Kamari.

XVI

Uno de mis capítulos favoritooooos. Antes de que acabe el año <333. 💚💚

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Decirle que hacer a Craven era como vaciar el mar con una copa. Complicado e imposible.

—Esa magia supera a la nuestra, tenemos que salir.

—La ropa está allá—señalé— si nos ven, sabrán que estamos aquí, todos.

—¿Qué quieres que hagamos? ¿Quieres que nos quedemos aquí semi desnudos? —espetó y blanqueé los ojos.

—No empieces con tus cosas de macho alfa, porque en verdad...

Craven colocó una mano sobre mi boca y gruñí mientras señalaba el agua.

—Necesitamos ir por esa jodida ropa—murmuró acercándose más y mi estomago se comprimió solo— y necesito que los distraigas.

Movió su mano de mis labios para permitirme hablar.

—Eres un maldito cerdo. ¿Qué intentas?

—Se que no puedes comportarte como una mujer—volvió a musitar— pero inténtalo si no quieres morir hoy.

—¿Estás usándome como carnada?

—Que bueno que está vez lo sabes.

—Craven— dije entre dientes— ¿te enloqueciste? Esto no va a salir bien...

Craven se movió bajo el agua dándome una última mirada de advertencia. Maldición.

Me concentré recordando las lecciones de Oma. Mi respiración era la clave, intenté vaciar mi cabeza creando grandes muros de agua. Nala. La llamé.

Sentí como de mi abdomen se empezaba a desprender la energía y mi pecho se calentó.

Mira, mira lo que tenemos aquí— dijeron, eran soldados de Valka, lo supe al instante pues reconocí la lengua que hablaba— una linda pisciana.

No me di la vuelta.

¿Por qué está sola?

Abrí los ojos enfocándome en la sensación de estos, mientras la punta de mi oreja donde tenía el tatuaje de Nala se ponía fría y el agua se movió indicándome que uno de ellos había entrado al lago.

Susurré una invocación que había leído, no me quedaba de otra y entonces la energía verde se comenzó a extender por el lugar.

¡Es una trampa!

El valkiriano tomó mi hombro y alcé la mano de donde salía toda la energía girándome. La energía que estaba intentando producir era débil, sin embargo, la magia lo rodeó postrando el terror en sus ojos.

Bruja— me observó desde esas pupilas negras y me concentré en levantarlo sacándolo del agua.

Logré hacer lo que quería enderezándolo y entonces algo se me enterró en el hombro logrando que lo perdiera y que el valkiriano se cayera al agua.

Solté un grito a modo de maldición mientras apretaba los dientes gruñendo. Vi mi hombro sangrar, el líquido negro se esparció por mi piel desnuda. Alcé la mirada y apenas si pude respirar antes de que el soldado de Valka se tirará encima de mí hundiéndonos a ambos.

Intentó morder mi rostro sosteniéndome del cuello mientras yo buscaba un arma en su cuerpo, logré sacar la daga y enterrarla en su pecho. Sostuvo mi muñeca y pataleé cuando apretó más mi garganta para luego enterrar sus largas uñas en un costado de mi abdomen.

No quieres morir así.

Sentí como los colmillos me crecían y dejé de moverme por un buen rato. Tan solo dejé que mi cuerpo flotará antes de que el valkiriano dejará de hacer fuerza y entonces él salió del agua y parpadeé saliendo nuevamente tirándomele encima, enterrándole los dientes en el cuello.

No quería mostrar ese lado, violento que a veces, por mi propia sangre me controlaba. Ese lado que me hacía actuar como una bestia. Mordí con más fuerza antes de gruñir sacándole el pedazo de carne del cuello mientras él caía con los ojos abiertos al agua y manchándola de negro.

Escupí lo que tenía en la boca para respirar por la misma antes de buscar a Craven con la mirada. Había enterrado a otro de los soldados en su propia espada y ahora me contemplaba con los ojos bien abiertos.

Él ya estaba vestido, yo no y mi cuerpo tembló. Craven no miró abajo, no miró mi desnudez, solo tomó el vestido y empapándose de agua mientras yo me sentaba cerca del cuerpo del valkiriano intentando respirar, avanzó con rapidez.

Me hice para atrás cuando intentó tocarme el rostro.

—Estoy bien, a menos que me crucen con una flecha en abdomen puedo morir.

—¿No te duele?

—Si, pero sanará solo, cualidades de Valka.

Asintió.

—Vamos, vístete, ya tenemos a dos valkos— señaló ayudándome a poner de pie y una vez estuvimos fuera del agua empecé a retorcerme con la herida del abdomen— iremos al palacio de nuevo ¿bien? Necesitas ayuda.

—No lo digas como si estuviera indefensa.

Tomó una de las mangas de mi vestido colocándola alrededor de mi hombro.

—No lo digo porque no puedas matar herida— miró mi boca y luego a mis ojos—ya me di cuenta de que lo puedes hacer. Pero no necesito tenerte muerta.

Lo miré antes de lamerme el labio inferior sintiendo el sabor agrío y él siguió el movimiento con sus pupilas carmesí. Me paralicé cuando llevó una mano a mi rostro antes de limpiarme el mentón.

—Eso fue jodidamente increíble—dijo luego de un tiempo cuando ambos nos quedamos callados sin saber que decir, y me reí.

Fue la primera vez que me reí sinceramente con Craven. Por un lado, lo detesté, sin embargo, para ese momento, las cosas iban cambiando de a pocos.

—Creo que Nala me matará— solté y él arrugó las cejas— la llamé.

—¿Cómo?

—Intenté usar magia para comunicarme con ella, pero me imagino que no escuchó.

—Entiendo— hizo presión en mi hombro provocando una mueca de dolor— será mejor avisar que no pueden salir después de los robles.

—Necesitamos recoger los cuerpos.

—Estás mal herida—señaló levantándose y me ofreció la mano, la tomé poniéndome en pie— le diré a Gwynn.

—No pueden saber que nos escapamos del castillo.

—Solo vinimos a caminar.




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