Películas y Palomitas
«El escuchar tu voz para mi son campanadas que hacen que mi corazón se sienta en paz y tranquilidad»
¡Oh Dios! ¡Ya amaneció!
Ya es hoy, es el día en que Charlie vendrá a mi casa, se que fue ayer que lo acordamos, pero me siento mega súper nerviosa, ver una película juntos, suena a noche de novios, lo sé por las partes románticas de las series que me gustan.
¡Estoy tan nerviosa!
Debo avisarle a mi nana que vendrá, ayer no le dije, pues no quería hablar con nadie, incluso ni cene, solo me dormí con la ilusión de que llegara el otro día, que es hoy.
Charlie y yo lo planeamos de la siguiente manera; el llegara a mitad de la mañana, lo que quiere decir que el almorzara conmigo, veremos la película primero que todo, luego planearemos la entrevista en base a lo que investigamos los dos y los que vimos, el la traducirá al inglés y el lunes, osea mañana, empezaremos los ensayos, el cual haremos al final de las clases en la cafetería que nos vimos ayer.
Me doy un baño, me seco el pelo, me pongo unos shorts blancos, una blusa rosada y los converse que me encantan, bajo a desayunar, se que allí me encontraré con mi nana.
Llego a la cocina, y ahí está ella, siempre se encarga de mi comida personalmente, me encanta todo lo que prepara, es una excelente cocinera.
Siempre como en la cocina, para no estar sola en el gran comedor, y mi nana siempre me acompaña.
— Buenos días, mi querida Nana — la saludo dándole un beso en la mejilla.
— Buenos días mi Kily bella, te veo muy contenta hoy también, ¿a qué se debe? — su voz es tan amable que siempre me hace sentirme querida.
— Últimamente me levanto con buen ánimo — digo pensativa, aunque me acueste con él por el suelo — puede ser porque ayer hablé con mi hermano y sabes que eso me pone contenta.
— Me alegro verte así mi niña — dice colocando nuestros platos en el pequeño comedor, pero se que ella vio como estaba ayer, se que no me preguntara.
— Eh… nana — hablo cuando tengo ya me he comido la mitad de mi desayuno — hoy vendrá el compañero con el que me reuní ayer, y haremos un trabajo juntos, quiero que lo sepas porque, sabes que solo Gema me visita y así lo dejen pasar.
— Claro, no hay problema — se me queda mirando y se que cuando hable de él me sonroje, mi cara se sintió caliente — veo que de verdad te gusta — comenta picara.
— Apenas lo conozco, nana — me excuso.
— Hay jovencita sabes que te conozco, pero está bien, te dejaré tranquila, ¿a qué hora viene? — suspiro tranquila porque no seguirá con el tema, de verdad, me gusta, pero es solo una ilusión que se irá con el tiempo, porque yo creo que no le gusto a él.
— En dos horas — digo mirando el reloj — almorzará aquí y pasará la tarde también, pues tenemos mucho trabajo por hacer.
— Ok mi niña, tendré todo listo — dice solicita.
Acabo el desayuno y le digo a mi nana que comeremos en la sala de estar de mi dormitorio, es mucho más cómodo y privado, además de que mi habitación parece un pequeño apartamento.
Vivo en una mansión llamada “Los García” ¿ostentoso verdad?
Es súper grande, moderna, con lo último en tecnología y en decoración, aunque solamente uso de ella la cocina, la piscina y mi habitación.
Oh… mi gran habitación, la amo, decorada con mis colores favoritos blanco y rojo, tiene una gran cama King size digna de una princesa, con los dorsales incluidos, con cojines en formas de corazones y a veces en formas de rosas, amo hacer cambios, tengo un armario inmenso, lleno de todo, es como si fuese una mini tienda en tu propia casa, mi baño tiene una ducha de hidromasaje con una tina donde tengo baños de relajación cuando tengo mucho estrés de las tareas, y mi sala de estar, un gran sofá en forma de L, una televisión pantalla plana, un escritorio y un gran librero llenos de diversos libros, lo amo completamente, es mi lugar feliz.
Preparo mis apuntes, ya tengo la película preparada en la tv desde mi laptop y cuando me doy cuenta ya están tocando el timbre, bajo corriendo a abrirle yo misma la puerta.
— Hola Charlie, ¿se te hizo fácil llegar? — lo saludo haciéndolo pasar.
— El GPS nunca falla — dice alegre — hola Karlie, ¿Cómo estás? — me saluda educadamente.
— La verdad muy ansiosa, me pongo así cuando voy a ver una película de mi actor favorito, aunque ya la haya visto, perdóname estoy hablando mucho — le digo avergonzada.
— No te preocupes, yo también me pongo así, ¿En dónde veremos la película?
— En la sala de estar de mi habitación — lo guió hacia las escaleras que nos llevan a esta.
— ¿No tendrás problemas con tus padres? — se para en el primer peldaño — digo, como veremos la película allí— pregunta precavido.
— Ellos nunca están en casa y estoy segura que ni cuenta se darán de qué viniste — le resto importancia para tranquilizarlo.
— Está bien, como quiera, es a estudiar no a hacer nada indebido — creo que eso lo dijo más para sí mismo.
— ¿Quieres palomitas? — le ofrezco, para cambiar de tema de si tengo o no permiso.
— Claro, no hay película sin ellas —los dos nos reímos.
Pasamos por la cocina a buscar palomitas y luego nos dirigimos a mi habitación.
— Bienvenido a mi humilde morada, mi pequeño pedazo de cielo — expreso abriendo la puerta de mi dormitorio.
— Es muy linda tu habitación Karlie — en su tono se nota que en verdad le gusta.
— Gracias, ahora acomodémonos y veamos, Un espía y medio, te encantará y te reirás un montón — digo segura.
— Ese actor me gusta por eso, porque se adapta a cualquier papel.
Nos sentamos en mi sofá, no muy lejos uno del otro, me gusta así, siento que me tiene un poco más de confianza hoy y que la parte de que si tengo permiso fue olvidada.
Pasamos todo el tiempo riéndonos, me encanta cuando él es gordo y luego se vuelve grande y apuesto, el que está con él en la película es súper gracioso también.
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Editado: 11.09.2022