Una Noticia Inesperada
Me quedé en casa dos días, fingiendo estar enferma, aunque mi corazón lo estaba, adiós a mi intachable asistencia, pero, es que, no quiero verle la cara de burla a la estúpida de Yina, ni quiero ver la de él, tan hipócrita, este que me ha llamado incontable veces, no le cogido el teléfono a nadie ni siquiera a Gema.
Al tercer día me digo que ya no puedo seguir así, tengo que enfrentar la situación y también no puedo seguir faltando.
He pensado que hare y tengo dos cosas en mente, primero enfrentar a Charlie preguntándole si es verdad, en mi alma no quiero creerle a Yina y segundo, si es verdad, vengarme de los dos, ¿Qué hare? No sé, pero algo se me ocurrirá.
Mientras estoy pensando me suena de nuevo el celular, ruedo los ojos, veo quien es por inercia, masoquismo, ilusión, ni idea de que es, pero me da un tremendo alivio porque es mi hermano que me llama.
— ¡Hola, gruñón! — le digo con mucho entusiasmo, de verdad que me alegra que me haya llamado.
— Hola enana, ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien? mamá me digo que estabas enferma—él es el único que realmente se preocupa por mí.
— Si, ya me siento mucho mejor, gracias por preguntar, tú sabes esos días del mes, ya mañana iré al instituto.
— Me alegro mucho, que mal que no esté ahí contigo, mimándote—por eso es que amo a mi hermano.
— Gracias gruño, se que contigo cuento para todo—pero no puedo contarlo porque mata a Charlie de paso.
— Y yo contigo, por eso estoy seguro que estarás de acuerdo con lo que te contaré—dice muy seguro.
— Sabes que siempre estoy de acuerdo contigo en todo, somos cómplices—le digo con una risita.
— Bueno… te tengo dos grandes noticias.
— ¡Dime! No me hagas sufrir, ¿son buenas? ¿verdad? Me imagino que si, tiene que ser un sí—digo con mucho entusiasmo.
— Para mí son bueno y creo que para ti también serán así.
— Vale, pues dimela ya gruñón.
— La primera es…—deja un silencio dramático que me desespera— ¡En quince días estaré en casa! —lanzo tal grito que creo que me escucho todo el estado.
— ¡Qué feliz estoy! ¡te veré de nuevo hermano! ¡por fin! ¿Cuál es la segunda? Si la primera es buena, la segunda debe ser mucho mejor.
— Bueno pues, la segunda…—otra vez le pone dramatismo—iré con mi novia Marisol, que también lleva en su vientre a tu sobrino—me deja en shock— te gustará lo sé, se las presentare a todos, estoy emocionado enana, se que ella es la correcta. —de verdad que él se oye muy feliz.
— ¡Wowww! me dejas sin habla hermano, ¡Felicidades!
— ¿Te alegras de mi enana? —Su felicidad es mía también.
— ¡Claro hermano! Todo lo que te haga feliz a mí también me hace feliz, me alegran mucho las dos noticias.
— Gracias hermanita, lástima que tenga que dejarte, te quiero enana.
— Yo también te quiero gruñón.
Cuando cuelga siento un poco más de fuerza, hablar con él me tranquiliza, y de que él sea feliz mucho más, que su felicidad nos contagia a los dos.
Ya con fuerzas mejoradas me preparo para volver al instituto mañana, con la frente en alto.
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Editado: 11.09.2022