Kassandria. La Ciudad Perdida

Un día cualquiera

 

En el rincón más alejado de lo que parecía un bar de mala muerte, se encontraba un individuo embozado en una gruesa capa de viaje y por su actitud más parecía una estatua que un ser viviente. Sin embargo, uno de los empleados se acercó a él.

  • ¿Pó̱s na taxinomí̱sete? [1]  --  preguntó el empleado
  • Típota [2] --  contestó él
  • Prépei na… [3]
  • Den eípa típota [4]  --  lo interrumpió el sujeto sin elevar la voz y luego mirándolo agregó  --  Tó̱ra fýge apó edó̱ [5]

El empleado se alejó y el hombre continuó su observación fuera esta la que fuere y unos segundos después se desató el pandemónium. Sillas y mesas salieron volando y cuatro individuos que se sentaban en una mesa cercana a la puerta de aquel apestoso lugar se sintieron sacudidos, y sin tiempo siquiera para extraer sus varitas, se vieron pegados a la pared.

El resto de los clientes del lugar o bien se habían tirado al piso, o habían salido despavoridos mientras que el que presumiblemente era el dueño le gritaba al causante de aquel desastre. Sin embargo, ni el susodicho le prestó atención ni tuvo tiempo para acercarse a él cuando otros dos entraron al lugar y todos parecieron quedarse congelados.

  • ¿Cuál de ellos?  --  preguntó Sirius
  • El segundo de izquierda a derecha  --  contestó Jeremy descubriéndose mientras James que era el otro que los acompañaba sujetaba al asustado individuo
  • Bien, ahora tú vendrás a dar un paseo con nosotros  --  y comenzaron a caminar hacia la puerta arrastrando al infeliz aquel
  • ¡Ey!  --  gritó el dueño, Sirius se detuvo mirándolo y el hombre dio un paso atrás
  • Esto  --  dijo lanzándole unas monedas  --  será suficiente para cubrir los daños y hasta te alcanzará para adecentar esta pocilga

Dicho esto, abandonó el lugar tras los demás que se dieron mucha prisa en desaparecer. Sin embargo, cuando llegaron a su destino y le quitaron la inmovilización al hombre que habían capturado, éste intentó llevarse algo a la boca, pero al segundo siguiente había lanzado un grito de dolor y horror al ver que su mano había sido limpiamente cercenada.

  • Creo que encontrarás mejor vivir sin una mano que ser un cadáver con dos  --  dijo Jeremy con la mayor frialdad

Tyler se apresuró a cicatrizar la herida del muñón sangrante del sujeto y luego lo lanzaron a un calabozo.

  • Espero que tengas oportunidad de considerar tus opciones, y para cuando regrese estés dispuesto a decirme lo que quiero escuchar  --  le dijo James

Después de eso abandonaron aquel frío y cavernoso lugar y se reunieron en un salón algo más cálido.

  • ¿Dónde están?  --  preguntó Sirius
  • Vamos papá  --  dijo Anthar  --  ¿Desde cuándo alguno de ellos da explicaciones?

Sirius pareció que iba a decir algo, pero lo pensó mejor y guardó silencio. Las horas comenzaron a deslizarse con desesperante lentitud y cerca el amanecer los dos individuos a los que todos esperaban hicieron acto de presencia en compañía de otro, pero por el aspecto que traían, a todos les quedó claro que no traían buenas noticias.

 

[1] ¿Pó̱s na taxinomí̱sete? : ¿Qué va a ordenar?

[2] Típota: Nada

[3] Prépei na: Tiene que…

[4] De eípa típota: He dicho que nada

[5] Tó̱ra fýge apó edó̱: Ahora largo de aquí




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