Kairos (2019)

Poema XXVII

¿Valgo tanto como para que dieras tu sangre por mí? ¿Valgo tanto como para hacer tuyas mis lágrimas; mis gritos, hacerlos tuyo; y mi sombra, tu sombra?

 Como artista del folio que soy, de algún modo siento en las yemas ese pálpito candente. Y me pesa. Como si un bloque de hierro cayera sobre mis manos, y las destrozara; todo para que las almas en carne tras ese espejo se liberasen.

 De alguna forma me lo imagino. Y lo admiro, de hecho. Yo no tendría las agallas para abrirme las venas y teñir mis hojas de carmesí por la salvación de mis creaciones. No. Y lo reconozco. Y reconozco además que no puedo quejarme, pues no soy quién para ello. No puedo quejarme por el Nuevo Pacto si mis folios nunca se habrán de volver grana por mi pueblo. Y lo lamento. ¡¿Pero qué gano con hacerlo, si no soy quién para presentar reclamo?!    

 ¡Amén! 




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