niega.

—¿Entonces cómo? —Interrogué molesta, su indiferencia de alguna manera me está sentando mal —. Mejor déjalo así.

—Tu novio no te funciona bien.

—Cállate, idiota —indico colmándome la paciencia. El solo ríe ocasionado que mi enojo creciera más, mi cuerpo está hirviendo en ira.

—Ojalá un día pueda conocer a tu "novio" y decirle que no hace buen trabajo, puesto que aun eres amargada y dinamita.

Me pongo de pie, haciendo que su burla cesara, me mira serio negando con la cabeza.

—Solo juego.

Se excusa. A mí no me parecía que estuviera jugando, lo decía demasiado enserio.

—Mejor hablamos otro día. Me tengo qué ir.

—Daylia.

Para dejar que me rugen, solo mi novio.

—Nos vemos después —finalizó, yéndome de ese lugar.

Solo me hizo salir para hacerme enojar y ningún chicle me pudo invitar. 

 




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