Surreal. Así siento mis roces por tu carne de espuma.
Una lluvia de colores que se enredan en el viento y silban sonata de sereno temple.
Es sumergirme en burbujas y reposar en margaritas de tierno aroma bajo la vista del sol naciente.
Es mirar constelaciones y acariciar las nebulosas. Hundirme en las estrellas hasta volverme frío polvo. Tocar la mano del Padre y retozar en alas de ángeles. Y olvidarme del mundo. Olvidarlo. Olvidarme del mundo y convertirme en radiante luz, y recubrir de calidez a quien pose sus ojos en la danza de mi destello.