Kassandria. La Ciudad Perdida

Cap. 46 Traición

 

Las cosas no habían estado nada bien para Ben y Altair, aunque por distintas razones. A pesar de que a Raziel y a Zly se les había prohibido acercarse a ellos, sus condiciones de vida no eran óptimas, ya que seguían encerrados en minúsculas y húmedas celdas, con escasez de alimento y con una terrible falta de luz y calor que pronto comenzarían a resentir. Evil seguía bajando tan asiduamente como podía para no despertar sospechas, y en esas ocasiones les llevaba ropa, alguna fruta y lo más importante para ellos, noticias. Él procuraba no extenderse mucho con las noticias, así que los chicos deducían más de lo que les decía; pero hacía unos quince días atrás, Evil les había dado una de la peor especie, porque les había dicho que Cassandrea estaba nuevamente embarazada. Altair compuso expresión de ira, mientras que Ben una de dolor inenarrable. Aquello hizo que Altair fuese más desagradable de lo usual con Evil mientras que Ben una vez que controló sus emociones, se interesó por la salud de Cassandrea interrogando exhaustivamente a Evil, ya que, estando tan relativamente reciente el embarazo y la pérdida anterior, él estaba muy consciente de que aquello era peligroso.

Como ya Ben manejaba bien el asunto del desdoblamiento, un par de noches después de enterarse de aquello, había decidido ir a verla para asegurarse por sí mismo de cómo estaba. Altair se había opuesto con vehemencia, pues estaba seguro que tanto Cassandrea como el infeliz de Raziel lo notarían, y si bien era posible que su prima no hiciese escándalo, el mal nacido era otro asunto.

  • Vamos Altair ¿qué puede hacerme en ese estado?  --  le había preguntado Ben
  • Eso depende de qué tan poderoso sea y sabemos que el muy cretino lo es bastante, así que es mejor no arriesgarse

Sin embargo, Ben no le había prestado atención y siguió adelante. Afortunadamente para Ben y siendo que Altair desde luego tenía razón, Raziel no estaba y ciertamente Sandy lo había notado.

  • ¡Benjamín!  --  exclamó intentando acercarse
  • No  --  dijo él y ella se detuvo  --  Puedes verme, pero no puedes tocarme, porque es solo mi energía la que está aquí  --  le explicó

A Cassandrea aquello le pareció muy extraño, pues para ser solo una energía se veía muy… sólido, aun así, no hizo intentos por tocarlo.

  • ¿Dónde se habían ido? ¿Dónde está Eugene?
  • Eso carece de importancia, linda  --  dijo él  --  ¿Cómo estás tú?
  • Bien, algo descompuesta en las mañanas, pero bien

Ben hizo el mayor esfuerzo por dedicarle una sonrisa, pero aparte de que su corazón se estaba haciendo pedazos, la ira en contra de Raziel se había incrementado de manera alarmante. Después de asegurarse que Sandy estaba bien, no se quedó mucho más y se despidió, pero luego de aquella inusual visita, Cassandrea comenzaría a plantearse el estar perdiendo el juicio.

Ben había repetido la visita todos los días, aunque intentando que Cassandrea no lo notase, pues lo único que quería era asegurarse de que estuviese bien de salud, pero si bien ponía mucho empeño en ello, no hacía lo mismo con su primo y no había notado que Altair había comenzado a desmejorar.

Altair por su parte sí lo había hecho, pero por más que lo intentaba seguía sintiéndose fatal, así que comenzó a preguntarse si tantos años de maltrato habían mermado su capacidad para la autocuración. Por otra parte, Altair había notado que Evil llevaba varios días sin aparecer y comenzó a preguntarse qué estarían haciendo aquellos imbéciles, pero esperaba que fuese lo que fuere estuviese yéndoles muy mal.

No obstante, si bien la segunda parte del pensamiento de Altair era cierta, no lo era por sus actividades fuera de la ciudad, sino dentro de sus muros.

 

La organización de Jensy se sustentaba no solo sobre sus alocadas ideas de grandeza, sino que tenía dos pilares fundamentales, uno era la inteligencia y la habilidad de Raziel en varias áreas, pero sobre todo en su capacidad para idear complicadas maldiciones que solían hacer mucho daño. Y el otro, la indiscutible habilidad de Evil para crear las más horrorosas enfermedades, los más mortales venenos y los virus más impensables. Aunque aquel par de individuos se odiaba a muerte, Jensy había logrado unir sus habilidades para causar devastación. No obstante, las cosas no siempre le salían bien, y en aquella ocasión habían sufrido un percance, aunque demoraron un tiempo en notarlo.

Evil tenía un laboratorio donde jugaba con los bichos que recolectaba y con los que producía en sus macabros experimentos; se suponía que nadie debía entrar, pero eventualmente alguien lo hacía bien fuese por curiosidad o con otros fines menos inocentes. El asunto fue que, en los pasados días, alguien lo hizo y liberó con ello uno de los virus en los que Evil había estado trabajando. En principio no lo notaron, porque Evil había estado fuera, pero en cuanto comenzaron a caer, Jensy lo mandó a llamar con urgencia y Raziel se encerró en su habitación para asegurarse de que nadie se acerase a Cassandrea.

En cuanto Evil llegó identificó el problema con rapidez y se fue derecho al laboratorio comprobando lo que había pensado, porque aquel sujeto era obsesivamente ordenado y enseguida notó la falta del tubo donde tenía el experimento, y la falta de otro mucho más peligroso. El problema serio se presentó en que aquel era un trabajo que estaba en su primera fase experimental y Evil ni siquiera estaba muy seguro del comportamiento del mismo, así que estaba mucho más lejos de tener un modo para contrarrestarlo, de manera que aquello le tomaría algún tiempo y el desdichado que lo había liberado lógicamente fue su primera víctima y murió antes de que Evil pudiese hacer nada, pero aun tendrían una complicación más, pues Evil resultó contagiado, lo afortunado fue que para entonces ya había adelantado mucho  en sus investigaciones.




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