Kassandria. La Ciudad Perdida

Cap. 34 Poderoso

 

Desde el día que Jason, con lágrimas en los ojos había recibido en sus manos a sus hijos, aparte de la enorme felicidad que lo había invadido, también se había instalado el temor a perderlos, y aunque era una verdad innegable que Jason no respiraba si Cassandrea no le daba permiso, como solía decir James, no por eso amaba menos a los varones.

Sus tres hijos habían sido niños sanos y alegres, pero en el caso de Cassander había demostrado casi desde su primer día de nacido que no sería un niño común en ningún sentido, pues no habían pasado veinticuatro horas de haber visto la luz, cuando el recién nacido dio la primera demostración de su condición y de la forma más inusual, pues cuando Jason iba a quitárselo a Lyra para devolverlo a la cuna, recibió una pequeña, pero sorprendente descarga eléctrica. Inicialmente Jason había pensado que se trataba de él mismo, pues había estado peleándose con Sirius por lo poco usual de los nombres que habían decidido darles a los gemelitos y decidió que debido a su mal humor había generado aquella descarga. No obstante, las demostraciones de Cassander fueron en aumento conforme pasaban los días, y Jason se había ido derecho a hablar con las guardianas, pero como de costumbre, Morgana lo envió a paseo diciéndole además que hiciese su arrogancia a un lado, pues no era él único mago poderoso del mundo. Elaine siempre más comprensiva, había intentado tranquilizarlo diciéndole que, si bien era cierto que los magos no solían dar muestras de su poder mágico hasta superados los siete años, tampoco era tan inusual que diesen pequeñas muestras del mismo un poco antes, el asunto era que no se trataba de pequeñas muestras ni de un poco antes, sino que Cassander era un bebé y las cosas que hacía no calificaban de ningún modo como pequeñas.

Sin embargo, Jason se acostumbró a vivir de aquel modo, aguantando además las injustas diatribas de Lyra con relación a su irresponsabilidad al dejar su varita tirada donde los niños podían agarrarla, algo que no era cierto, y si los chicos se hacían con la cuestionada varita era porque Cassander era extraordinariamente hábil para sustraérsela, algo que aprendió a hacer Cassandrea con mucha rapidez también y posteriormente Aydan, de modo que él veía con resignación cómo su hijo mayor destrozaba todo a su paso y era seguido por sus hermanos y más adelante por sus primos sin poder hacer ni decir nada en su defensa, pues primero se hacía matar antes que echar de cabeza a alguno de ellos, aunque Cassander nunca tuvo la misma consideración y parecía importarle poco que su madre apalease al pobre Jason mientras el gemelo componía cara de inocencia.

Muchísimo antes de ir a Hogwarts y cuando Jason consideró que su hijo estaba en capacidad de comprender, es decir, alrededor de los cinco años, comenzó a hablarle de la responsabilidad que implicaba tener ciertos poderes, pero llegó a la conclusión de que Cassander aun no era capaz de razonar adecuadamente, pues no dejó de causar estropicios un día sí y otro también. Cuando los gemelos cumplieron siete años, Jason recibió la sorprendente orden de llevar a su hijo a Avalon, y aunque no pudo amarrar su lengua y preguntó la razón, Morgana no se avino a dársela.

Aquello fue casi una tragedia, pues llevar a Cassander a alguna parte sin su gemela y sin Altair, Becky, Arthur, Ben y las gemelas Potter, calificaba en el renglón de crimen para todos ellos, y el mismo Cassander se negaba a ir a ninguna parte sin ellos, de modo que Jason tuvo que aplicarse mucho para conseguirlo. Evidentemente cuando habían llegado a Avalon, tanto el padre como el hijo iban del peor humor, Cassander porque no quería ir, y Jason porque había sido amenazado de todas las formas posibles por los chicos si no estaban de vuelta a la hora de la merienda. No obstante, tuvo que armarse de paciencia y esperar, pues Morgana se llevó a Cassander por un tiempo tan largo que Jason pensó que cuando regresasen a su dimensión, tanto su mujer como sus hijos y sobrinos iban a masacrarlo como en efecto sucedería, pues habían demorado alrededor de una semana. Pasarían muchos años para que Jason se enterase de lo que Morgana había hecho o había dicho, pero fuese lo que fuere, tuvo un efecto inmediato, pues si bien Cassander no había dejado de ser un incordio y siguió siendo el líder de la desestabilización, dejó de exhibir sus poderes y comenzó a usarlos con tanta moderación que los niños casi se olvidaron de las cosas que hacía su primo para divertirlos. Aun así, Jason no dejó de vigilarlo con atención, pero Cassander nunca hizo nada indebido ni utilizó sus poderes para dañar a nadie por muy furioso que estuviese que había sido una de las mayores preocupaciones de Jason.

Sin embargo, y a pesar de que sus hijos crecían sanos y felices, él nunca pudo acallar aquel temor, y aunque se dijo sensatamente que aquello era algo que seguramente sentían todos los padres con relación a sus hijos, cuando desapareció Cassandrea enfureció consigo mismo reprochándose no haber prestado la debida atención a lo que había sentido desde que los gemelos habían nacido, y ahora al ver a su hijo caer a aquel foso infestado de Inferis donde iba a morir sin remedio, la razón lo abandonó y estaba a punto de lanzarse, aunque sin tener idea de qué hacer, porque no estaba pensando nada que no fuese sacarlo de allí, y el cómo no parecía relevante cuando sintió que lo sujetaban por los brazos, él no había visto quién lo había hecho y solo quería deshacerse del impedimento, pero ni Louis ni Iván lo soltaron.

  • ¡Suéltame!  --  estaba vociferando, algo que también estaba haciendo Anthar, aunque en su caso quienes lo sujetaban eran Sirius y Albus
  • ¡Jason mira!  --  le dijo Louis sin soltarlo




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