Jensy llegó a las puertas del palacio real en compañía de su séquito, sin embargo, cuando intentó entrar salió despedido hacia atrás, y mientras Weiss y Übel lo ayudaban a ponerse de pie, Raziel había sonreído con malignidad.
Kaylo miraba a su hermano casi con horror, porque en su opinión, por mucho que Jensy le tuviese lo que a todas luces era alguna clase de estimación, Raziel parecía empeñado en perderla. No obstante, aquel irritante muchachito no parecía preocupado por ello y no le prestó atención a Jensy, sino que se volvió hacia la abominación con la que había decidido casarse para supremo horror de Kaylo que evidentemente era un defensor de la pureza de la sangre, así que aquella criatura era la representación de todo lo que odiaba, pero como no había poder humano ni divino que se opusiese a los deseos de Raziel y había sido así prácticamente desde la cuna, a Kaylo ni por asomo se le habría ocurrido decirle nada a su volátil y peligroso hermano.
Ella se adelantó y obedeciendo a Raziel abrió las puertas, después de lo cual él entró junto con ella volviéndose después hacia los demás.
Una vez que ella había hecho la invitación ellos pudieron trasponer el umbral y comenzaron el recorrido por el enorme palacio. A pesar de que aquel lugar había sido construido hacía siglos y llevaba mucho tiempo deshabitado, todo se conservaba en perfecto estado e incluso limpio por efectos de la protección mágica, de modo que pudieron admirar la magnificencia de la estructura, las esculturas y las pinturas, aunque éstas últimas no las encontraron especialmente bonitas debido a que la pintura de aquella época, en opinión de todos, no lo era.
Era del todo cierto que Evil tenía una notoria inclinación a sentirse atraído por los individuos de su mismo sexo, y aunque tanto Zly como Raziel eran groseramente atractivos, ni en sus más locos sueños los habría considerado. Al primero porque sentía un profundo asco por la manera en la que solía destrozar a sus víctimas, ya que era un sádico cuyo único placer consistía en hacer sufrir al máximo a las pobres criaturas que caían en sus manos. Y en el caso de Raziel, era un loco peligroso cuyo sadismo difería del de Zly, porque mientras Zly se circunscribía a la violación y muerte de sus víctimas, Raziel realmente disfrutaba del dolor ajeno sin distinción de sexo y su único objetivo en la vida parecía hacer pasar por los horrores del infierno a todo aquel que se atravesaba en su camino, algo que Evil había sufrido de primera mano, aunque de distinto modo, de manera que sentía un intenso odio por aquel sujeto.
Aunque no habían recorrido todo el palacio, Jensy pareció darse por satisfecho con lo que había visto, así que le dio órdenes a Weiss para que se hiciese cargo de la ubicación de los hombres que conformaban el ejército que viajaba con ellos, y le dijo a Raziel que lo esperaba en uno de los salones lo antes posible. A pesar de que Raziel había escuchado perfectamente, no tenía ninguna prisa por obedecer y se entretuvo una enorme cantidad de tiempo mirando los aposentos que ocuparían él y Cassandrea, de modo que cuando se presentó ante Jensy, éste estaba de un humor asesino, pero en beneficio de sus intereses se contuvo.
La ira de Jensy hizo violenta explosión, y suprimiendo la distancia que los separaba sujetó a Raziel por el cuello, pero aquel individuo lejos de sentirse amedrentado por ello, una sonrisa helada se dibujó en sus labios, aunque el peligroso brillo de sus ojos dejaba claro que la mencionada sonrisa no era de ningún modo de alegría.