Kachok

Capítulo 2. La reunión

Alexander:

- Hola, ¿dónde estás? Llevo aquí quince minutos esperándote. ¿Has decidido saltarte el entrenamiento de hoy?

La voz del amigo de Oleksandr, Serhii, sonó en el teléfono:

- "No, ya me voy. Siento que hoy sea así, pero ni yo mismo lo entiendo. Cuando me estaba arreglando en casa, pensé que tardaría cinco minutos, pero resultó que tardé mucho más en arreglarme, no pensé que pasaría. Hay que mirar el reloj más a menudo y no volar con los pensamientos.

Alexander:

- Te he estado esperando fuera del vestíbulo durante quince minutos. He estado ahí de pie preguntándome si vendrías o no. Así que he decidido llamarte para saber si te has dormido en el entrenamiento.

Sergei:

- Lo siento, amigo. No sé cómo ha podido pasar. Quizá estaba pensando en algo y no miré el reloj, y por eso tardé tanto en prepararme. Espera unos minutos, ¿quieres?

Alexander:

- Entiendo que estarás allí en cinco minutos, pero los minutos no se detienen y avanzan. Hoy es mi único día libre. Pensaba venir al gimnasio y entrenar lo antes posible, y luego irme a casa a hacer mis cosas, pero se han perdido al menos veinte minutos, o mejor dicho, de espera. Llevo veinte minutos esperando a mi mejor amigo. No puedo creer que hayas tardado tanto en prepararte. ¿Por qué has tardado tanto en prepararte?

Sergei:

- Ya te he dicho por qué tardé tanto. Ya te he dicho por qué he tardado tanto. La próxima vez, haré la maleta por la noche en vez de por la mañana, y saldré enseguida por la mañana. No volverá a ocurrir.

Oleksandr:

- Vale, esperaré otros cinco minutos, y si no estás aquí, iré al gimnasio y empezaré a entrenar.

Sergei:

- No corras al gimnasio. Te prometo que estaré allí en cinco minutos. No estoy lejos, cerca de un edificio de cinco plantas. Creo que sabes dónde está.

Oleksandr:

- No, no lo sé, todos los edificios de aquí tienen cinco plantas, y no te veo.

Sergei:

- Esta casa está en una esquina. Se tarda unos minutos en ir desde ella hasta el vestíbulo.

Alexander:

- Espero que digas la verdad, porque me parece que tu contador de minutos se ha estropeado de alguna manera y quizá tengas diez minutos o incluso más en lugar de cinco. No sabes cuándo salir de casa, pero yo tengo todo a tiempo. Tienes que hacer algo para no llegar tarde.

Sergey:

- Estoy bien con mi contador. Lo he pensado en casa y acaba de pasar. Bueno, ¿y quién no?

Alexander:

- A mí no me pasa. Si llegas tarde al entrenamiento, ¿qué sentido tiene ir al gimnasio?

Sergey:

- Para estar guapo y sano, y para disfrutarlo.

Alexander:

- Sí, estoy de acuerdo, el gimnasio te aporta muchas cualidades positivas.

También tienes que entrenarte para ser disciplinado y saber cuándo salir de casa y no llegar tarde, y lo más importante, llegar siempre a tiempo. Comprendo que no te vaya bien, y si no lo has olvidado, no es la primera vez que llegas tarde al entrenamiento. Tienes tus cosas que hacer, te cansas en el trabajo, pero aun así tienes que hacerte una rutina, no importa lo difícil que sea, siempre tienes que llegar a tiempo al gimnasio. Si no lo has olvidado, este es un lugar sagrado para mí. Si no fuera por este gimnasio, no sé qué tipo de vida estaría viviendo ahora, y este es el lugar que me da placer. No quiero llegar tarde a entrenar. Si no fuera por todas estas barras y mancuernas del gimnasio, yo sería completamente diferente. Estoy muy agradecido por estar en la forma que estoy ahora.

Sergiy:

- ¿Tengo entendido que te pasa algo en la cabeza? Quizá necesites tomarte un descanso, porque ya estás tratando a las barras y las mancuernas como si fueran personas.

Alexander:

- Sí, ya estoy obligado con ellas. Entiendo que son hierro que no tiene vida.

Sergey:

- Menos mal que no has dicho que la mancuerna tiene alma, porque eso me preocupaba un poco y creo que habría sido un poco más cauto al hablar contigo.

Alexander:

- ¿De verdad habrías dejado de hablarme por eso?

Sergei:

- No, claro, estoy bromeando. No dejaría de hablarte. Preferiría explicártelo todo y contártelo todo para que no haya malentendidos. Me conoces desde hace mucho tiempo. Llevamos más de seis meses entrenando y creo que es tiempo suficiente para entendernos. Así que no te preocupes, nunca tendremos malentendidos.

Alexander:

- Yo también espero que todo vaya bien y que entiendas mi actitud hacia el gimnasio. A veces me parece que cuanto más amplia es una persona, más conflictos surgen. Quizá sean defectos internos, pero todos se reflejan en el exterior.

Sergei:

- No, no me pasa eso. Todo depende de la persona, y no importa su tamaño: grande o pequeña. Las personas pequeñas también tienen muchos trastornos mentales, y si a una persona tan pequeña se le da la oportunidad de organizarse e inflar sus músculos grandes, se hará grande, pero esto no cambiará nada, y viceversa. Así que puedes estar tranquilo, todo depende de la persona. Si tiene conflictos, los tendrá. Puedes estar tranquilo, no soy una persona conflictiva. Realmente aprecio lo que la vida y el gimnasio me aportan. Incluso estas pequeñas mancuernas que están tiradas en el gimnasio y nadie entrena con ellas también tienen su propio significado. A veces, antes de empezar a entrenar, las cojo y empiezo a calentar con ellas, y me producen placer.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.