Iban a vender mi espada en el mejor de los escenarios, eso ciertamente no me tranquilizaba mucho. El Hogar de Hestia, como dijo At, el bazar más grande de Kamigami. Debía ser un mal chiste. ¿Por qué, una deidad que era muy probable que estuviera aliada con Pandora, querría llevar mi Arma Divina a un bazar? Eso no tenía sentido.
De todos los sitios a donde pudo haberla llevado, ¿eligió un bazar? ¿Eso era parte del plan de Pandora, en serio? ¿Y si Até actuaba sola y no por parte de Pandora? ¿Si ese fuera el caso por qué llevarla a un lugar lleno de criaturas que darían lo que fuera por ella? ¿O acaso era eso? ¿En verdad planeaba venderla?
No tenía sentido, nada en esa situación la tenía. ¿Por qué apareció de la nada y se la llevó? O, mejor dicho, ¿por qué manipularme para aceptar la misión del Amazonas en primer lugar?
Si eso era parte del plan de Pandora, ¿qué era lo que quería lograr haciendo eso? Sus movimientos… ¿en verdad tenían algún sentido? Y, de todas formas, ¿por qué exactamente quería la Luz de la Esperanza?
La impaciencia y el temor por desconocer sus planes me estremecían. Necesitábamos saber qué demonios estaba planeando, de lo contrario tan solo seríamos corderos en su granja dispuestos en línea para su matadero.
Aprovechando el silencio del ambiente y la concentración de los demás en el camino que nos llevaría hacia Até, diosa de la fatalidad, envié mi conciencia hacia todo lo que había ocurrido desde que desperté como diosa e incluso antes, queriendo encontrar algo que a los demás se les hubiera pasado por alto.
Estaba desesperada por tomar la Luz de la Esperanza, por eso hizo lo que hizo con Atenea y Apolo y manipuló a Hades para que hiciera el trabajo sucio. No podía con Atenea, así que esperó a una portadora más accesible, eso me hacía pensar que una paciencia de milenios le dio tiempo suficiente para estructurar algo más sólido que contar con la ayuda del dios de la muerte.
Las circunstancias la ayudaron bastante en ese entonces. Si todo lo que sucedió entre Atenea, Apolo y Kirok hubiera sido diferente ella no podría haber llegado para aprovechar la situación. Eso indicaba que era muy posible que antes de lo sucedido entre ellos tres, de la disputa que rompió el corazón de Kirok, Pandora no supiera sobre el paradero de la Luz de la Esperanza.
Partiendo desde ahí, eso le abrió la puerta. Era casi seguro que vigiló a ambos dioses durante un buen tiempo antes de que Hades interviniera, y fue ella quien lo dejó salir en primer lugar, así que ella esperaba que de alguna forma ellos, o al menos Atenea, murieran la noche que salió del Inframundo.
Pero, si ese era su propósito, ¿qué pensaba hacer cuando la reencarnación de Atenea apareciera? Si veía las cosas que nos hizo Hades como ordenes de Pandora, ¿cuál era su propósito con ello? Lo de la tormenta en el océano, lo de Astra, los ataques de los demonios…
Ahí lo supe, como rayo de inspiración: Pandora nos estaba estudiando. La teoría sobre las acciones de Hades era que quería conocer nuestras debilidades y fortalezas, algo que dejamos de lado al conocer la verdad tras Hades. Pero si en verdad la que quería probarnos era Pandora eso significaba que…
No, imposible.
Pandora podría ser inteligente y meticulosa, pero lo que sucedió en el Lago de los Recuerdos dependía mucho de la suerte para funcionar, ella no se arriesgaría así… ¿verdad?
—¿Qué te sucede? —Salté cuando la voz de Andrew sonó cerca de mí. Habló en voz baja, solo entre nosotros, mientras Draco intentaba volar a la par que Capella—. ¿En qué estás pensando?
Cuando lo vi noté su mirada analítica sobre mí, con los ojos entrecerrados, intentando descifrar lo que pasaba por mi cabeza.
Sacudí mi cabeza, intentando aclarar mis ideas.
—Si… ¿Y si lo que pasó esa noche, en el Lago de los Recuerdos, hipotéticamente hablando, entra de alguna forma en los planes de Pandora?
Andrew se mostró levemente confundido, pero aunque eso sonara ridículo parecía estarlo considerando.
—Es imposible que hubiera contado con que hicieras algo así… A no ser que te estuviera observando —Supe por cómo saltaron sus ojos que pensó en menos de un segundo lo que yo misma consideré—. Si ella consideró la posibilidad de que hicieras algo así, por muy pequeña que fuera, es posible que contara con la decisión que tomaste. Tal vez no como plan principal, pero sí como una opción, pudo haber contado con opciones alternativas.
Sonreí como demente ante la sola idea de haber actuado como Pandora esperaba que actuara. Eso sonaba tan arriesgado, tan estúpido, que era difícil de creer que hiciera una apuesta así.
—Es una locura. Es imposible… Ella no tenía cómo… no sabía si yo lo haría, no podría estar segura. Purificar a Hades… ¡ni siquiera lo había pensado hasta un par de horas antes de enfrentarlo! ¿Cómo pudo ella hacerlo? No tiene sentido…
Supe que estaba tratado de juntar todas las piezas mientras me respondía.
—Era una posibilidad muy pequeña, debió tener más de una opción. Ella debió considerar muchos escenarios, muchos resultados diferentes —Me miró a los ojos, con una seriedad que me heló la sangre—. No es imposible, solo muy difícil. Ailyn, eres un libro abierto, lo sabes, es por eso que la loca de Louis usó a tus padres para llevarte a casa, y era solo tu maestra. Si Pandora te observó…