Cada tarde, saliendo de la Universidad, paso por donde una vez fuiste mía. Y te veo…
Te veo tomando mi mano por el Bandejón, besándome hasta correrte el rush, para luego limpiarnos con mi bufanda.
Te veo por Avenida Brasil, temblando de frío, resguardándote entre mis brazos. Te veo sonriendo, aferrándote a mi espalda con los ojos cristalizados rebosantes de inocencia.
Te veo por República, buscándome, esperando paciente a que las clases terminen para que nos amemos, perdiéndonos en esta ruidosa, pero bella ciudad.
Te veo soplarle a la luna, recordándote sobre mi pecho.
Te veo… pero a ti no.