Kadeus; Edevane y los protectores

Capítulo 3: Kadeus

Kadeus. Ese era el nombre de aquel ser frente a ella, al menos ese nombre le había dado ella, para no referirse a él, como Dios o creador, era inombrable su verdadero nombre, ningún mortal podía decirlo, ni ella, que era considerada lo más cercana a él.

Edevane suspiro, y miro al hombre, era joven, pero tampoco tanto, su cabello blanco y sus ojos color rojos, parecía un conejo, pero no era nada inocente, sonrió de oreja a oreja, sin perder aquel encanto, se acercó a la mujer, con los brazos extendidos, pero sin la intención de abrazarla.

—¿Cómo estás, querido? —preguntó el creador. Para después llevar su mano a su boca riendo —¿Dije querido?, Lo siento querida —se disculpó, aunque no fue nada sincero.

La chica rodó los ojos, haciendo una mueca de disgusto.

—No entiendo por qué creaste a los de sin género, ¿Solo para burlarte? —cuestionó. A lo que Kadeus, fingió sentirse ofendido, llevando su mano al pecho.

—¿No es obvio? Es divertido~ Cambiando de tema —diciendo esto, apareció una mesa de cristal, y en ella se apareció un mapa grande.

Edevane alzó una ceja, sin entender lo que estaba viendo, pero aún así se acercó a ver lo que estaba en la mesa, no entendía lo que veía, era una especie de línea, donde decía eventos que sucederían al futuro, ya que había fechas más avanzadas, del año en que vivían, esos años estaban acordé al calendario Imak. Analizó el papel, pero no entendía porque se lo estaban mostrando.

—Necesito ayuda, y no la de cualquiera, si no la tuya.

—¿Es para tu diversión? —cuestionó ella. —¿O planeas tener otro hijo?, Porque si es así, debo decirte que deberías dedicarle tiempo a ese viejo, estan intolerable —se quejó, pero Kadeus no le prestó atención, haciendo una seña con su mano que no le importaba lo que ella estaba diciendo.

Edevane dejo escapar un suspiro de exasperación, a la vez que golpeaba su frente con su mano, solo tenía algo en claro; No debía confiar en el creador. Si él no escuchaba sus quejas, ¿Porque ella debería prestar su ayuda?. Él sonrió y tocó el mapa con delicadeza.

—Es para nuestra diversión, eso me gustaría decir, y no, no planeo tener otro hijo, él no estaba en parte de mis planes —su cara mostró tristeza, parecía recordar algo con nostalgia, su sonrisa desaparecio de su rostro, sus ojos parecieron cristalizarse pero continuo hablando: —Mas importante, es hacer el bien para el planeta tierra, no quiero que sea destruido —aclaro su motivo, pero eso solo basto para que Edevane soltara una carcajada

¿Salvar al planeta tierra?, ¡Joder!,  ¡El creo ese planeta para su propia diversión!. El Dios sonrió, conociendo lo que pensaba la mujer, más aún así decidió dejarla continuar, que riera después le diría lo que necesitaba.

—¿¡Hablas enserio!?, ¡Muchos planetas han sido destruidos, pero a ti solo te importa el planeta de tu hijo, ¿Cierto?! —le gritó molesta, él negó con la cabeza repetidas veces.

—Edevane, es el lugar donde conocí a esa humana, mi hijo nació y vivió aquí, solo quiero proteger estos recuerdos, y lo único que te pido es algo pequeño, no es demasiado, no tampoco algo grande —pidió, su sonrisa era tranquilizadora, pero también tenía cierta tristeza en su rostro, ella suspiro tratando de tranquilizarse, pero no funcionaba.

—¿Qué es lo que quieres? —cuestionó observando el mapa.

—El futuro no está escrito y lo sabes, un pequeño cambio afecta todo en destino —ella asintió con la cabeza —Yo soy el Dios de este lugar, no puedo simplemente interferir en el futuro, de hecho el que él naciera, lo hizo una existencia peligrosa. Ahora necesito proteger, no su existencia de él, necesito que cambies todo, para que la chica roja viva ese futuro, es la única que podrá proteger de futuras invasiones —pidió. La chica suspiro, paso su mano por el papel, observando.

—¿Así que necesito seguir estos pasos para cumplir tu capricho? —cuestionó. El hombre sonrió divertido y asintio con su cabeza.

—Por favor, te lo suplico. Aunque no necesito suplicarlo, soy tu Dios —se burló Kadeus, a lo que la chica río levemente.

Leyó mentalmente lo escrito por el creador.

—Nuestro primer objetivo es Christian, debo conocerlo dentro de seis años —leyó en voz alta, Kadeus confirmo con su cabeza. —, pero la más importante; Sacrificar a la hermana de esa chica Rubí, ¿Porque ambas hermanas tienen nombres de joyas? —se preguntó así misma, haciendo une mueca de disgusto.

—Te lo encargo, al parecer Cassiel termino con el Oniomed —se quejó.

—¿Les mandaste un Oniomed?, ¡Tenías que ser tú!, Confías mucho en tu hijo —se quejó, haciendo une mueca, solo rezaba que su amigo estuviera bien, no quería perder a Keyle por nada del mundo, él siempre fue su amigo por mucho tiempo.

Con un chasquido de dedos desaparecio la mesa y el papel que contenía la línea del tiempo, tan pronto como eso desaparecio un portal con chispas blancas salió del portal, y él se dio media vuelta aún sonriendo, camino hacia enfrente para entrar al portal no sin antes susurrar;

—Gracias.

Diciendo esto entro al portal. Se sentía enfermo, odiaba mil veces el haber hecho ese mundo, el planeta tierra fue su perdición, más cuando se trataba de los débiles humanos, lo supo cuando hace 479 conoció a una humana que lo llevo a la perdición, de la cual nació aquel niño, que nunca le conoció como su padre, amaba a su hijo, como cualquier padre lo haría y lo hacía más de lo que amaba a cualquiera de sus creaciones, amo más a esa mujer que lo hizo como era ahora; débil. No quería perder ningún recuerdo, protegería a ese planeta aún cuando debía mandar a otros interferir, no le importaba sacrificar a otros planetas, sus creaciones, debía considerar afortunada a esa chica que era esencial en el futuro, aún cuando iba a sacrificar a la otra, para que no muriera, un intercambio justo.

Camino por el gran salón, blanco, encontrándose con unos sirvientes; los ignoro, camino hasta llegar a su aposentos, debía descansar, plenaria el como Edevane iba interfir en el futuro.




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