A medida que el grupo de asalto había ido avanzando, Cassander también lo había hecho sin perder la concentración y manteniendo un firme control sobre el campo magnético que había creado. No obstante, como aquello no era una transferencia de energía y por tanto él no estaba sirviendo de canalizador, sino que estaba invirtiendo la propia, el asunto demandaba no solo habilidad y control, sino todo el poder con el que el chico había nacido, pues, aunque él había hecho aquello en otras oportunidades y por diversos motivos, era sobre áreas más pequeñas, mientras que la presente era muy extensa. Afortunadamente las gemelas estaban apoyándolo, y aunque él comenzó a preocuparse por ellas, mantuvo su mente libre de interferencias, pero respiró aliviado cuando les llegó el aviso de que habían encontrado a Rowena. Las gemelas separaron sus manos del cuerpo de Cassander y después de que él les echó un rápido vistazo para asegurarse de que estaban bien, lanzó un hechizo común anti desaparición, pues ya no importaba que fuese registrado y en realidad era improbable que lo hiciesen en medio del ataque que estaban sufriendo, y el mismo podía fácilmente ser atravesado por cualquiera que poseyese el poder de la manipulación de la materia, así que Jeremy podría sacar a Rowena sin problemas. Después de eso, las gemelas vieron el cambio en su expresión y ya podían irse preparando los que seguían defendiendo la plaza, pues enfrentar a aquel furioso individuo era una de las peores situaciones con las que se podían encontrar.
Las gemelas corrieron tras él y fueron a dar justo al lugar donde Louis y Jason estaban barriendo a aquellos desgraciados, de modo que con la llegada de Cassander se les complicó aun más la vida a los hombres de Jensy.
Ya los aurores habían llegado a la conclusión de que aquel lugar era algo más que un simple refugio, pues aquella cantidad de hombres no era la normal para un lugar de paso, de modo que, en cuanto Jason, Louis y Cassander terminaron allí, decidieron revisarlo, pero cuando se disponían a ello, les llegó un mensaje de Iván y corrieron en aquella dirección.
Entre tanto, en el nivel en el que se encontraba Rigel y su grupo, las gemelas Valois habían encontrado a varias chicas y chicos en las habitaciones, y los mismos a todas luces eran prisioneros. No obstante, si bien podían liberarlos de las ataduras, en primer lugar, no tenían una varita, y en segundo, no era seguro sacarlos en medio de los rayos que iban y venían, de manera que en cuanto Rigel fue informado de esto, cursó un rápido mensaje a su padre y Anthar acudió con rapidez. Rigel por sí solo habría podido controlar la situación con los que les estaban bloqueando el paso si las condiciones hubiesen sido otras, pero en las presentes, y a pesar de que contaba con la ayuda de François y Federica que no eran precisamente suaves, aquel pasillo contaba con otra entrada por la que seguían llegando hombres, así que en ese momento todo lo que le interesaba era que Anthar evacuase a los prisioneros, ya que él podía desaparecer de cualquier lugar. Sin embargo, cuando Anthar se presentó, lo primero que registró fue que su hijo estaba herido.
Si el resto de la humanidad conocía bien a Rigel, lógicamente su padre lo conocía mejor aun, y sabía que solo desmayado lo sacarían de allí, de modo que se aplicó a terminar con aquella fiesta lo más rápido posible para luego ocuparse de sacar a su terco hijo, pero el retoño en cuestión tenía otros planes que pasó a notificarle.
Con aquella información, Anthar entendió el por qué de tanta guardia y se apresuró a notificarle a Jason la presencia de prisioneros para que registrasen el lugar, pero mientras él estaba en eso, escucharon el grito de una de las gemelas Valois y tanto Rigel como François se lanzaron en aquella dirección sin medir las posibles consecuencias. Anthar pensó en lanzarles fuego a los individuos que bloqueaban el pasillo, pero eso habría dificultado aun más la situación para la extracción de los prisioneros, así que no le quedó más remedio que seguir lanzando rayos mientras Federica se ocupaba de cubrir la loca carrera de Rigel y François.
Cuando Rigel y su primo llegaron a donde estaban las chicas, el primero sintió que su mundo se oscurecía y no precisamente por su estado, sino porque en aquella habitación estaba Sue Ellen. Haberla encontrado tendría que haberles causado alegría, el asuntó era cómo la habían encontrado, pues la chica pendía de unas cadenas adosadas a la pared y su cuerpo estaba vestido sangre.
La voz de Nadine devolvió a Rigel a la realidad y corrió hacia la pared de donde colgaba Sue, apuntó a las cadenas que la sujetaban y la bajó con el mayor cuidado, pero en el momento en el que lo hizo, Virgine lanzó un grito horrorizado que paralizó el corazón de los chicos, el mismo se debía a que si la parte frontal del cuerpo de Sue Ellen estaba cubierto de sangre, la posterior estaba en carne viva. Nadine se apresuró a convocar algo con qué cubrirla no solo porque estaba desnuda, sino porque estaba helada. Mientras Rigel la tenía en los brazos, Virgine intentó hablarle.