XANDER
Bueno, a la mierda, mi plan había funcionado. Después de que convencí a idiota 1 e idiota 2 de que me prestaran un móvil a cambio de incrementar su cartera, solo rogué que mi pequeña Febe quisiera leer el mensaje que le envié. No dudaba que entenderá el mensaje, temía que creyera que la había abandonado después de tener sexo.
La mejor puta noche de mi vida.
Si supiera que mis días y mis noches desde hace dos años le pertenecían a ella. Quizás más tiempo que eso.
Anhelaba platicar con ella cuando no lo estaba, y la extrañaba incluso viéndola a través de una pantalla.
Estos meses, el recuerdo de su existencia fue lo único que me mantuvo cuerdo. Recordar haberla sentido, haberla olido, era el maldito paraíso.
Cuando platicaba con Raffaele, decía que era un romántico, como Luca. No me importaba, pero ahora que finalmente ella había dado el paso, que había dejado atrás su amor no correspondido, creía que por fin estaríamos juntos, después de tanto esperar, jamás iba a soltarla, pero entonces, fui tomado con la guardia baja.
Y por un montón de imbéciles. Lo que me hace más patético.
Supuse hace días, que Dante me encontraría, tendría que haberse dado cuenta de mi ausencia. Pero me cansé de esperar y por eso envié el mensaje a Febe, ella sería la única que lo entendería, y fue la forma más segura que nadie notara lo que había hecho.
No es que los idiotas sean inteligentes.
Tatiana.
Es un poco irónico que el universo envié ese nombre de nuevo a mi vida.
Ahora, justo en este momento, sonrió con mis músculos lastimados, porque el sonido de los disparos y los gritos, significa una sola cosa.
Ella me encontró.