Kairos

CAPITULO DIECINUEVE

XANDER

Segundos después de despertar, recordé todo lo que había pasado, reconocí donde me encontraba y detecté de inmediato a Dante, que estaba sentado en una silla junto a mi cama.

El maldito Raffaele me drogó después de que impedí que me atendieran. Me moví para desconectarme las cosas que estaban pegadas a mi cuerpo, pero las manos de Dante me lo impidieron.

—Dante, déjame ir.

—Xander…

—Quiero ver como esta… ella…

—Xander.

—¡Ella me protegió con su cuerpo! Es una cosa pequeñita y corrió para recibir la bala por mí, ¡déjame ir a verla carajo!

—Lo haré, solo escúchame —asentí a regañadientes mientras lo oía exhalar— Xander, ¿es ella no? La chica por la que te pasas horas en el computador…

Asentí de nuevo, porque el nudo en mi garganta no me dejaba hablar. Recordaba esos segundos, su rostro cuando corrió hacia mí, y cuando se desmayó…

—Ella es una Ivankov, Xander, es la única hija del antiguo Pakhan, Alexey Ivankov.

Eso no lo vi venir.

—¿Sabías quién era ella?

Tatiana Ivankov.

Todo a mi alrededor desapareció, las voces y los sonidos se difuminaron. Sentí mi mundo girar en sentido contrario, en sentido correcto.

Tatiana Ivankov.

Era ella, la niña asustada que vi a través de un cristal por un curioso accidente, hace ocho años, la vi con sus brazos esposados y su rostro cubierto, fue una obsesión inmediata, yo sabía su nombre, pero ella nunca supo el mío.

Aunque al inicio, cuando descubrí a Febe en línea intenté rastrearla, atraído como la fuerza de atracción de un imán hacia ella, nunca pude hacerlo, y sé que ella tampoco pudo conmigo, aunque fue mucho más difícil evitar y rechazar sus intentos de rastreo.

Después de un tiempo, aceptamos la reserva de nuestras identidades, y no pude evitar enamorarme de ella a través de un monitor de pantalla, jamás la había visto en persona hasta que ella me invitó a ese baile. Me dijo su nombre y me hizo recordar a esa niña asustada, pero era demasiado extraordinario hacer esa clase de conexión.

Y sin embargo… era ella.

Si esto no era el destino, no sé que era.

Es conocido que la pequeña hija de Ivankov fue secuestrada cuando era una niña pequeña, y ahora, ella usó ese dolor y trauma y se convirtió en una guerrera digital tratando de salvar a mujeres que han sido secuestradas.

Joder, esa chica es maravillosa.

Voy a casarme con esa mujer.

—Xander, deja esos pensamientos románticos de mierda a un lado, puedo ver los corazones saliendo de tus ojos. —Su regaño me alejó de mi letargo mental.

Me encogí de hombros, y las ganas de ir a ella aumentaron.

—¿Eso es todo? Porque eso no es importante para mí. —Lo era, pero no de la forma que mi primo creía.

—Xander, escucha…

La puerta de la habitación se abrió y Raffaele entró, sin sorprenderse de que estaba despierto.

—¿Ya le has dicho…?

—No, eso intento —respondió Dante.

—No hay tiempo —Raffaele dirigió su mirada hacia mi—, escucha con atención, porque esto es importante, la chica está a punto de despertar, y necesito saber si estarás con ella o no, —tomó una pausa—, la mierda se va a desatar Xander, debes estar seguro de seguir o alejarte, —sus ojos parecían querer penetrar en mi cerebro—, y sé, que, si quieres seguir, nada podrá impedirlo, asi que escucha.

>>Esa chica es Tatiana Ivankov, hija de Alexey Ivankov, prima y protegida de Yekaterina Ivankov, ella es la niña de la que estabas tan obsesionado de adolescente, que hiciste que los malditos rusos le debieran un favor inquebrantable a los Costello por ayudarlos a rescatarla cuando la secuestraron…

—Lo sé Raffaele —interrumpí—, pero me importa una mierda.

—Eso no es todo, carajo, esto es como una maldita película romántica, —pasó su mano por su cabeza, con frustración—, de todas las personas tenía que ser ella, pero Xander, esa chica solo tiene dieciséis años, además, ella estaba embarazada.

Mierda.

Dieciséis años…. Ella….

¿Qué?

¿E-embarazada?

Embarazada. Oh joder, oh mierda.

Eso era limoncito.

Mierda.




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