¡Ahora te burlas de mi oficio!
Ahora me encuentras un imbécil.
Ahora dices que no tengo futuro.
Ahora soy un mocoso en el País de las Maravillas.
Ahora soy arrogante. Un payaso. Un mono de feria que baila por maní.
Ahora reniegas de mi trabajo. Ahora. Después de aplaudirme extasiada con cada enunciado de mis hojas; después de morir eufórica con cada roce de mi pluma; después de jurar a muerte que guardarías esa, nuestra memorada Caja Negra. ¡Jo…!
¡Cariño, ya es muy tarde para negar que me amas! No te lo tomes tan personal…