Juzgar

Juzgar

“Era un día de otoño en el cual las hojas se amontonaban en la entrada de las casas. Hacía bastante frío pero Margaret tenía el cuerpo caliente. Sentía que ardía. Se sumergió en la bañera repleta de agua fría y sus recuerdos llenaron su mente. Cuando sonaban las campanas de la iglesia, ella huía hacia el bosque a buscar plantas medicinales. Al regresar a su casa preparaba aceites esenciales, cremas y perfumes que luego vendía a algunas personas de la aldea. A veces se veía con Robert Thompson con quien pasaba largas horas hablando, riendo y haciendo el amor. La gente la miraba con malos ojos, la juzgaba porque no se congregaba además de la vida pecaminosa que llevaba.

Un viernes santo, el sacerdote y sus feligreses se agruparon a las puertas de la casa de Margaret y la acecharon. Le tiraron huevos a las ventanas y a la puerta, le gritaron injurias e ingresaron a la fuerza llevándola a un juicio del que no podía defenderse.

El agua de la bañera había empezado a calentarse debido al calor de su cuerpo. Humo se desprendía de ella. Ya no podía pensar en nada más ya que el ardor como llamas golpeaba su piel. Margaret volvió a abrir sus ojos pero ya no pudo concentrarse porque el fuego derretía su piel y los rostros de sus asesinos se veían borrosos. Ella no había conocido el amor de Dios, al igual que ellos.”

por Valeria O.

Derechos de autor: Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0

Escrito el 21/06/2019



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En el texto hay: microrelato, inquisicion, hoguera

Editado: 21.06.2019

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