Prefacio

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Existen muchas clases de amor; está el amor romántico, el amor fraternal, el amor paternal, e incluso el amor hacia nuestras pasiones; y como estas hay muchos más que representan todo a nuestro alrededor.

Porque el amor está en todo, lo es todo. Está en las sonrisas de los humanos, en sus lágrimas, en sus gritos y en sus carcajadas. Está en absolutamente todo lo que vemos a diario, solo hay que ser atento para notarlo.

No existe algo como el amor verdadero, porque el amor no es falso, es solo amor. Como lo que siento por ti, mi bella princesa, es solo amor, sin peros ni reglas ni adjetivos, porque lo que siento por ti es más grande que mi vida.

Es inexplicable, hasta para la ciencia o la magia, es algo que está ahí pero solo lo puedes sentir, no ver ni tocar, y supe que era amor cuando tus ojos reflejaron mi anhelo por tu felicidad.

Amar es eso, es poner la vida de alguien sobre la tuya porque para ti es más importante su felicidad que tu propia existencia.

Pero tú... Tú rompes esa regla, porque antepones demasiadas vidas a la tuya, incluyendo la de aquellos que te quieren viva más que nada, como yo.

Luchas por amor, vives por amor, pero amar tiene su lado oscuro, igual que todo, porque el amor sana tanto como destruye.

De Apolo a Atenea.

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