Kael’varya / Los Cinco Mundos

“Cuando la verdad se revela”

Me alejé un poco del señor Hunt, pero él no querer que le diera la mano como saludo; no la bajó en ningún momento. Así que levanté la mía, tratando de controlar mis nervios. ¿Cómo podría hacerlo si, minutos antes, con un simple chasquido había anulado mi poder?
nervios tan alterados que mis pensamientos se cruzaron y, en vez de saludarlo, lo único que salió de mi boca fue una pregunta:

—¿Cómo…?

Él me miró por un instante y respondió con una sencillez inquietante:

—Usé más poder que tú para detenerte, no se estrese, señorita Escobar. La lógica es así de simple. Y casi matas a los otros… porque ellos no estaban usando su nivel más alto cuando conversaban contigo. Pero veo que tu poder reacciona de acuerdo a tus emociones.
Luego volvió su mirada hacia Eduardo, Mariana y Rodrigo.

—Pensé que le habrían ayudado a canalizar su poder sin acudir a sus emociones —les reprochó—. Saben que, si esas emociones se desbordan y la hacen matar, tanto su alma como su poder se corromperán. Y van dos veces que casi lo hace.

Los miró con una expresión cargada de juicio.
Los demás bajaron la mirada, excepto Eduardo, que lo observaba con evidente irritación. Desde que lo conocí, esa reacción me intrigaba. Al principio pensé que exageraba su rencor hacia el señor Hunt, pero al ver su mirada… creo que me quedé corta sobre el nivel de odio que le tiene. Eduardo iba a hablar, pero el señor Hunt lo detuvo alzando la mano.

—Después te escucharé —le dijo con desdén.

Entonces comprendí que la antipatía era mutua.

Luego regresó su atención hacia mí.
—¿Cómo te ha tratado la mansión?
Me quedé pensando un momento. Le lancé mi mirada más letal y respondí:
—Si no hubiera sido por la

advertencias… o por Eduardo y Mariana, no habría sobrevivido. ¿Quién no avisa que su casa tiene encrucijadas solo para limpiar? ¿Y criaturas que jamás había visto antes? Aparte de asumir que era capaz de superar todo lo que tiene usted en la mansión… eso solo me hace concluir que está loco.

Y asumo que puso todo a propósito para que mi poder se liberara.
Nunca se lo perdonaré por las situaciones que me hizo pasar. Solo colaboraré con usted por el bien de mis seres queridos y por mí, para descubrir qué quieren tanto ustedes como ese grupo maligno.

Lo dije tan rápido que tuve que respirar profundamente para recuperar el aliento.

Pero a él no le afectaron mis palabras.

Al contrario, soltó una carcajada profunda. Eso hizo que mi ira se elevara otra vez. ¿Quién se creía este señor? Yo no estaba haciendo ningún chiste. Y cuando por fin se calmó, dijo:

—Era verdad cuando me contó que no te callabas cuando algo te parecía injusto…

—¿Quién le dijo eso? —pregunté de inmediato.

Volví a mirar a Mariana, Rodrigo y Eduardo, pero los tres negaron. Era lógico: cada vez que hablaban del señor Hunt, decían que nunca habían logrado conectar con él. Antes de seguir indagando, el señor Hunt intervino:

—Ah, cierto. Por la reciente conmoción le dije que esperara afuera.

En ese momento, Eduardo se levantó de manera abrupta. Su reacción me sobresaltó, porque yo estaba concentrada en cada palabra y movimiento del
señor Hunt. Eduardo avanzó con paso firme hacia él y lo tomó del cuello de la camiseta.

—¿Por qué lo trajiste? ¡No es el momento! ¡Si otra vez el poder de Estefanía se descontrola…!

El señor Hunt lo miró con una clara advertencia. Sus ojos brillaron en un rojo intenso. Eduardo no se quedó atrás; los suyos también brillaron del mismo color.

Me quedé con la boca abierta. Era cierto, entonces, que el color de sus ojos cambiaba según su poder. ¿Será que yo también podría hacer eso alguna vez?

Salí de mis pensamientos cuando el aire empezó a volverse más pesado.

La presión creció… y yo comencé a sentirme mareada, como si la gravedad hubiera aumentado y tratara de aplastarme. Antes de caer, unos brazos cálidos me sostuvieron. Al levantar la vista, vi que era Mariana, mientras Rodrigo elevaba su mano y colocaba un escudo frente a nosotros. De inmediato, esa presión desapareció.

Me enderecé despacio. Fue entonces cuando Mariana dijo:

—No te preocupes. No voy a dejar que se peleen y puedan causarte daño con sus peleas inmaduras. Ya me tienen cansada todos estos siglos.

Abrí los ojos como platos. ¿Siglos? Imposible. Los humanos no vivían tanto tiempo… ¿o será que en otros mundos no se cumplían esas reglas? ¿O… eran algún tipo de vampiros? Mis pensamientos se desordenaron, pero la voz firme de Mariana me devolvió al presente.

Sin soltarme, sus ojos cambiaron a un verde oscuro y, con un solo gesto, separó a los dos hombres como si fueran plumas. Todos eran increíblemente fuertes. Y yo… yo no estaba segura de qué pasaría si no cumplía con sus expectativas.

Eduardo, Mariana y Rodrigo habían sido amables conmigo, se habían convertido en mis amigos. Los quería. Pero… ¿y si solo era una fachada para manipularme? ¿Qué me harían si fallaba?

Mariana me sacó de mis pensamientos al decir, con un tono que helaba la sangre:

—Si por no medir su poder le causan algún daño… lanzaré mi poder más fuerte y no me importará si los mato.
Sentí un escalofrío. Le hablaba al señor Hunt igual que cuando regañaba a Eduardo. Ambos desviaron la mirada. Mariana declaró:

—¿Está claro?

Ellos solo asintieron. Eduardo se alejó hasta la ventana, mientras el señor Hunt permaneció donde estaba. Habló de nuevo sin dejar de mirar a Eduardo:

—Lo traje porque él también necesita que le contemos lo que ocurrió después, ya que no conserva recuerdos de su vida pasada. Sé lo arriesgado que es, pero con la situación actual no tenemos alternativa. Me lo llevé para entrenarlo por unos meses, pero con lo que está pasando, esos planes se cancelaron. Tendremos que entrenar a Estefanía junto con él para que ambos puedan controlar su poder y recuperar sus recuerdos.

Hizo una pausa y me miró. Luego, sin decir nada más, se dirigió a la entrada y le indicó a alguien que entrara.
Cuando vi quién era, me quedé sin aliento.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.