Lo miro de manera feroz, estoy muy enojada—estoy trabajando—digo entre dientes—y ya hemos dado un espectáculo.
-De todos modos no entiendo por qué trabajas, en un futuro no necesitarás esto, porque alguien te mantendrá—dijo seguro de eso—ese alguien podría ser yo—susurro, pero lo escuché e ignore.
-Si quieres esperar es tu problema—dije y me gire para seguir trabajando.
Seguí atendiendo mesas, haciendo bromas con Brandon, algunas veces peleando de relajo con Camilo, ambos me preguntaron quien era el chico con el que hablaba, y yo solo les dije un conocido de mi familia y me escabullía.
A las 2:00 a.m. terminamos de arreglar todo para salir, me despedí de los chicos e iba caminando para mi casa cuando vi la sombra me volteé y allí se encontraba Leónard.
-Asique eres tu él que me sigue todas las noches—digo entrecerrando los ojos.
-No, no era yo. No voy a mentirte—dice con una sonrisa de medio lado—contrate un guardaespaldas para ti, es por eso que quiero hablar contigo—me dice señalando su auto, un Audi e-tron sportback—por favor.
Preferí terminar con esto rápido, porque sabia que seguiría insistiendo, asique me subo al coche y lo guió a mi departamento. Entramos y yo me pongo cómoda, ya que la cara de Leónard lo decía todo, evite reírme.
-¿De qué querías hablarme?—quiero ir al grano y dormir.
-Lo que pasa es sencillo, me quiero casar…
-Me parece súper bien, por ti y la chica que tenga que casarse contigo—interrumpí irónica.
-Podrías dejarme terminar, me quiero casar contigo—dijo y no hice ningún movimiento, obviamente porque ya lo sabia—tus padres saben y aceptaron, aunque a tu hermano no le gustó mucho la idea—tampoco me sorprendía eso porque ya lo sabía—y quiero que nos casemos lo más tardar finales de este mes.
-¿Qué estas loco?—esto si me sorprendió y mucho—no me pienso casar tan joven, solo tengo 23 años y muchas cosa por hacer. Además no nos conocemos de nada y si te conociera no creo que cambiarían las circunstancias—afirmó decidida—no me pienso casar contigo y no cambiare de opinión.
-Esta acordado con tu padre asique lo siento mucho, pero no tienes otra opción.
-Lo siento yo por ti, te informo que estamos en el siglo XXI y yo pienso seguir viviendo de ese modo.
-Kadira, abecés me sorprende que pienses que tienes otras posibilidades—sonríe de la lado—sabes me dan mas ganas de quitarte esas posibilidades.
-Ya te dije Leónard que no me pienso casar y menos contigo, no te conozco. Y no pienso desperdiciar las cosas que tengo.
-Bueno tenemos todo este tiempo para conocernos, si ese es el problema.
-Y que te hace pensar a ti, que yo te quiero conocer—digo cansada—estoy agotada asique nos vemos luego, aunque espero que sea nunca—y abrí la puerta para que se retirara y luego cerré.
Camine hasta la sala, me acosté en mi cama inefable, será que solo a mi me pasan estas cosas, un hermano que está “enamorado de mi” y un viejo que solo parece marioneta de mi padre—suspiró—y sin darme cuenta me quedo dormida.