Karion: Reencarnación en lobo

Magia verde, el circulo de piedras y un nuevo amigo

El tema de la magia de sanación era en verdad complicado, asi como toda la experiencia que había tenido respecto a la magia hasta el momento está también era creada y usada a través de la manipulación de la materia con el maná, manipulando en este caso las células y tejidos de un cuerpo y de ahí su extrema dificultad. En ningún momento de mi vida como humano fui médico o biólogo, pero asi como cualquier otro estudiante había tenido clases de biología en mis estudios escolares y en un curso de la universidad. Como tal tenía un conocimiento al menos superficial de cómo se componían las células y los diferentes tipos de estas, que en diferentes ordenes formaban los diferentes tipos de tejidos y estos a su vez estructuras más complejas.

 

Conforme pasaban las horas curando al halcón me di cuenta de que de ninguna manera me sentía capaz de construir a partir de la nada, o incluso reparar, cosas más complicadas e importantes como órganos o articulaciones, pues no tenia idea de cómo se componían o de su funcionamiento interno. Pero a través de esos conocimientos básicos que tenía acerca de cómo funcionaban las criaturas vivas, en varios sentidos como lo podían ser la anatomía o la fisiología general, podía llegar a ayudarme para sanar cosas más básicas como huesos, piel o músculos. La herida que tenía el halcón parecía ser penetrante y atravesaba parte de su ala dañando plumas, piel, músculos y el hueso, afortunadamente sin haber partido el ala en dos, aunque tampoco sin haberle faltado demasiado como para hacerlo. No solo se trataba de generar células a partir de la nada, no podía ni imaginarme la infinita complejidad de tener que hacerlo en cuyo caso, sino que era un proceso de estimulación y regeneración. Tampoco se trataba de aplicar maná descontroladamente o incluso hacerlo sin un plan, en su lugar tenia que regenerar poco a poco las diferentes partes que componían el ala conforme tenia acceso a ellas y en el orden respecto a cómo se conformaban.

 

Gracias a que el hueso solo fue parcialmente atravesado todavía tenía una guía más o menos clara de su forma general, por lo que fue lo primero en lo que me enfoque. Dado a que no eran células como tal fue un proceso en el que poco a poco trate de hilar con maná el espacio que yacía entre las partes del hueso, para asi generar una formación que sanase el espacio reemplazándolo con calcificación. Toda la manipulación del área con mi magia me permitía ser consiente de una forma mucho precisa y a su vez general de toda el ala, podía observar en mi mente como si se estuviese formando una imagen tridimensional de todas las superficies de las diferentes capas que la componían. Esto me permitió ir regenerando y construyendo precisamente toda la estructura osea que había sido destruía conforme creía que era la mejor forma. Posteriormente me fui enfocando en lo que creía eran las fibras de los músculos, los nervios y los vasos sanguíneos, aunque dado a que no podía ser consciente de la complejidad de las terminaciones de estos últimos dos fue una labor que dejé un poco en manos del propio cuerpo del halcón, estimulando las células para su propia regeneración.

 

Fue un proceso extremadamente largo, demandante y tedioso, pero finalmente creía haber regenerado la herida que atravesaba varios tipos de tejidos hasta la piel. Abrí los ojos para descansar al mismo tiempo que veía como una especie de aura verde, producto de la forma que adquiría el maná por la sanación que estaba aplicando, se desvanecía. Prácticamente había terminado la que parecía una larga jornada de operación y lo último que me quedaba era regenerar las plumas, pero en el momento en que me empecé a concentrar en la piel recién regenerada y en los folículos desde los cuales se iban a formar las plumas la electricidad volvió a circular a través del ala violentamente y formo de manera mágica a través de rayos lo que nuevamente era un vibrante plumaje de un azul eléctrico y vivo. Entonces retiré la pata que mantuve encima durante tantas horas por el mero impulso de maná que produjo en su desesperación el halcón y de la misma manera este se incorporó rápidamente tratando de dar un par de aleteos que desprendían chispas con su movimiento.

 

Superficialmente el ala se veía completamente sanada, pero producto de que mi conocimiento no era tan avanzado y de que no quería regenerar partes que terminaran en malformaciones deje ciertas zonas de la estructura osea y de los nervios sin estar completamente recuperados. Esto fue algo que sintió inmediatamente el halcón como un pinchazo de gran dolor en el instante en que empezó a aletear fuertemente en su impulso, por lo que ya calmado por el dolor se volvió a acomodar bajo el árbol ya mas sumiso. Era evidente que el halcón no tenia la capacidad de curarse por si mismo como lo había hecho el lagarto de hielo, pero aun asi seguramente iba a estar listo para volar en algunas horas o a lo sumo en un día o dos por su propia recuperación estimulada por su abundante maná y de manera natural habría de recuperarse por completo en unos días más.

 

Durante algún tiempo y sin darme cuenta me quede parado a aproximadamente un metro de él mirándolo detenidamente con algo de pena, pero también simpatía y algún tipo de cariño. A pesar de que en nuestro primer encuentro me había robado, el halcón aun asi me producía de manera honesta cierto sentimiento de admiración y respeto, sentimiento que solo se profundizo todavía más a través de la buena acción que realice con él, la dedicación que le puse al hecho de sanarlo y sobre todo al contacto directo que mantuvimos durante tanto tiempo en el que logre sentir una especie de conexión. Entonces sacándome de mi ensimismamiento se paro sobre sus garras y empezó a caminar calmadamente en mi dirección hasta quedar a muy poca distancia y posicionándose justo enfrente mío mientras me miraba directo a los ojos.

 

Yo simplemente estaba expectante respecto a que es lo que haría a continuación, dejándome llevar por sus acciones tanto por curiosidad como por el mismo ambiente. Entonces tras unos segundos de mirarme fijamente cerro los ojos e inclino la cabeza hacia abajo mientras se acercaba, uniendo su frente con la mía. Instintivamente cerré los ojos y pude sentir de la forma mas pura, como concepto más que como palabra, el sentimiento de agradecimiento que me estaba transmitiendo. Era una conexión que trascendía el lenguaje y con la que me estaba comunicando su mensaje de emociones solo con los pensamientos, sin necesidad de verbos o sustantivos. Producía una sensación mágica y maravillosa, pues no solo era gratitud, también era simpatía y felicidad lo que transmitía; además de que estos sentimientos iban acompañados con una ola de maná en forma de electricidad que empezó a liberar el halcón y que me invadía recorriendo mi cuerpo, pero de la forma de un maná mucho más gentil como dando la impresión de que era estimulante y para recuperación, siendo absorbido mientras me familiarizaba con su naturaleza eléctrica.



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En el texto hay: romance, magia, reencarnación

Editado: 12.03.2021

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